23 Consejos para reducir el estrés de tu vida
Por Lic. Mirta Dall´Occhio y Lic. Patricia Gubbay de Hanono*
1. Identificar las fuentes del estrés, detectando de dónde proviene:
- Si los estresores son ambientales: clima, ruido, polución, trópico, etc.
- Si los estresores son sociales tales como: fechas límites, problemas económicos, discusiones perdidas, duelos, etc.
- Si los estresores son psicológicos: crisis vitales, adolescencia, menopausia, enfermedades, problemas con la alimentación, con el sueño o la respuesta emocional o cualquiera de los estresores antes mencionados que pueden generar síntomas psicológicos como tensión muscular, ansiedad, etc.
2. Anticipar posibles estresores y enfrentarlos con calma.
3. Aprender ejercicios de respiración y relajación por grupos musculares para aliviar la tensión corporal.
4. La visualización es una técnica muy efectiva para manejar el estrés, aliviar dolores crónicos y reducir la ansiedad.
5. Reconocer cómo los pensamientos condicionan tus sentimientos y tu conducta. Así como pensamos, sentimos y actuamos. Por lo que si nuestro pensamiento es catastrófico se activará una respuesta emocional de alerta.
6. Aprender a darse cuenta del enojo que generan las distintas situaciones para poder actuar racionalmente.
7. “No dejes para mañana lo que podés hacer hoy”. Todo lo que se deja pendiente estresa. Aprender a organizar correctamente el tiempo. Establecer objetivos y prioridades.
8. Comunicarse de manera efectiva, expresando correctamente las opiniones y sentimientos.
9. Hacé una dieta balanceada y ejercicio de manera habitual.
10. Usá el fin de semana para cambiar el ritmo. Dejar siempre un momento para hacer contacto con la naturaleza, planificar un fin de semana con pocas actividades pero placenteras.
11. No contestes “sí” inmediatamente sin estar seguro de que vas a tener las energías y el tiempo para responder a lo que te están pidiendo. Un simple “dejame ver” también es válido.
12. Dejá todo lo que puedas preparado la noche anterior (desayuno, luncheras, ropa, mochilas escolares, papeles para el trabajo, etc.). Ayudará a empezar el día sin apurones de último momento que generan estrés innecesario.
13. Despertate 20 minutos antes de lo habitual, es más fácil reponerse de un rato menos de sueño que lidiar contra las complicaciones cotidianas (atascamientos de tránsito, olvidos o corridas porque los chicos tiraron la leche, etc.).
14. Hacé una cosa por vez. Si estás hablando con alguien, tomate tiempo para escucharlo, no atiendas inmediatamente el celular o el teléfono mientras conversas.
15. Rescatá en tu vida la importancia del tiempo para el ocio. Hoy en día tenemos miedo de sentir que no hacemos nada y olvidamos lo imprescindible que resulta parar y tener un momento con nosotros mismos y con los seres que amamos.
16. ¡No corras! Las cosas más importantes de la vida son aquellas que nos pasan sin que podamos controlarlas o agendarlas, simplemente pasan. ¿Cuánto de lo que más valoras en tu vida lo palanificaste?
17. Dedicar tiempo al paseo y a la diversión son parte del remedio.
18. Un buen baño, agua calentita y tiempo suficiente para el relax.
19. Música tranquila, con sonidos de la naturaleza nos ayudan a bajar el ritmo acelerado del día. Mediante técnicas de respiración, relajación y visualización podemos recrear en la imaginación un espacio donde poder entregar cuerpo y alma. Crear un clima propicio para mimetizarse con esa música y adentrarse en ese paisaje mental para encontrar paz y tranquilidad que el mundo real no nos permite.
20. Intentar cambiar el ritmo y el clima interior antes de llegar a casa: para no intoxicar nuestro hogar con preocupaciones, problemas, ondas negativas del ámbito laboral. Para esto podemos tomarnos un rico café, ir al gimnasio, poner linda música, cualquier cosa que cada uno encuentre que le sirve para cambiar el tono, la energía.
21. Hacer el amor.
22. Mimarse. Ir a la peluquería, darse un masaje relajante, hacerse un regalo, cada uno dentro de sus posibilidades.
23. Tomarse un fin de semana libre cada tanto: alejarse del ruido de la ciudad y conectarse más con la naturaleza.
*Directoras de Hémera
Centro de estudios del estrés y la ansiedad