Perseverancia: La nena del cuarto auto

Por Dr. Saul Salischiker

Desde el punto de vista teórico, todos entienden que el que persevera tiene, en general, éxito, pero en la realidad, pocos lo practican.

Un querido amigo médico que, desgraciadamente, falleció hace ya 10 años, (siempre lo extraño) y que vivía en Miami, me contó hace mucho la siguiente historia: con una socia había realizado un emprendimiento de policonsultorios, trabajando para seguros médicos, y cada vez les iba mejor. Hasta que su socia lo estafó y se fue. Él se quedó al frente de la empresa de salud con la disyuntiva si seguía con el emprendimiento con deudas y poco capital comenzando desde abajo nuevamente, o si retornaba a Buenos Aires “a la casita de los viejos “.

Como no sabía qué hacer se enteró que en un programa de T.V. habían invitado a los dos hombres más ricos de EE.UU. de ese momento. Se sentó ese día frente al televisor tratando de captar qué tenían en común y cuál era el secreto del éxito de ambos. Pero para su sorpresa los dos hombres eran totalmente distintos, de orígenes distintos, personalidades distintas, creencias distintas, fórmulas de crecimiento distintas, etc. Lo único que descubrió que tenían en común era que ambos habían sido muy perseverantes en sus ideas. Entonces, mi amigo decidió insistir. No volvió a Argentina, siguió con empeño su actividad en Miami y con los años fue teniendo éxito.

Desde el punto de vista teórico, todos entienden que el que persevera tiene, en general, éxito, pero en la realidad, pocos lo practican.
Cuando un joven busca trabajo en su profesión o quiere hacer una carrera o le gusta una actividad que le da placer, pocos insisten hasta que lo logran. La mayoría se frustra rápidamente y abandona la acción. El no perseverar está también relacionado con el propio boicot de la persona para llegar a los objetivos que se impuso.
Uno de los mandatos que nos envía constantemente la sociedad posmoderna es el éxito, pero siempre rápido, lo cual nos está marcando indudablemente el fracaso, ya que el éxito rápido es muy poco probable. O sea que, uno de los objetivos de la sociedad posmoderna es la frustración de muchos y el éxito de unos pocos.
No es extraño encontrar que los medios de comunicación no hacen hincapié en la perseverancia como forma de vida; al contrario, muchos sostienen en general, que la frase “persevera y triunfarás “es poco feliz. Hoy dicen “piensa y triunfarás “. No aclaran que la perseverancia no es la absurda o alocada tipo “Don Quijote y sus molinos de viento”, sino que se entiende perseverar en algo que se analiza y es factible.

Hace poco tiempo me encontraba parado con el coche en un semáforo que tardaba una eternidad, yo estaba en el cuarto coche y había una nena de unos 7 años que aprovechaba la demora para pedir monedas. La nena fue al primer coche, después al segundo y luego al tercero con la misma respuesta negativa.
Yo tenía unas monedas preparadas en la mano para darle pero la nena se frustró y regresó a la vereda. Entonces pensé, cuántas veces yo habré hecho lo mismo y nunca me enteré, lo cerca que estuve de llegar al premio, cuántas veces habré desistido de algo por variadas causas, cuántas veces todos habremos hecho lo mismo que la nena, sin llegar al cuarto coche.

Cuando dejamos o abandonamos la carrera por algo que queremos no nos enteramos si faltaba 1 mt. Ó 1 km.
El que persevera en algo factible siempre llega. Esto no es una fantasía, es una realidad, y a no equivocarse como dice una frase “ perseverar no es chocar contra una pared repetidamente, sino encontrar la forma de atravesarla ”

Dr. Saul Salischiker

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