Notipapis Edición 36

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Alcohol y Violencia

Los jóvenes adolescentes constituyen la población más afectada por situaciones de violencia (abuso físico, sexual, verbal y emocional, o abandono) ya sea como testigos, víctimas o agresores, y la posibilidad de que tengan un desarrollo sano se ve limitada.
El alcohol suele ser un factor importante de causa de muerte y lesiones.
Según la OMS el consumo de alcohol provoca el 3,2% de las defunciones anuales a nivel mundial y existen relaciones causales entre el consumo de alcohol y más de 60 tipos de enfermedades y lesiones.
El consumo de alcohol constituye también un factor de riesgo de muchos otros problemas, tales como traumatismos, ahogo por inmersión, quemaduras, delitos contra la propiedad, relaciones sexuales de alto riesgo, síndrome fetal alcohólico, intoxicación alcohólica, y necesidad de tratamiento por dependencia y abuso.
Entre las víctimas de lesiones violentas que acudieron a servicios de urgencia de seis países, el porcentaje de personas en las que se detectaba consumo previo de alcohol iba desde 24% en Argentina hasta 43 % en Australia.
El alcohol se cita sistemáticamente como un “factor de riesgo inmediato de la violencia que afecta a los niños y a los jóvenes” y como “un factor importante de la violencia contra los niños en entornos comunitarios”. Según el informe, el alcohol constituye uno de los tres factores que conducen sistemáticamente a incidentes de violencia juvenil.
El consumo nocivo de alcohol reduce el autocontrol y la capacidad para procesar la información, por lo tanto reduce la capacidad de un bebedor para reconocer los signos de alerta en situaciones potencialmente violentas, convirtiéndolo en un objetivo fácil para los agresores.
Es de gran relevancia prevenir o reducir la violencia relacionada con el consumo de alcohol a partir de:
-El supuesto de que los jóvenes tienen mayores probabilidades de incurrir en comportamientos violentos cuando están bajo la influencia del alcohol, por lo que la restricción al acceso de bebidas alcohólicas probablemente reduciría la violencia juvenil.
-El supuesto de que existe una mayor probabilidad de que los jóvenes (y los adultos) incurran en comportamientos violentos en ciertas circunstancias o condiciones en las que es probable que exista un alto consumo de alcohol, como en bares o acontecimientos deportivos.
Los problemas relacionados con el consumo de alcohol y otras drogas son el resultado de una interacción compleja entre el consumo individual de bebidas alcohólicas o drogas ilegales y los entornos culturales, físicos, políticos y sociales inmediatos
No todos los jóvenes que consumen alcohol incurren en conductas violentas, pero ciertos entornos aumentan la probabilidad de aparición de tales comportamientos. Por ejemplo: durante las horas vespertinas, en los establecimientos que venden alcohol, o cerca de estos, y cuando se consumen drogas ilícitas o alcohol en exceso.
Se trata de entornos específicos y, por consiguiente, las políticas promovidas por los gobiernos (federales, estatales o locales) deben preocuparse de estos ambientes de alto riesgo.

El consumo de alcohol, está intensamente determinado por su entorno, incluídos los mensajes o imágenes omitidas por los medios de difusión, las normas de la comunidad y otros factores.
Por lo tanto la prevención eficaz requiere modificaciones apropiadas de los procesos físicos, legales, económicos, y socioculturales de la comunidad en general que contribuyen al consumo y los problemas relacionados con él.

Lic. Alejandra Lacroze

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