¿Bebés en peligro?
El impacto del VIH/SIDA en la sociedad es ampliamente conocido, pero sus efectos sobre la población infantil no están del todo claros. La realidad es que el SIDA es una de las cinco enfermedades que provocan la gran mayoría de los decesos de chicos menores de cinco años de edad en países en desarrollo.
Un panorama de la cuestión:
La regla dice que todo lo que afecta a la madre embarazada se transmite a su hijo.
Jerry Coovadia, especialista sudafricano, explica que el VIH es transmitido de madre a hijo de tres modos diferentes:
1. Vía intrauterina
2. En el momento del parto
3. En la lactancia
Se han desarrollado estrategias para combatir cada una de estas transmisiones. Respecto a la vía intrauterina, los medicamentos antirretrovirales demuestran ser eficaces. Para los riesgos del parto, es recomendable la realización de una cesárea. En relación con la lactancia materna, los médicos aconsejan evitarla.
Estas medidas fueron muy exitosas en el mundo desarrollado, al punto que la infección perinatal de VIH cada vez es menos frecuente.
En los países no desarrollados, con alto grado de desnutrición infantil, la causa de la infección es generalmente la lactancia materna. Esto plantea un gran dilema, puesto que los niños, privados de la leche de la madre y de todos sus beneficios, quedan expuestos a otros peligros, como déficit de crecimiento, morbidez infecciosa e, inclusive, la muerte.
En el año 2000, la Organización Mundial de la Salud desarrolló una guía de pautas para que los médicos aconsejaran a madres VIH positivo sobre la mejor forma de alimentar a su bebé. Esta guía estipulaba que la mujer evitara amamantar al niño solamente si tenía la posibilidad de preparar alimentos de reemplazo de un modo higiénico y seguro. Si la madre carecía de acceso a los servicios básicos, el consejo era la lactancia materna.
Según Coovadia, no cabe discusión acerca de lo beneficiosa que resulta la lactancia materna para cualquier niño del mundo, infectado o no con VIH. El objetivo de los especialistas consiste en encontrar modos de reducir la transmisión del virus de madres a hijos, y al mismo tiempo conservar las propiedades de la leche materna.
En los últimos tiempos, se llegó a la conclusión de que el modo de amamantar al niño influye en las probabilidades de contagio. La lactancia materna exclusiva (cuando el bebé toma solamente el pecho materno durante los primeros seis meses de vida) trae menos riesgos de infección que la lactancia materna mixta (cuando se agregan algunos alimentos y algunos fluidos a la lactancia).
Por otro lado, los tratamientos antirretrovirales también disminuyen las posibilidades de infección. De este modo, podemos ver que la ciencia va acercándose a un punto donde las madres VIH positivo podrán amamantar a sus hijos casi sin riesgos de infección. Los progresos en este campo salvarán a miles de niños del SIDA e incrementarán sus chances de crecer sanamente.
Datos alarmantes
Mark Kline, de EE.UU., destaca que los chicos infectados con VIH tienen menos acceso al tratamiento respecto a los adultos. Convoca a todos los pediatras a defender el tratamiento igualitario de todos los niños VIH positivo. El cuidado primario y el especializado, según Kline, deberían ir de la mano. Resulta obligatorio tanto un compromiso sostenido como la inversión en infraestructura y en capacitación.
El caso de China
Konglai Zhang, de China, describió la situación en su país, donde la amenaza del SIDA está todavía en su fase de crecimiento; el número de infectados en la región asciende a 650.000 y no se detiene. Puesto que la enfermedad avanza más rápidamente hacia las mujeres, es altamente probable que aumenten los casos de niños VIH positivo. Hoy en día, hay miles de huérfanos a causa del SIDA en China.
Este documento trata de mostrar la realidad de esta enfermedad en países muy pobres.
Para ampliar esta información, sugerimos consultar estudios propios de cada País para conocer las recomendaciones de las diferentes regiones.
Fuente: 25º Congreso Internacional de Pediatría, realizado en Atenas entre el 25 y el 30 de agosto de 2007.
Congreso Mundial Pediatria Atenas