Llantos causados por cólicos

A pesar de lo desesperante que puede resultar el llanto prolongado de un bebé en su período de lactancia, los padres deben tener en cuenta que muchas veces se debe a los cólicos.
Por lo tanto, tranquilidad y paciencia, por encima de los remedios caseros, son los mejores aliados en estas situaciones.

“Después de tanta espera, nació Valentina, un angelito que pesó 3 kilos y llegó para formar parte de nuestra familia. Los días fueron pasando y de a poco nos fuimos adaptando con mi marido a esta nueva forma de vida. Pero desde hace una semana nos hemos encontrado con un fantasma que nos sacó la tranquilidad: Valentina comenzó a llorar en forma inexplicable y lo hizo por el lapso de tres horas. No encontramos la forma de calmarla. Con Ariel decidimos llevarla a la guardia del hospital a las 4 de la madrugada, donde nos atendió un médico, quien revisó a Valentina completamente y nos dijo: La beba tiene cólicos, no es nada, háganle masajitos y flexiones con los pies como una bicicleta: con eso es suficiente”.
Este párrafo describe una situación muy habitual en papás primerizos.

Esta guía ayudará a entender qué le pasa al bebé y qué estrategias se pueden usar para calmarlo.

Se hace camino al andar…

Los cólicos del lactante representan un trastorno relativamente frecuente en niños sanos, menores de cuatro meses de edad; se inicia entre la segunda y cuarta semana de vida, y se estima que afecta al 30 % de los niños.
El origen es realmente incierto, no se conoce una causa exacta, pero se manejan algunas teorías: la inmadurez del tracto digestivo, las alergias alimentarias a leches maternizadas, la inmadurez del niño para succionar e, inclusive, los nervios que causa el llanto prolongado en el entorno familiar.
Aún no se encontró una diferencia significativa entre los niños que se alimentan con pecho y los que usan leches de fórmula.
Por definición, padece cólicos aquel niño sano que llora tres horas seguidas durante, al menos, tres días a la semana en un período de tres meses. Es decir que no cualquier bebé padece este trastorno.

Se trata de un llanto incesante, acompañado frecuentemente por encogimiento de piernas,
enrojecimiento de la cara y cuerpo, y distensión del abdomen (hinchado por los gases).
No obstante, nunca debemos olvidar que todos los niños pequeños usan al llanto para otros menesteres, como la comunicación.
Las crisis de llanto son más habituales después de la alimentación, con lo cual no tiene un horario exacto de aparición. Las mismas desaparecen a medida que el niño crece y supera los 4 ó 5 meses de edad.

¿Cómo ayudar al bebé?

Este trastorno no tiene un tratamiento curativo. Lo que sí hay son medidas paliativas que ayudan al bebé a pasar mejor esta etapa de su crecimiento. Son las siguientes:

• Convencer a los papás de que este es un proceso banal y pasajero.
• Que alce al bebé una persona tranquila y externa al entorno familiar.
• Mantener al niño en posición vertical para provocar el eructo después de comer.
• Hacerle masajes en la panza para ayudarlo a eliminar gases.
• Los ruidos o movimientos rítmicos alivian las crisis; por ello, es efectivo subirlo al auto, colocarlo cerca del sonido de la televisión o del lavarropas.
• Evitar la ingesta de aire durante las mamadas; amamantarlo no más de 10 minutos de cada pecho en forma vertical.

¿Se pueden usar remedios caseros?

Dicen que “El saber popular siempre es superior al del médico.”….
Una vez le escuché decir a mi abuela: “Antes no íbamos tanto al médico y qué sanitos éramos. Nos daban un tecito de anís y se curaba todo”………..
O a una mamá en medio de una reunión: “Al nene de mi cuñada le dieron esas gotitas anti-espasmo y ahora ya no llora más”…..Son frases extraídas de la vida cotidiana, pero la tranquilidad, vendrá con la consulta pediátrica.

En la actualidad, no hay medicamentos eficaces. A pesar de que la industria del marketing farmacéutico publicita gotas anti-espasmo de simeticona para los cólicos, lo real y concreto es que los estudios científicos han demostrado que las mismas no tienen eficacia alguna.

Con los antiespasmódicos utilizados por los adultos es peor: tienen efectos adversos que pueden comprometer la salud del bebé.
Los tés de anís o de paico generan un cuadro tóxico de difícil tratamiento, que pone en riesgo la vida del niño.
Tampoco es necesario hacer modificaciones dentro de la alimentación. Siempre hay que respetar lo pactado con el pediatra de cabecera y, si surge la duda, consultarlo de inmediato.

Puntos a tener en cuenta sobre los cólicos del lactante:

1 – Aparecen entre las 2 semanas y los 3 meses de vida.

2 – Afectan a 3 de cada 10 bebés sanos.

3 – Provocan un llanto que dura más de tres horas, por lo menos tres días a la semana, en un período de tres meses, acompañado de encogimiento de piernas y enrojecimiento de la piel.

4 – No hay diferencia entre niños alimentados a pecho y con leche de fórmula.

5 – Son más frecuentes después de ingerir el alimento.

6 – Son trastornos pasajeros, sin secuelas orgánicas.

7 – El único tratamiento consiste en dar confort al niño: masajearlo, hamacarlo en el cochecito.

8 – Nunca perder la calma; siempre es bueno consultar al profesional a cargo.

9 – Los antiespasmódicos son contraproducentes, puesto que muchas veces empeoran el cuadro.

10 – Evitar las infusiones caseras como el anís o el paico. Pueden ser mortales.

 

CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA

Fuente:
Una revisión metódica de los tratamientos para los cólicos del lactante M.M. Garrison, D.A. Christakis (Child Health Institute, University of Washington, Seattle, Washington, Estados Unidos) Pediatrics 2000; 106:184-190 (correo de la SAP).

Dr. Sebastián Morhaim

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>