Sentir en Pandemia: cuarentena en niños y adolescentes
Los niños y adolescentes durante la cuarentena sintieron tristeza, angustia, ansiedad, disminuyeron su autoestima y padecieron insomnio. Muchos niños, niñas y adolescentes manifestaron haber sentido tristeza, desánimo, aburrimiento.
Las clases virtuales han agotado su interés. Las clases presenciales, les devuelven mucho de lo perdido.
Volver a reencontrarse con sus compañeros, estar en su escuela, de a poco, aunque sea al aire libre, poder celebrar algo juntos.
Cuando notamos un desgano extremo, niños a quienes se les ofrece hacer un plan y siempre prefieren quedarse haciendo nada, pero en las casas, o cambios en las conductas alimenticias o el sueño, síntomas como el exceso de preocupación por el posible contagio, miedos a la hora de encontrarse con otras personas o de pronto estar en lugares con mucha gente (cuando antes esto no les sucedía) no estaría de más hacer una consulta.
El confinamiento ha dejado y deja huellas en niños y en adultos.
Los niños son absolutamente dependientes de sus padres, por lo tanto, el impacto que la pandemia tendrá en los menores va a depender mucho de cómo los padres vivieron esta situación traumática y de lo que le pudieron transmitir al hijo.
Deben hablar mucho con ellos y sobre todo preguntar, para que ellos puedan expresarse, acerca de sus miedos o inseguridades.
Si bien la situación actual ha cambiado, ellos pueden seguir sintiendo estos síntomas y seria muy prudente la consulta con un psicólogo o psicóloga infantil.
Podrán retomar alguna actividad deportiva al aire libre y eso los ayudará mucho:
Jugar con sus amigos, volver a socializar, correr, reír.
En mi experiencia, los menores rara vez son comunicativos con respecto a estas cosas, ya que asumen que los padres no lo entenderán o que pueden limitar su libertad para vigilarlos en casa en un intento erróneo de ayudarlos.
Recomiendo que los padres estén atentos a cualquier cambio marcado en el estado de ánimo o el comportamiento de sus hijos debido a la ansiedad y la preocupación. Los niños estresados pueden mostrarse irritables, evasivos e incluso retraídos. Y/o su estrés puede manifestarse en síntomas físicos, como fatiga, dolor muscular, dolores de cabeza, problemas de estómago y dificultad para dormir.
A veces el aparente aburrimiento, esconde, inseguridades y miedos que la Pandemia deja en ellos.
Lic. Gloria Grosman
psicóloga