La conducción de un vehículo, más que tener habilidades.
“El conocimiento no siempre es lo más importante al momento de tomar decisiones en la vía. Desde la psicología se estudian tanto los estados emocionales, como los rasgos de personalidad más característicos de los conductores peligrosos” (Lic. Alexander Ramírez Mendoza, ´La personalidad y su influencia en la conducción´)
Según detalla el Lic. Ramírez Mendoza en su texto, además de habilidades sensoperceptivas y de la coordinación psicomotora, conducir un vehículo requiere de un proceso de toma de decisiones la cual estará condicionada al tipo de personalidad del conductor: impaciente, tolerante, amable o empático.
Los rasgos de personalidad se demuestran en las conductas que muestran las personas en la actividad de conducir.
Algunos de ellos son:
Piloto de Fórmula Uno: conductor que se compara con otros buscando demostrar que es el más veloz, astuto y capaz. Actitudes que evidencia: busca la forma de adelantar lo más rápido posible al “osado” que se arriesgó a retarlo; siempre querrá ser el primero: acelera a fondo en los semáforos en rojo mirando al conductor vecino con actitud de reto. No respetan los límites de velocidad y realizan maniobras bruscas de alto riesgo.
Instruido: cree saberlo todo; aconseja y corrige a los otros conductores; explica el por qué se equivocaron y además espera e reconocimiento de su dedicación por enseñarles las buenas formas de comportarse.
Nueva Era: analiza y explica todo lo que ocurre a su alrededor; es el conductor de mayor autocontrol. Se muestra imperturbable ante el trastorno ocasionado en su tránsito por comportamientos erróneos de otros conductores ya que encontró una explicación racional para todos ellos y eso le genera tener paciencia.
Indiferente: conductor que logra aislarse del mundo exterior y de lo que en él acontece. Para evitar el estrés, realiza acciones tales como: regular la temperatura del auto, escuchar música, revisar sus redes sociales o hacer llamadas telefónicas. No le importa generar riesgo o tener mala relación con otros conductores.
Punitivo: ante la infracción de otros, busca hacer justicia por su cuenta: agrede verbalmente o realiza maniobras amenazantes o baja de su auto para enfrentar al conductor que se supone generó su enojo.
Histérico: prepotente hacia los demás; dentro de su vehículo insulta o denigra a los conductores que considera incompetentes. No puede disfrutar la conducción y conducir se convierte en fuente de estrés; se deja llevar por la emoción sin razonar previamente.
Condescendiente: conduce despacio disfrutando el paisaje y le despreocupa producir largas filas detrás de su vehículo.
Retraído: conductor indeciso; de él se puede esperar cualquier acción en la vía; tiende a sobredimensionar los riesgos del tránsito vehicular y es demasiado precavido. Su accionar irrita a los otros conductores.
Impaciente: tiende a circular siempre apurado y vivencia una constante sensación de frustración y de impotencia al notar que no puede mejorar la circulación. Suele no respetar las normas de tránsito y su estrés no le permite evaluar una situación de alto riesgo a tiempo.
Desde la psicología se estudian tanto los estados emocionales como los rasgos de personalidad en los conductores más peligrosos.
www.concientizarparaprevenir.blogspot.com