El niño y los padres ante la cirugía
Por Dra. Ana Katz
Una intervención quirúrgica infantil siempre genera angustia y provoca una mala adaptación al acontecimiento estresante. Por lo tanto, la familia debe ser preparada psicológicamente para afrontar la situación de la mejor manera posible.
Las investigaciones son concluyentes en cuanto a la importancia del control de la ansiedad previa a la cirugía: las complicaciones posquirúrgicas disminuyen notablemente, la recuperación física y psicosocial postoperatoria es más rápida.
Junto con el equipo de cirugía, son los pediatras de Atención Primaria los encargados de preparar al niño y a sus padres antes de una operación. Asimismo, el médico anestesista debe conversar con ellos para aclarar toda clase de dudas y miedos. Es importante tomar conciencia de la importancia de su papel.
De allí en más, según el tipo de intervención, se suministra información sobre los pasos a seguir en el quirófano: las sensaciones que va a tener el niño, los instrumentos y aparatos presentes, las conductas que se esperan del paciente. A la hora de informar, conviene que cada institución entregue un folleto con explicaciones y dibujos para que cada familia lea en la casa.
La participación de los padres en todos los momentos del período hospitalario también es vital. Al asignárseles un papel activo, reducen la ansiedad y el estrés. Como consecuencia, transmiten tranquilidad a sus hijos.
Los miedos más frecuentes
Podemos dividir los factores más estresantes de la situación hospitalaria para el paciente según su edad:
El bebé
•separarse de los padres
•quedar a cargo de muchas personas diferentes
•rodearse de lugares, sonidos y olores extraños
•experimentar cambios en las rutinas
•interrumpir el sueño
•confundir el día y la noche
El niño que empieza a caminar
•quedarse solo
•sentirse indefenso
•estar obligado a permanecer en una cama extraña
•no contar con las comodidades del hogar
•estar en contacto con gente desconocida
•estar rodeado de equipos médicos que provocan miedo por su aspecto y sonido
•someterse a procedimientos dolorosos
El niño en edad pre-escolar
•estar lejos de la familia y del hogar, quedarse solo
•despertarse durante la cirugía
•sentir dolor (o la posibilidad de sentir dolor)
•la idea de que se encuentra en el hospital porque está sufriendo un castigo
•posibilidad de una alteración de alguna parte del cuerpo
•elementos amenazantes: agujas, inyecciones, oscuridad
El niño en edad escolar
•perder el control
•alejarse de la escuela y los amigos
•la idea de que se encuentra en el hospital porque está sufriendo un castigo o por ser malo/a
•sufrir lesiones o la destrucción de alguna parte del cuerpo
•sentir dolor (o la posibilidad de sentir dolor)
•las agujas y las inyecciones
•temor a morir
El adolescente
•perder el control
•alejarse de la escuela y los amigos
•sufrir modificaciones en el aspecto de alguna parte del cuerpo
•miedo a lo que los demás puedan pensar acerca del miedo de estar enfermos u hospitalizados
.miedo a lo desconocido
•sentir dolor
•temor a morir
¿Qué pueden hacer los padres en los días anteriores?
•Léale a su hijo libros acerca de lo que implica tener que ir a un hospital.
•Los juegos interactivos con muñecas y animales de peluche pueden ayudar a que su hijo se sienta más seguro en el entorno hospitalario. El Departamento de Niños del Hospital puede ofrecer este servicio o guiar a los padres debidamente.
•Dé explicaciones muy sencillas e intente utilizar el vocabulario más conveniente. Por ejemplo, diga:
El doctor te curará el brazo. No diga: El doctor va a hacerte un corte en el brazo.
•Permita que su hijo decida qué objeto desea llevar al hospital para sentirse más seguro. Incluya su libro favorito y música que lo tranquilice.
•Permanezca con su hijo durante la hospitalización: las caricias y la voz de los padres lo tranquilizarán más que cualquier otra cosa. Informe a las enfermeras acerca de los hábitos y preferencias del chico.
•Sea paciente. Por ejemplo, es normal que el niño que empieza a caminar llore y esté nervioso, se torne muy posesivo. Sin embargo, es inusual que se observen regresiones y reacciones violentas o rabietas. Bríndele mucho afecto y hágale saber que usted estará a su lado.
•No descuide su propio bienestar. Durante este período, intente simplificar al máximo su vida, y no dude en pedir ayuda a familiares y amigos. Mantener una actitud positiva y tranquila puede reducir la ansiedad de su hijo.
El tema del ayuno
El ayuno no debe ser prolongado, dado que el niño no sediento está más tranquilo y tiene signos vitales estables. Asimismo, sobrelleva mejor la inducción a la anestesia, presenta menos hipovolemia (disminución del volumen de sangre circulante) y menos hipoglucemia.
En cuanto a la ingesta de líquidos orales, el volumen nunca es tan importante como el tipo de líquido. Por ejemplo, agua y otros líquidos claros son admitidos hasta 2 horas antes de la inducción de la anestesia. La ingesta de leche materna, hasta 4 horas antes. Leche de fórmula o leche de vaca, hasta 6 horas antes.
Con respecto a alimentos sólidos, se recomienda su ingesta, como máximo, hasta 6 horas antes de la anestesia. Chicles y dulces no están permitidos el día de la cirugía.
Dra. Ana Katz
katzana@hotmail.com
Departamento de Anestesia y Cuidados Intensivos
Soroka University Medical Center
Ben Gurion University, Beer Sheva, Israel
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