Cómo vencer al miedo
El miedo es irracional; no se vence con la razón sino con el acostumbramiento.
Por Lic. Solange García Bardot*
Marcela tiene miedo a dar exámenes, Guillermo no se anima a hablarle a la chica que le gusta, Mora teme poner límites en el trabajo, Claudia le tiene pánico a las cucarachas, Facu no se anima a dejar el trabajo de siempre, Sofía sufre de ataques de pánico. No importa cuáles sean los miedos sino entender cómo respondemos frente a ellos.
En todos los casos cuando tenemos miedo se activa un área del cerebro (la amígdala) que es la parte orgánica de nuestro sistema defensivo/adaptativo,es la parte más primitiva del cerebro y sirve para la supervivencia. Este sistema nos permite acciones rápidas frente a situaciones de emergencia, poniendo a nuestra mente/cuerpo en un modo automático de acción que se llama de ataque / huída. Este, nos hace actuar tan instintivamente como lo haría cualquier animal que ataca o huye para salvar su vida o la de su cría. Lo importante es señalar que este sistema neuropsicobiológico es el mismo que utilizamos también para adaptarnos a los cambios. De esta manera, no solo nos permite salvar nuestra vida en una situación de peligro extremo sino que también nos permite crecer, realizar sueños, atravesar desafíos. Es decir, que si te estás por casar, mudar o cambiar de empleo, o todo junto, el cuerpo utiliza el mismo sistema defensivo/adaptativo que utilizaría si te estuviera atacando un león como en la época de las cavernas.Esto es importante porque cuando estamos en situaciones de estrés, miedo o pánico nuestro cuerpo, pensamientos, emociones y conductas no son las mismas.
No somos los mismos que cuando prevalecen otras áreas del cerebro. Estamos frente a los efectos de ciertas hormonas que nos preparan para enfrentar una situación determinada. La amígdala toma el mando, la adrenalina, el cortizol, la noradrenalina se segrega, de acuerdo a las necesidades. Nuestro cuerpo responde en el modo automático de lucha-huídacon el que venimos programados.
• Emocionalmente; prevalecen las emociones de ansiedad y miedo.
• En el cuerpo ocurren cambios como,la aceleración de la respiración, la sangre se retira de las funciones digestivas (lo que de extenderse en el tiempo genera disfunciones del sistema digestivo, colon irritable, reflujo, acidez) y va a las extremidades que es lo que voy a usar para correr o atacar. Hay tensión muscular, nuestras pupilas se dilatan para tener un campo visual más amplio, el corazón puede trabajar hasta 5 veces más rápido de lo normal, afecta el sueño, la fertilidad, altera el sistema inmunológico ya que el cerebro entiende que defenderse de virus y bacterias no es lo más importante.
• A nivel mental: se pierde en mayor o menor medida la capacidad de abstracción, de planificación, de memoria, es decir que las funciones cerebrales superiores se encuentran disminuidas, porque no son tan necesarias.Estamos en un funcionamiento mental básico, en donde es difícil ver alternativas y mirar con perspectiva, más bien todo es o blanco o negro, vivo o muerto, bueno o malo, el pensamiento se polariza y rigidiza.Es decir estamos listos y preparados para la acción, no para planificar, ni proyectar, ni crear, ni razonar,ni estudiar, ni negociar, ni para estar en una playa disfrutando del sol. Una persona inteligente, capaz, hiperlúcida, con recursos, puede estar funcionandoen el modo automático defensivo/adaptativo de supervivencia y por lo tanto estar funcionando, muy por debajo de sus capacidades.
Esto es lo que pasa cuando el sistema esta esforzado por la gran demanda de adaptación, vivimos los cambios como amenazantes, y estamos estresados. Actualmente ya no nos encontramos con un león al salir de nuestras casas como les ocurría a nuestros antepasados, pero aún seguimos temiendo por nuestras vidas. Las amenazas han cambiado y ahora lo que puede hacer que colapse nuestro sistema psiconeurobiológico es un divorcio que no se resuelve por años.
Conductualmente respondemos de dos maneras:
• Respuesta fóbica de evitación (huída) frente a la amenaza/cambio.
• Respuesta contrafóbica de ataque.
Cuando estamos frente a una situación en la que el miedo se torna incómodo, estas son las dos maneras que tenemos programadas para reaccionar frente a él. La evitación es una solución rápida a corto plazo, hace que inmediatamente baje mi ansiedad, si tuviera que dar una charla frente a muchas personas, el no darla producirá un alivio inmediato. Pero a largo plazola evitación agrava el problema, lo sostiene en el tiempo cronificándolo, dejándonos igual o más vulnerables que antes, y socavando nuestra autoestima.
El miedo es básico, instintivo e irracional y es funcional que así sea. Cuando alguien le tiene miedo a las cucarachas explicarle que la cucaracha es inofensiva no alcanza. Cuando me invade el miedo estoy secuestrado por la amígdala y hasta que no desaparezca la amenaza o baje mi emoción, nada puedo hacer solo esperar. Entonces para enfrentar los miedos, no voy por el lado del razonamiento, voy por el lado del acostumbramiento. Desarmando el miedo en pequeños pasos más tolerables, que voy a ir afrontando de manera gradual, es decir del que menos me incomoda al que más me incomoda.Esto se llama desensibilización sistemática frente al estímulo sucede lo mismo que cuando entramos en un lugar donde hay mal olor, sabemos que no hay nada que pueda hacer para dejar de sentirlo y me quedo en el lugar hasta que se haga tolerable. Igualmente ocurre con los miedos cuando nos exponemos a ellos de manera gradual, soportando cierta incomodidad hasta que la incomodidad cede.
El afrontamiento debe ser practicado con continuidad, en forma gradual y sistemática. Cuanto más práctico mejores resultados obtengo. Es como un entrenamiento físico. Mientras afronto el miedo puedo utilizar técnicas auto calmantes, pero no de evitación, que me ayuden a quedarme en la situación hasta que logre regular mi ansiedad y pueda pasar al próximo escalón y así hasta cumplir con mi objetivo. Esta técnica es práctica y simple pero no es mágica aunque da excelentes resultados.
El trabajo en grupo tiene sus ventajas verse reflejado en el otro, no sentirse solo y loco, ver como lo manejan, enseñar a manejarlo, a demás de bajar los costos, y tener una experiencia social que tanto bien nos hace.
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