Simplemente poner limites
En general a los padres les cuesta poner límites, sienten que está mal lo que hacen, les resulta más fácil decir a todo que sí.
Les quiero contar que en la vida hay límites para todo.
En el caso de los niños:
Serán niños que no pueden esperar nada, que quieren todo ya.
Es muy importante el límite, ya que con el limite los niños se sienten más felices, más tranquilos y cuidados.
Hay rutinas que son: horarios para dormir, para lavarse los dientes, para comer, para jugar.
Poner límites no significa imponerse sin sentido. No significa no dejarle hablar, ni dar su opinión. Poner límites tampoco significa gritarles. Se pueden establecer límites de forma racional y consensuada, respetando ciertas libertades de los niños y cierta elasticidad. Por ejemplo, no significa que no dejes jugar a tu hijo en casa, sino que ciertas formas de juego no están permitidas en casa. Pueden jugar a la pelota en casa con las manos, pero puedes prohibirle jugar al fútbol en el salón.
Si tenemos en cuenta la opinión del niño a la hora de poner ciertos límites, él se sentirá respetado, escuchado y valioso, y esto generará un sentimiento de bienestar que le llevará a aceptarlos de mejor manera.
Para un niño, la falta de límites es entendido como una falta de cariño y atención. Y cuando crezca, culpará a sus padres.
No sabrá más adelante que está bien y que esta mal. No tolerará tampoco una frustración.
De grandes son lamentablemente los adolescentes que fumarán un porro o varios, probará otras drogas quizás, tomarán alcohol por demás, probarán todo, ya que no aprendieron que se puede y que no.
Así que padres, ayuden a sus hijos poniendo un limite desde chicos, y verán como se relajarán.
De grandes estarán agradecidos de que sus padres les enseñaron con los límites, y que los cuidaron.
Lic. Gloria Grosman
psicóloga