Uso perverso del ciberespacio
Por Lic. Leila Chait
La mayoría de los chats infantiles/adolescentes se crean para que lo menores no utilicen los portales destinados a los adultos, sin embargo su creación atrajo no solo a los menores sino también a sus acosadores como abejas a la miel.
Engaños, abusos, coacción y acoso a menores por internet, se llama “grooming”, un peligro que aumenta día a día y parece imposible de detener.
¿Te gustaría ser modelo y participar en desfiles y publicidades por televisión?
¡Envíame tus fotos y te decimos si tienes posibilidades!
Esta es una de las muchas técnicas que los pederastas utilizan para contactar con sus víctimas por Internet,
Guillermo Abril & Carmen Pérez-Lanza realizaron una investigación en el ciberespacio. Se inventaron nombres falsos (nicks), crearon cuentas de mail y Messenger y se adentraron en el mundo del chat navegando por los diferentes espacios destinados a menores de edad.
En el primer día de inmersión en el mundo del chat, la falsa usuaria recibió todo tipo de propuestas para iniciar conversaciones, muchas de niñas y niños de su edad, pero también de gente que le proponía directamente y sin preguntar mayores detalles, diversas prácticas sexuales.
Este tipo de propuestas generalmente responden a un tipo de perfil de acosador bien definido, no suelen ser peligrosas ya que si el receptor no se presta inmediatamente a lo que se le solicita o no dispone de cámara web, corta inmediatamente la conversación.
El acosador quiere sexo ya! Y si no lo obtiene se va a buscar otra víctima. Son fáciles de distinguir y sortear.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Entre los muchos participantes del chat se escondían los pedófilos: seductores, que haciéndose pasar por niñas utilizan un lenguaje más acorde a la edad, tiñen su perfil de rosa y corazones y manejan los emoticones (los símbolos de caritas sonrientes con los cuales decoran sus mensajes) y lenta pero progresivamente van captando información que necesitan. A cambio ofrecen sus falsas historias y algunas fotos subidas de tono pretendiendo que quien las recibe haga lo mismo y envíe las propias, de no tenerlas, al encender la webcam y mostrarse, siempre puede ser una segunda opción.
La periodista mantuvo, en cada caso, la conversación, hasta que lo que le solicitaba la supuesta adolescente con la que estaba chateando era imposible de cumplir sin rozar la ilegalidad.
Según la brigada de investigación tecnológica de la policía, una conversación de este tipo puede terminar en algo mucho más grave: el grooming, una palabra que lamentablemente empieza a extenderse.
Consiste en acciones deliberadas de una persona adulta a un/a menor para establecer lazos de amistad a través de programas de conversación – chat tipo Messenger. El verdadero objetivo consiste en obtener imágenes de contenido erótico del/a menor que después utilizará para coaccionarle, bajo amenaza de difundir esas imágenes, y evitar así que la relación se corte. Es decir, abuso sexual virtual, que en algunos casos incluso prepara un encuentro sexual.
El proceso de ciber-conquista puede durar semanas o incluso meses y suele pasar por diversas fases de manera más o menos rápida, según diversas circunstancias. En la mayoría de los casos, los adolescentes sólo acuden a sus padres cuando pierden el control; primero intentan resolverlos por sus medios, ya que temen ser reprendidos y creen haber actuado mal. Se avergüenzan y sienten miedo.
Guillermo Cánovas, presidente de la Asociación Contra la Pornografía Infantil (España) describe el grooming como una “auténtica epidemia”. Cada año, pasa por la ACPI muchísimos casos.
Generalmente los propios chicos son los que escriben desesperados.
Éste es uno de los mails recibidos solicitando auxilio que les envió una adolescente que llamaremos Ana: “Hola. Soy una chica de 15 años, que está siendo abusada por una persona a través de Internet […] Hace unos 7 meses, 1 persona me agregó al Messenger y sin decirme nada, entró en mi cuenta, eliminó todos mis contactos y puso en mi nick otro nombre, lo descubrí cuando volví a entrar en mi cuenta. Era muy grosero, me dejó sin palabras. Yo en mi compu tenía alguna foto mía haciendo toples, no sé como la obtuvo, desde ese momento me amenaza, me pide más fotos, quiere que se me vea desnuda y me pide las posiciones que quiere, dice que si no le hago caso mandará todas mis fotos a los contactos del Messenger. […] Aunque cambio de Messenger siempre me encuentra. […] Me siento vigilada y me da miedo conectarme porque siempre me termina encontrando […] Estoy segura que no solo me lo está haciendo a mí, si no a mas chicas. No sé de donde es ni como se llama, ni su edad, ni si es varón o mujer…Aunque imagino que sea un varón. Espero respuestas”…
Cómo evitar el “grooming”
1. Involúcrese y aprenda a manejar las nuevas tecnologías. Le ayudará a saber qué hace su hijo cuando está conectado y los posibles riesgos a los que se enfrenta.
2. Enseñe a su hijo a ignorar el spam y a no abrir archivos que procedan de personas que no conozca personalmente o sean de su confianza. Explíquele que existen programas capaces de descifrar nuestras claves de acceso al correo electrónico y messenger.
3. Sitúe el ordenador de la casa en una habitación de uso común, donde pueda tenerlo controlado. Evite, en lo posible, colocarlo en el dormitorio de sus hijos.
4. No instale una web cam en el ordenador. O si lo hace, procure restringir su uso mediante una clave de seguridad que sólo usted conozca.
5. Hable con su hijo sobre qué hace cuando navega por Internet: qué páginas visita, con quién habla y sobre qué.
6. Insístale en que no debe revelar datos personales a gente que haya conocido a través de chats, Messenger, My Space… Y pregúntele periódicamente por los contactos que va agregando a su cuenta de Messenger u otro tipo de mensajería instantánea. ¿Quiénes son? ¿Dónde los ha conocido?
7. Explíquele que nunca ha de mandar fotos ni vídeos suyos ni de sus amigos a desconocidos.
8. Háblele de los riesgos de Internet. Que sea un mundo virtual no quiere decir que no pueda acabar afectándole. Con apagar el ordenador a veces no es suficiente.
9. Si nota que su hijo se comporta de forma extraña –le nota ausente, preocupado, pasa muchas horas conectado–, o teme que tal vez esté siendo víctima de grooming, hable con él/ella sin retarlo, dándole confianza para contarle lo que esta ocurriendo
10. Realice la denuncia inmediatamente en la comisaría más cercana. Contacte con la asociación Protégeles (www.protegeles.com), consulte lo antes posible con un especialista y asociaciones de protección de niños, niñas y adolescente, piense que esa persona puede estar acosando también a otros menores.
Fuente: elpais.com
Lic. Leila Chait