ALGO QUE DEBEMOS ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS
CULTURA DE PAZ Y NO VIOLENCIA
Dr. Salvador Alvarado González*
“Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz” (Declaración de la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)
INTRODUCCIÓN…:
…Y viene un conflicto bélico más. Más de 30 millones de menores de edad han muerto debido a conflictos bélicos en los últimos 10 años según cifras de la Unicef y viene uno más. Y después otro más. Y siempre hay uno más. Esto nos debe hacer reflexionar a los adultos que deseamos un mundo pacífico, un mundo donde imperen los valores necesarios para el mantenimiento de la paz como la tolerancia, la igualdad, la compasión, los derechos humanos de todos, de hombres y mujeres, de ricos y pobres, de piel blanca o morena, habitantes todos de este nuestro único hogar: el planeta Tierra. Esta reflexión debe conducir a enseñar a la infancia, con nuestras actitudes a crear una cultura de paz. He aquí unos cuantos puntos que podemos usar como ejemplo de cómo enseñar a sus hijos que la paz es más beneficiosa que la guerra y la intolerancia. Que la paz conduce a la felicidad, que es, según Aristóteles, el principal propósito de la existencia humana.
EN QUÉ CONSISTE LA CULTURA DE LA PAZ
La cultura de la paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas y las naciones, teniendo en cuenta un punto muy importante que son los derechos humanos. Esta definición fue aprobada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas el 6 de octubre de 1999 en el Acta número 53/243. Tomando el año 2000 como un nuevo comienzo, se intenta concientizar a la humanidad sobre la necesidad de tener una cultura de No Violencia exigiendo la participación de todos en este cambio evolutivo, en el cual 6 parámetros principales nos ayudarán a forjar un mundo más justo, más solidario, más libre, digno y armonioso, y con más prosperidad para todos. Debemos trabajar para enseñar a nuestra infancia a que construya un país libre de la guerra, de los conflictos, de la corrupción, entre cosas negativas que afecten a la convivencia entre las personas. Estos 6 principios son:
· RESPETAR LA VIDA· RECHAZAR LA VIOLENCIA
· PONER EN PRÁCTICA LA TOLERANCIA · ESCUCHAR PARA ENTENDER
· CONSERVAR EL PLANETA· REDESCUBRIR LA SOLIDARIDAD
¿QUÉ PODEMOS HACER COMO PADRES?
¿Pero, qué podemos hacer como padres para prevenir que nuestros hijos pequeños, nuestros “Ángeles” de hoy, ¿no sean los agresivos y sanguinarios enfermos mentales del mañana? Tal vez no sea nada fácil, pero podemos hacer mucho para prevenir los futuros problemas de nuestros hijos. Veamos:
1) Debemos enseñarles a nuestros hijos que pelear no es una actividad placentera, que produce mucho dolor innecesario, que se requiere de dos para iniciar una pelea. Y que por el contrario la sensación de paz interior es lo más preciado que podamos poseer.
2) Debemos tomar una firme decisión personal de ser el ejemplo de padres serenos, pacíficos, ecuánimes, maduros y que no vemos en la violencia el único medio para la resolución de nuestros problemas, sino al contrario, el diálogo y la resolución de los conflictos por medios no violentos son el mejor medio para lograr dirimir las diferencias.
3) Debemos enseñarles que todos los seres humanos somos diferentes, aunque tenemos igual valor como personas. En realidad, es una pretensión absurda pensar que las personas somos iguales.
4) Las personas somos más valiosas y más importantes que las cosas. Esto es obvio, pero frecuentemente actuamos al revés. Creemos que nuestro reloj, que nuestro carro, que nuestra ropa son más importantes que las personas y esto no es así.
5) Trata a las demás personas como deseas que te traten a ti. Si yo respeto a las demás personas, ellas tendrán que tratarme con respeto.
6) Debemos enseñar a nuestros hijos que nuestras opiniones son sólo nuestras, que algunos las compartirán en forma total o en forma parcial, pero que los demás tienen el derecho de disentir, de no estar de acuerdo con nosotros y que no por eso se convierten en nuestros enemigos.
7) Debemos dejar de tener miedo a las personas que son diferentes a nosotros. El miedo ocasiona desacuerdos y violencia. Es claro que la injusticia, que el abuso, que la falta de respeto en toda su expresión, son las causas más importantes que genera irritación y violencia, por ello hay que enseñarles a los hijos a que resten importancia a esos puntos y que aprendan a resolver conflictos mediante el diálogo y otros métodos no violentos.
8) Enseñemos que en el interior de cada uno de nosotros está la clave y el origen del enojo, del enfado, de la ira. Enseñemos que somos los dueños de nuestras emociones, que nadie “nos hace” enojar. Nos enojamos porque queremos.
9) Debemos aprender a usar la autoridad que nos confiere la paternidad evitando la agresión, la amenaza, la fuerza, la falta de respeto para conseguir lo que deseamos, que es educar a nuestros hijos.
10) Por supuesto que todos tenemos momentos de violencia y de ira, pero podemos descargar ésta a solas y con cosas materiales, pero nunca con acciones que afecten a la integridad física y emocional de las personas y mucho menos de sus vidas. La vida es sagrada. Eso hay que enseñárselos desde muy pequeños. Que nuestros hijos pateen, si quieren, la pared, la pelota o el piso, pero estrictamente prohibido descargar la ira y la frustración sobre la indefensa hermana menor o cualquier otra persona.
11) Definitivamente si hay alguna maestría o un doctorado que podamos aprender fácilmente en casa, es el de la violencia y se adquiere tan sólo con ver la televisión y jugar los violentos videojuegos día a día. Prácticamente todos los programas, incluyendo las caricaturas, enseñan violencia en sus grados máximos de expresión. Si algo educa a los niños en el odio y en la venganza, en la violencia son la mayoría de los temas del cine, la televisión y los videojuegos. Prácticamente no hay defensa, un niño recibe cotidianamente miles de mensajes de robos, de muertes, de violaciones, de mutilaciones, de odio, de venganza, de maldad, de tal modo que es prácticamente imposible para ellos, a su corta edad, no ser afectados emocionalmente por esos mensajes que lo que hacen es desensibilizarlos, es decir, llegar a no sentir compasión por el prójimo, sino por el contrario, sentir placer en practicar lo que ve en la tele y los videojuegos: violencia. En el colmo del absurdo llegamos a convertir en héroes a tipos como Rambo que destruye pueblos enteros en aras de guerras políticas orientadas a obtener la sumisión absoluta de otros países para sustraer de ellos sus materias primas y riquezas y, por qué no, mencionemos los narcocorridos que idolatran a personajes que envenenan a nuestra juventud. Seamos responsables: diversas asociaciones internacionales, entre ellas la Academia Mexicana de Pediatría sólo recomienda una hora al día de televisión, o de juegos de video, de programas escogidos y supervisados por los padres y desaconseja poner televisión, videojuegos e internet en el cuarto de los niños y jóvenes. El uso de estos nuevos medios de comunicación masiva debe ser público, no privado, supervisado por los padres.
12) No es con mayores condenas, ni con más patrullas, ni con pena de muerte como vamos a reducir la violencia. Es sólo con la educación como lo podemos hacer. Pero con educación amorosa. Mientras que los mismos medios de comunicación y entretenimiento no otorguen, al menos, el mismo énfasis para enseñar el amor maduro que la violencia a los niños, no podremos esperar menos violencia de nuestros inocentes recién nacidos cuando estos sean jóvenes y adultos.
13) Por último, por falta de espacio, enseñemos a nuestros hijos a respetar las leyes. Todas ellas, no nos pasemos un alto de disco, no tiremos basura, no rayemos las paredes, etc. Todas las leyes son importantes. Respetémoslas nosotros los padres y ellos aprenderán a respetarlas y amarlas, esto es, fomentemos también la cultura de la legalidad, al mismo tiempo que la cultura de la paz. Finalizo con otra gran cita:
“La humanidad podrá ser feliz sólo a través de la
Unidad. La Felicidad estará fuera de su alcance y la Paz no podrá ser experimentada si los pensamientos y sentimientos fluyen en cauces de discriminación y división. Sin Paz, el hombre no tendrá oportunidad de ser Feliz.
Sri Sathia Sai Baba. Avatar de la India.
*El Dr. Alvarado es Médico Cirujano y Partero de la Universidad de Guadalajara, egresado con la especialidad de Pediatría del Hospital Civil de Guadalajara y del Hospital Infantil de México.