Tener una buena autoestima ayuda a superar el estrés y las emociones negativas
La autoestima, auto aceptación o autovaloración se refiere a la capacidad que tiene uno mismo de quererse, apreciarse, valorarse y aceptarse a sí mismo desde una mirada realista y amorosa. Las personas con una autoestima elevada manejan mejor el estrés y experimentan menos efectos negativos en su salud como consecuencia de enfrentarse con él. Las que tienen una autoestima baja presentan más emociones negativas vinculadas a la agresividad o a la depresión.
La autoestima se va formando a lo largo de la niñez, etapa en la cual el niño compara su yo real con su yo ideal (inculcado por los agentes de la cultura a la cual pertenece: padres, familia extensa, escuela) y se juzga a si mismo de acuerdo a si ha alcanzado los estándares sociales y si cumple con las expectativas que se ha formado de sí mismo. Es un conjunto enorme de impresiones, evaluaciones y experiencias que reunidos y de acuerdo a cómo se ve a sí mismo la persona, producen sentimientos de valía o de frustración por no ser lo que esperábamos.
La relación entre autoestima y emociones es de un feedback continuo. Por un lado cuánto más te auto valores y te aceptes a vos mismo, mayor consistencia interna tendrás y tus emociones fluirán más reguladas y acompasando los acontecimientos aún los negativos. Al mismo tiempo emociones negativas se activan cuando percibimos lo que tenemos enfrente como amenazador. Y cuán amenazador lo percibimos depende de cuán fuertes (o asertivos, o capacitados) nos conceptualizamos a nosotros mismos para enfrentar esa amenaza. Si nos percibimos lo suficientemente fuertes, el organismo no entra en Modalidad Urgencia (alto estrés, defensas activadas, conductas de lucha-huida). Si la percepción que tenemos de nosotros mismos es la de alguien débil, incapaz, sin recursos. La situación si es evaluada como amenazadora y dispara conductas ansiosas, depresivas o agresivas como un intento de controlar la situación (con las consecuencias que el desplegar esas conductas traería sobre la calidad de las interacciones con los otros, inclusive). En síntesis, a mejor autovaloración, mejor manejo de las emociones negativas.
Ocho consejos para mejorar nuestra autoestima:
1. Convertir lo negativo en positivo: nunca pierdas las ganas de pensar en positivo, invertí todo lo que parezca mal o que no tiene solución. Los pensamientos negativos: “No hables”, “¡No puedo hacer nada!”, “No esperes demasiado” pueden ser reemplazados por “Tengo cosas importantes que decir”, “Tengo éxito cuando me lo propongo”, “Haré realidad mis sueños”.
2. No generalizar: no generalizar a partir de las experiencias negativas que podamos tener en ciertos ámbitos de nuestra vida. Debemos aceptar que podemos haber tenido fallos en ciertos aspectos; pero esto no quiere decir que en general y en todos los aspectos de nuestra vida seamos “desastrosos”.
3. Centrarnos en lo positivo: debemos acostumbrarnos a observar las características buenas que tenemos. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo y tenerlo en cuenta cuando nos evaluemos a nosotros mismos.
4. Hacernos conscientes de los logros o éxitos: una forma de mejorar nuestra imagen relacionada con ese “observar lo bueno” consiste en hacernos conscientes de los logros o éxitos que tuvimos en el pasado e intentar tener nuevos éxitos en el futuro. Por ejemplo: pensar en el mayor éxito que ha tenido durante el pasado año. Reconozca en uno mismo la capacidad de hacer cosas bien en determinados ámbitos de su vida y que debe esforzarse por lograr los éxitos que desea para el futuro.
5. No compararse: todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunas cuestiones, seguramente seremos “mejores” en otras; por tanto, no tiene sentido que nos comparemos ni que, nos sintamos “inferiores” a otras personas.
6. Confiar en nosotros mismos: confiar en nuestras capacidades y en nuestras opiniones. Actuar siempre de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, sin preocuparse excesivamente por la aprobación de los demás.
7. Aceptarnos a nosotros mismos: debemos aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y valiosas.
8. Esforzarnos para mejorar: una buena forma de mejorar la autoestima es tratar de superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estemos satisfechos, cambiar esos aspectos que deseamos mejorar. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios.
Lic. María Gabriela Fernández
Para mayor información:
Instituto Sincronía
Especialistas en Estrés, Ansiedad y Emociones