Resiliencia en la infancia y adolescencia
La resiliencia es una actitud positiva que permite hacer frente a las dificultades, adaptarse a situaciones estrés y salir fortalecido de la adversidad
El término resiliencia se refiere a la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades, y prácticamente no tiene límites. Es una actitud positiva que permite adaptarnos a situaciones difíciles.
La palabra resiliencia (o resilencia) proviene de la Física y alude a la capacidad de un cuerpo para resistir a los choques, adaptarse al estrés y recuperarse. Significa que cada persona puede hacer mucho por influir en lo que le sucede y modificar su propio destino. Es una capacidad de hacer frente a la adversidad, una actitud positiva, con perseverancia y tesón, que permite la adaptación en situaciones de fuerte y prolongado estrés. Es hacer lo imposible mientras lo posible no sucede. Es resurgir, recuperarse, es acceder a una vida significativa y productiva. Es poder salir fortalecido de la adversidad respetando las características personales.
Se considera que está construida sobre las siguientes bases:
- Conexiones afectivas con los demás. Desarrollar lazos afectivos eficaces genera autoestima y auto aceptación.
- Confianza en nuestros actos y decisiones. Tomar el control de uno mismo.
- La esperanza facilita la selección de los recuerdos positivos y hacer las paces con el pasado.
- Motivos para vivir, claros, concretos y sencillos (la familia, los amigos, Dios, el miedo a la muerte,…) hasta llegar al valor del amor, en todas sus dimensiones.
¿Qué facilita la resiliencia?
- Las personas se protegen con capacidades como la intuición de que algo falla o está por solucionar, con realismo, sin negar las evidencias ni las malas noticias.
- Narrar, escribir (la propia autobiografía) y compartir los problemas o los recuerdos mejora la capacidad para afrontarlos.
- Pasar página, dar por terminada la adversidad, dejando a veces que pase el tiempo.
- Y el humor, que distancia emocionalmente del dolor, del miedo y de la ansiedad.
¿Qué dificulta la resiliencia?
- La dificulta el miedo tras el trauma, ya sea abiertamente (con ansiedad) o como estrés postraumático, que se desencadena ante el menor recuerdo de la situación que causó la adversidad.
- Otro revés es la indefensión aprendida, en la que tienden a evitarse las conductas que no tienen consecuencias positivas, o directamente las tienen negativas. Esta situación se aprecia con frecuencia en jóvenes con baja autoestima, abocados a la depresión.
Se ayuda si se consolidan sus bases. Otros recursos generales incluyen:
- El apoyo social y la comunicación, especialmente con los iguales.
- Hacer y cuidar las relaciones sociales, sobre todo con los más cercanos.
- Promover formas de afrontar adecuadamente el estrés.
- Promover las emociones positivas y la autoestima.
- Enseñar a resolver los problemas (a veces interpersonales).
- Buscar actividades gratificantes.
- Reconocer y valorar los logros y los talentos de cada persona.
La resiliencia se adquiere por la exposición a los riesgos y al miedo. Un ejemplo viene ilustrado en un artículo publicado en el diario El Mundo en diciembre de 2009 (link is external), sobre el cáncer en adolescentes, y cómo una de las protagonistas, Gemma, de 18 años, reúne a sus amigas y les habla abiertamente de su situación tras el diagnostico de leucemia. También Marta, de 13 años, ha cambiado el aula por los pasillos del hospital, está en tratamiento de quimioterapia y sin pelo.
Siempre podremos ayudar a quienes padecen adversidades.
Artículo elaborado por la Sociedad de Psiquiatría infantil de la Asociación Española de Pediatría.