Mitos y realidades sobre la lactancia materna

Por Dr. Horacio Reyes

Alrededor de la lactancia materna proliferan los mitos, tanto en la población general como entre el mismo personal de la salud. El problema de esos mitos es que son falsos y llevan a adoptar conductas erróneas, como detener la lactancia. A continuación, una lista de los mitos más frecuentes y su refutación.

MITO
La lactancia frecuente nos lleva a baja producción de leche. Es conveniente amamantar sólo 4 a 6 veces al día para mantener una buena producción.

REALIDAD
La verdad es exactamente al revés: la producción de leche aumenta mientras más seguido se alimente al bebé. Una buena frecuencia es entre 8 y 12 veces al día durante las dos primeras semanas.

MITO
La madre que amamanta debe espaciar las tomas para dar tiempo a que sus pechos se vuelvan a llenar.

REALIDAD
El cuerpo de la madre durante la lactancia siempre está produciendo leche. Mientras más vacío esté el pecho, más rápido produce leche para reemplazarla. Si una madre espera a que sus pechos se llenen antes de amamantar, su cuerpo recibirá el mensaje de que se está generando demasiada leche y por consiguiente reducirá su producción total.

MITO
La madre debe beber leche para poder producir leche.

REALIDAD
La baja producción de leche se debe, en la mayoría de los casos, a no amamantar frecuentemente y/o a una mala posición. El estrés, la fatiga o la mala nutrición rara vez son causa de este problema porque el cuerpo de la madre tiene un mecanismo natural de supervivencia, desarrollado para proteger al bebé.

MITO
Si el bebé no aumenta de peso, puede deberse a la baja calidad de la leche materna.

REALIDAD
En la mayoría de los casos, el bajo peso está relacionado con que no se le permite tomar la suficiente leche al niño, o con problemas de salud del bebé o de la madre.

MITO
Los bebés obtienen toda la leche que necesitan entre los primeros 5 y 10 minutos.

REALIDAD
El recién nacido, que está aprendiendo, necesita más tiempo para comer, entre 15 y 30 minutos. Lo mejor es permitirle succionar hasta detectar signos de saciedad, como que se retire solo del pecho, y relaje sus piernas y brazos.

MITO
Siempre deben usarse ambos pechos en cada toma.

REALIDAD
Es más importante permitirle al bebé terminar con el primer pecho aunque no tome del segundo para que incorpore grasas que le ayudarán a ganar peso. La siguiente toma se empezará con el pecho que terminó.

MITO
Amamantar frecuentemente puede llevar a la depresión posparto.

REALIDAD
Se cree que la depresión es causada por la gran variación hormonal después del parto. Esto ocurre más comúnmente en mujeres con problemas en su entorno durante el embarazo o incluso antes del mismo. La lactancia materna actúa como un mecanismo de protección contra la depresión.

MITO
Amamantar a libre demanda no profundiza el lazo madre-hijo e inclusive tiene un impacto negativo en la relación de pareja.

REALIDAD
Al contrario. Por un lado, si la madre y el hijo están en sincronía, el lazo que los une mejora. Por otro lado, los padres maduros comprenden que las necesidades de un recién nacido son intensas y luego disminuyen con el tiempo. De hecho, atender al bebé en equipo puede acercar a la pareja, al mismo tiempo que desarrollan sus habilidades como padres.

MITO
Si el niño amamanta frecuentemente, puede llegar a ser una persona obesa.

REALIDAD
Está demostrado que los niños amamantados controlan la cantidad de alimento que desean en cada toma. Alimentar con fórmula e introducir comidas sólidas a temprana edad proporciona mayores probabilidades de obesidad.

MITO
Amamantar acostada puede causar infección en el oído del bebé.

REALIDAD
Debido a que la leche materna tiene una combinación de anticuerpos, factores antiinflamatorios e inmunomoduladores, el bebé es menos propenso a desarrollar infecciones de cualquier tipo, sin importar la posición en la que se amamante.

MITO
No existe la confusión de pezón.

REALIDAD
No es igual la alimentación al seno materno y con mamadera. Un biberón exige menores habilidades orales, comparado con el pecho. Algunos bebés desarrollan una confusión cuando cambian constantemente entre ambos métodos, puesto que aplican técnicas de succión inapropiadas para el pecho.

MITO
No hay necesidad de despertar al bebé para amamantarlo.

REALIDAD
Los recién nacidos a veces no despiertan seguido y se les debe despertar por lo menos cada 3 horas, por el peligro de hipoglucemia (baja en sus niveles de azúcar, pérdida de peso mayor a lo normal).

MITO
Es importante que otros miembros de la familia alimenten al bebé para que se identifiquen y se forme un lazo con ellos también.

REALIDAD
Alimentar no es el único método por el cual la familia puede conseguir un acercamiento con el bebé. Pueden cargarlo, arrullarlo, bañarlo, jugar, etc. Todas estas actividades son igualmente importantes para su desarrollo y pueden servir como medio para formar apego.

MITO
Algunos bebés son alérgicos a la leche materna.

REALIDAD
La leche materna es la sustancia más natural que un bebé puede ingerir. Si un niño no se muestra a gusto con esta alimentación, probablemente se deba a alguna proteína externa absorbida por la leche, pero no a la leche en sí. La solución es que la madre identifique el alimento y lo deje de consumir por un tiempo.

MITO
Amamantar más de 12 meses es inútil porque la calidad de la leche empieza a bajar después de los 6 meses.

REALIDAD
La composición de la leche materna cambia para adaptarse a las necesidades del bebé mientras crece. Por lo tanto, su ingesta continúa complementando y enriqueciendo las defensas. El sistema inmunológico humano madura hasta los 6 años de edad.

MITO
Si la madre se enoja o se asusta hay que suspender la lactancia.

REALIDAD
Estas emociones no afectan la calidad o la cantidad de leche. Sí es importante la tranquilidad de la madre para que el reflejo de bajada no se bloquee.

MITO
Cuando está amamantando, la madre no debe bañarse con agua fría.

REALIDAD
Este hábito no afecta la calidad ni la cantidad de leche producida.

MITO
Una mamá resfriada debe suspender la lactancia.

REALIDAD
Si la madre está resfriada, deberá tener cuidado de no contagiar a su hijo con el uso de un barbijo. No se justifica suspender la lactancia ya que la leche no sufre modificaciones y, en cambio, puede protegerlo contra infecciones.

MITO
Cuando la leche tiene un aspecto fuera de lo común, no sirve para alimentar al bebé.

REALIDAD
El color de la leche humana es diferente al de la leche de la vaca. Es conveniente recordar que al inicio de la tetada, el color es más claro que al final. La leche materna por definición siempre es óptima para los bebés.

MITO
La leche acumulada se echa a perder, por lo tanto no debe darse al niño.

REALIDAD
La leche materna no sufre alteraciones, siempre está en buenas condiciones.

MITO
Las madres que se acaloran no deben amamantar porque la leche le hace daño al bebé.

REALIDAD
El calor del sol o del fuego que reciben algunas madres no altera la leche. Puede continuar la lactancia, procurando ingerir líquidos para satisfacer la sed.

Dr. Horacio Reyes
Clínica Pediátrica PIGUI – México

Presidente de la Asociacion Pro Lactancia Materna AC.
Méjico

CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA

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