Hora de ir a dormir
El conciliar el sueño es uno de los hábitos más importantes que deben aprenderse a lo largo de la infancia, y para ello existen rutinas y actividades que pueden ser llevadas a cabo por aquellos padres cuyos hijos tienen dificultades para dormirse.
Es importante tener en cuenta que en los casos que sea necesario recurrir a la medicación, siempre tiene que ser recetada por un médico y debe establecerse un seguimiento continuo mientras dure este período.
A partir del caso Madeleine, ha surgido el debate sobre una práctica de la que casi no se habla, pero que parece bastante frecuente: suministrar fármacos a los niños para que concilien el sueño. Aunque muchos pediatras y profesionales de la salud lo desaconsejan, hay padres que optan por tomar este camino para tranquilizar a sus hijos.
Los especialistas opinan que si un niño duerme mal es porque algo le está pasando; lo correcto sería averiguarlo. Si se medica sin indagar al respecto, el problema puede quedar oculto, inclusive desaparecer transitoriamente, pero no resolverse.
Por este motivo, es importante realizar un diagnóstico y descartar una patología psiquiátrica, como ansiedad, depresión o hiperactividad, entre otras, o un problema neurológico o visual.
Resulta peligroso medicar a chicos sanos. Por lo tanto, es muy importante consultar al médico.
Los fármacos más utilizados son:
- Antihistamínicos: se utilizan para aliviar las alergias, rinitis y dermatitis; tienen un efecto secundario que produce sedación y somnolencia.
- Benzodiazepinas: necesitan receta, son comunes para el tratamiento de terrores nocturnos infantiles y casos de sonambulismo.
- Plantas: el extracto de valeriana se vende sin receta. Tiene un efecto sedante y sirve para el tratamiento de estados temporales y trastornos del sueño. Existen otras plantas con efectos similares, como la melisa, la pasiflora o el clásico tilo.
Es importante tener en cuenta que la utilización de este tipo de medicación sin el debido control y seguimiento médico es altamente desaconsejable, ya que puede llegar a provocar tolerancia, el niño puede sentir más dependencia del medicamento y necesitar una mayor dosificación para lograr los mismos efectos que en los primeros momentos alcanzaba con una menor cantidad. Las dosis superiores provocan que las posibilidades de dependencia, tolerancia y efectos secundarios sean aún mayores. Igualmente la suspensión brusca de este tipo de medicamentos puede causar insomnio de rebote y síndrome de abstinencia.
Alternativas a la medicación
Planificar el horario para dormir
El sueño debe ordenarse desde los primeros días de la vida y debe establecerse de modo muy definido. Tiene que ser sencillo, de tal modo que el chico pueda dormirse solo en caso de que los padres no estén presentes. Las rutinas ayudan a que los niños concilien el sueño fácilmente.
Crear un ambiente propicio
Al momento de ir a la cama, todos los detalles tienen su importancia: los ruidos distantes, las personas que duermen en el mismo cuarto, las sábanas y cobijas, los juguetes favoritos y la luz. Los padres deben procurar que la habitación esté bien ventilada, relativamente oscura y silenciosa.
Tener en cuenta todo lo que se haga en las horas previas
Debe ser muy tranquilo y suave, evitando juegos bruscos y voces estridentes.
Prescindir de aquellos alimentos que puedan aumentar su resistencia al sueño
Entre los alimentos que hay que evitar se encuentra las bebidas tipo cola y otras bebidas con gas, las golosinas, los postres con mucho azúcar y las típicas comidas fast food. Procure darle cenas suaves, dando más protagonismo a los desayunos y las comidas.
Evitar que los niños lloren hasta quedarse dormidos
Si se despierta y llora se puede ir a su cuarto y hablar con él, tranquilizarlo, pero no llevarlo al cuarto de sus padres. El niño tiene que entender y estar seguro que sus padres están cerca para cuando los necesite. Si vuelve a llorar, hay que tardar un rato más en ir a su cuarto. En esta tarea deben intervenir tanto la mamá como el papá.
Hay que enseñarles a tranquilizarse
Un muñeco de peluche para abrazar puede ser una buena compañía. Toda actividad que requiera de la presencia de los padres, como mecerlos o cargarlos, no es recomendable.
Limitar el tiempo en la cama
No permita que su hijo, ya despierto, permanezca acostado. El objetivo es hacer que la cama se convierta en el espacio relacionado únicamente con el dormir. Por la misma razón, evite llevarlo a la cama muy temprano, antes de que tenga sueño. Felicítelo cuando pase una noche de dormir silencioso.
CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA
Lic. Leila Chait