Cuándo decir a los hijos que no son biológicos
En la sociedad actual, con el avance de la tecnología y el alto número de separaciones de pareja y adopciones, hay una gran variedad de familias en las que los hijos puede ser que no sean los hijos biológicos o hijos propios.
Los padres que tienen hijos adoptados o que inician otra relación familiar y tienen hijos de otra relación pueden intentar retrasar decir la verdad a sus hijos sobre su origen o bien ocultárselo por temor al rechazo o al dolor que les pueda causar.
¿Deben saber los niños la verdad de su origen?
A veces, por temor a hacer daño a los hijos se puede tener la tentación de ocultarles que son hijos adoptados o fruto de otra relación. Pero si no se les dice, la visión que se les puede dar es que es algo malo. Y, además, se corre el riesgo de que lo sepa por otras personas, lo que hará que pierdan su confianza en nosotros.
Los niños tienen el derecho de saber su origen y su identidad. Además, la ley lo garantiza al cumplir los 18 años.
¿Cuándo debemos decir la verdad a nuestro hijo adoptado?
Si nuestro hijo es adoptado no hemos de tener miedo a usar la palabra ‘Adopción’. La hemos de usar desde el primer momento con naturalidad, tanto en casa como cuando se esté fuera de ella. No hay que hacerle sentir que es algo malo o de lo que avergonzarse. Cuanto antes sepa nuestro hijo la verdad, mejor.
Se puede hablar de la adopción de forma casual desde que el niño es muy pequeño. Los niños comprenden mucho más de lo que imaginamos y lo asimilan mejor si se les va contando desde pequeñitos. Antes de los 3 años es difícil que un niño sepa lo que quiere decir la palabra adopción, pero aunque no la entienda no hay que tener miedo a utilizarla para que le sea familiar.
¿Y si nuestro hijo es fruto de otra relación anterior?
En este caso, como en el de la adopción, hemos de hacer lo mismo. No hay que mentir. Debe saber desde pequeño que tiene otro papá u otra mamá diferente del que le cuida en casa. Y según vaya creciendo ya iremos explicando detalles.
¿Se debe dar toda la información y los detalles de una sola vez a los hijos?
En general, se hará de un modo PROGRESIVO, dando más detalles según vaya madurando y los pueda entender. Porque hay detalles que pueden ser ‘dolorosos’ o ‘difíciles’ y se deben guardar para más tarde. Cada niño ira aprendiendo la información a su propio ritmo e irá preguntando cuando necesite saber más. Quizás habrá que contar la historia varias veces, porque a los 4 años lo entenderá de una forma y cuando crezca necesitará que se la contemos de nuevo. Con más detalles según sea capaz de comprenderlos.
¿Podemos mentir para protegerle del sufrimiento que le podría causar saber la verdad?
Desde luego que NO. No hay que mentir.
Hemos de estar dispuestos y listos para hablar y contestar con naturalidad cuando nos pregunten. Desvelar sus orígenes puede ser doloroso, pero darle la información de modo positivo y con nuestro amor alivia ese dolor. En todo caso, es importante contarlo de forma adecuada a la edad del niño y dar los detalles que puedan ser “más duros” cuando veamos que ya está preparado para oírlos.
¿Cómo se lo contamos?
1. Hay que decirle a nuestro hijo que, independiente de su origen, lo que es más importante es que está con nosotros porque es fruto de un Amor grande e incondicional. Y que eso fue lo que le llevó a vivir en esta familia o se engendrase de una forma diferente (en casos de reproducción asistida).
2. Es importante cuando se le hable de sus orígenes, haber construido una historia del antes y después de su llegada a casa. Que transmita la misma ilusión y el Amor con el que se espera el nacimiento de un hijo tras el tiempo de espera del embarazo. Construir una historia que de sentido y respuesta a las preguntas del hijo. Hacer un álbum de fotos, un diario que diga cómo fueron los hechos, los sentimientos de Amor, los acontecimientos y situaciones que tuvieron lugar durante el proceso. Esto hará al niño sentirse querido, valorado y cuidado; y eso es esencial para su vida.
3. A la hora de contar la información, que sea adaptada a cada edad,
Entre los 2 y 5 años es difícil que los niños puedan entender lo que quiere decir la palabra adopción. Pero los niños a esta edad suelen tener un punto de vista muy positivo y una gran imaginación. Si no se les tiene en cuenta y no les explicamos nada pueden inventarse una explicación más extravagante que la situación real. Con esta edad se puede usar material como: cuentos para los más pequeños, libros, historias que pueden aparecer en los medios de comunicación, historias de otros niños, etc….
Entre los 6 y 12 años los niños van a querer saber más de la historia de la adopción y pueden entender mejor el proceso. Si a esta edad los niños llegan a la nueva familia y ya es conocedor de su situación, va a necesitar un vínculo especial de mucho cariño y apego (por ejemplo, incluso que pueda dormir en la misma cama de los padres si lo desea) y tener la seguridad que nadie lo va a abandonar de nuevo. A esta edad es normal que quiera saber más detalles.
Los adolescentes pueden empezar a entender algunas de las razones por la que los padres biológicos no pueden cuidar a sus hijos. Pero ¡ojo!, porque a esta edad pueden tener una personalidad más frágil o vulnerable y, a veces, hay que esperar a que maduren un poco para contar las realidades más duras. Si cuando ya es un joven adolescente quiere saber más sobre sus orígenes, no hay que impedir que lo haga por temor a perderlos. Que quiera saber mas no quiere decir que vaya a dejar a su familia donde se ha criado. Hay que apoyarlo cuando se le vea maduro como para buscar su pasado y que sepa que nos tiene a su lado para enfrentarse a las duras noticias que pueda averiguar.
4. Si la historia por la que vino a esta familia lo permite, hay que hablar de sus verdaderos padres de forma positiva, explicándole que ellos también lo querían y por eso decidieron que naciera. Y cuando sea posible, hablarles de las circunstancias que los llevó a tomar la decisión de que lo entregarían entregarlos a otra familia para que lo pudieran cuidar del mejor modo posible.
5. En niños que proceden de adopción internacional, es bueno enseñarles cosas y costumbres de su país de origen, llevarlos de viaje e, incluso, que aprendan el idioma.
Asociación española de pediatría