Entrevista a Ronald Hansen: padres e hijos pueden usar el mismo protector solar

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Por Lic. Gloria Grosman

Papis tuvo el inmenso honor de entrevistar a Ronald Hansen, un dermatólogo pediátrico de la Universidad de Arizona, quien contestó preguntas sobre todos los temas referidos a la piel de los chicos.

Doctor, ¿cuáles son los motivos más frecuentes de consulta?

Principalmente, encontramos dos problemas en la piel de los chicos: dermatitis atópica (también llamada eczema atópico) y hemangiomas. La dermatitis atópica afecta a alrededor del 20% de los niños. Es un proceso crónico de enorme irritación, en pieles muy secas. No se conoce su causa, pero sí la manera de tratarlo. El hemangioma es un crecimiento de los vasos sanguíneos que aparece como una hinchazón roja en bebés de uno o dos meses de edad. Crece rápidamente por 8 meses y luego va desapareciendo a lo largo de 3 a 5 años.

¿Desde qué edad es conveniente llevar a un chico a un dermatólogo pediátrico?

Cuando se trata de la piel de los bebés, siempre recomendamos consultar primero al pediatra.
Él conoce los principios generales del cuidado de la piel. En caso de que el pediatra no pueda controlar los problemas dermatológicos que mencioné antes, entonces sí los padres deben consultar a un dermatólogo pediátrico. El problema es que la mía no es una especialidad muy común, por lo que puede resultar difícil encontrar a un dermatólogo pediátrico en cualquier ciudad.

¿Cuál es el rango de edad que cubre?

Tratamos desde recién nacidos hasta jóvenes de 18 años. Dado que atendemos casos complicados de malformaciones y problemas crónicos severos, también seguimos viendo a los pacientes a quienes conocemos desde pequeños. Obviamente, no echo a nadie de mi consultorio, pero los adultos prefieren consultar a un médico de adultos, es algo entendible para mí.

¿A partir de qué edad pueden exponerse al sol los niños?

Hasta los seis meses, es mejor no exponer a los bebés al sol. Después de los seis meses, los protectores solares son absolutamente seguros. Sin embargo, hay que tener ciertos recaudos. La exposición al sol entre las 10 de la mañana y las 2 ó 3 de la tarde no es conveniente para nada. Los rayos son muy fuertes en esas horas y resultan dañinos, especialmente para las pieles más claras. Si es imposible evitar la exposición al sol, al menos es preferible usar ropa para protegernos. Si esto también es imposible, el protector solar atenúa el daño.
Los protectores solares que usan los padres pueden ser usados sin problemas por los chicos. Toda la familia usa el mismo producto, es más simple.

¿Qué factor recomienda en general?

Nunca menos de factor 30. El filtro debe proteger tanto de los rayos A como de los B. Los factores más altos existen, pero en cierta medida son engañosos. Todos los protectores se van con el agua o la transpiración (a pesar de que digan que son resistentes al agua). Si tengo una crema con factor 70, enseguida baja su capacidad de protección.
Los filtros solares deben aplicarse cada dos o tres horas. Uno de los errores más frecuentes es usar una cantidad menor que la indicada. La gente usa en general un tercio de la cantidad que debería ponerse. Por lo tanto, este error que los adultos cometen con su propia piel también lo cometen cuando deben untar a sus hijos.

¿Qué situaciones pueden ser consideradas una emergencia?

Para ser honesto, no hay muchas. Las emergencias dermatológicas suelen tener que ver con reacciones adversas a medicamentos, con aparición de ampollas en todo el cuerpo. En esos casos, realmente peligrosos, usamos antibióticos y remedios clásicos, como los anti-convulsivos.

¿Y cuáles son las enfermedades más serias que tratan?

He atendido algunos casos de melanomas. Diagnosticamos, de vez en cuando, leucemia y linfoma en la piel. Esas son enfermedades muy serias.

¿Es alta la incidencia de enfermedades terminales?

No, pero nunca se nos pueden pasar por alto. Es decir, nosotros somos los primeros en detectar enfermedades muy serias y es crucial hacerlo a tiempo. Por ejemplo, apenas el 2% de los casos de melanoma se da en niños. Sin embargo, su aspecto en la piel de un chico es diferente, no es fácil de reconocer. El linfoma también es bastante infrecuente. Es una protuberancia del color de una ciruela, púrpura.
En la clínica infantil, estamos atentos a toda protuberancia de color rojo, o manchas azules o negras, con un crecimiento rápido. También nos fijamos en los lunares grandes de nacimiento. Mientras más grande sean, más chances hay de que se conviertan en un melanoma. Cualquier cambio rápido en una mancha, un lunar o una protuberancia es un motivo para sospechar.

¿Tiene alguna sugerencia para los padres?

En términos generales, la piel cuenta con buenos mecanismos de curación, por lo que la mayoría de la gente no tiene que preocuparse demasiado por el tema. En climas secos, todos necesitan humectar un poco la piel con cremas. En climas húmedos, no es tan importante.
El 20% de niños que sufren un eczema atópico, además de humectar la piel, necesitan medicamentos que alivien la irritación y la inflamación, típicamente esteroides y cremas con corticoides.

¡Muchas gracias, Dr. Ronald Hansen!

Ronald Hansen es Director del Área de Dermatología Pediátrica del Hospital de Niños de Phoenix, Arizona, Estados Unidos. También es un reconocido profesor de la Universidad de Arizona.

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