Capitulo 3

Había 12 huellas contando la de los dos pies. Cuando salí de la casa no había nada más. Solamente la calle. Llamé a la policía. Nadie respondió. Intenté llamar devuelta y tampoco. Luego, llame al FBI, pero dijeron que estaban investigando el caso Corrientes y no había nadie disponible. Lo llamé a Ignacio.
- Hola Ignacio, ¿Por qué habías dicho que querías que sea un detective?
- Hola – dijo con una voz grabe y media robótica
- Si, hola. ¿Todo bien?
- Yo maté a tus padres por tu culpa y te vas a tener que hacer responsable.
- Dale, muy buen chiste. Ahora dale, respóndeme.
- Si no solucionas esto en menos de 48 horas voy a ir a tu casa y te voy a secuestrar como a ellos.
- ¿Y cómo vas a saber mi dirección?
- Av. Guatemala 4864.
Le corté la línea. Quien sea quien fue ese, estaba hablando en serio. ¡TENÍA QUE SOLUCIONARLO DE INMEDIATO!

Capítulo 4
“Ruger 45” – anoté – “Un hombre con una máscara de toro mato a mis padres con una Ruger 45 a la 15.30. El hombre no dejo rastros. Solo un pequeño pelo al lado de las huellas que había dejado por accidente en el piso”.
Era completamente imposible saber a dónde se fue. El arma me di cuenta cual era por la bala. En el Uncharted (videojuego) hay muchos tipos de pistolas. A veces en los cumpleaños, me regalan pistolas de decoración y las guardo en mi habitación como si fuera un asesino. Una cosa es un juego, pero otra cosa es que maten a mis padres. Hablé con mi tío y le dije que me prestara su máquina de ADN. (Le dije que era para ver el ADN de un mosquito de la tarea de la escuela, pero era para detectar las huellas)
Eran unas huellas de una suela de zapato moderno. De pronto, llego a mi casa ese detective misterioso que había nombrado la otra vez en la escena del crimen.
- Así que estas investigando el ADN de las huellas de él.
- ¿Qué haces en mi casa?
- Un detective siempre tiene una estrategia para abrir una puerta ajena, y vos la deberías tener.
- Pero yo no soy un detective.
- Si estas investigando un caso si lo sos .Soy Jack, o me podés llamar Detective Aidon – me dijo y me dio la mano – Tenes que estar preparado para cualquier cosa que venga. Te invito a unirte a mi agencia secreta A.S.D (Agencia Secreta de Detectives)
- Interesante nombre, pero paso. No quiero unirme.
- Entonces le vas a tener que devolver la maquina a tu tío.
- ¿Y cómo sabes eso?
- Los detectives tienen un tercer ojo.
- Wow, no sabía que eran monstruos.
- Hay por favor, ¿no sabes identificar la ironía? A lo que me refiero es que los detectives ven todo lo que pasa.
- ¿O sea que me estuviste observando?
Meneo la cabeza. Pensé un rato y respondí inseguramente.
- Ok, me voy a unir a tu grupo.
- Excelente – dijo y de inmediato saco unos papeles de su grande bolsillo.
- Firma aquí.
- ¿Me pedís que me una a un grupo y encima me cobras?
- Mi displace, mi sono confuso sula carta.
- ¿Y encima me hablas en italiano?
- Que mis disculpas. Este no era el papel.
Nosotros te queremos en el grupo.
- ¿Por qué?
Hizo una respiración.
- So che eri il colpevole.
- ¿Que, qué?

Capítulo 5
- Que sé que fuiste el culpable.
- ¿De qué?
- Del crimen de la calle Corrientes.
Se me aceleró el corazón.
- Me estás cargando, ¿no?
- Non sto scherzando.
- ¿Qué no estás haciendo un chiste? Bueno, a mí me parece que sí.
- Fuiste testigo.
- No, yo estaba en la escuela. Y aparte, ¿Qué tengo de culpa siendo testigo?
- Que no nos contaste la verita.
- ¡PERO SI ESTABA EN LA ESCUELA, MALEDETTO!
- CHIUDI LA BOCCA E NON INSULTARE! – dijo y levanto la pistola
- ¿Qué me calle la boca y no insulte?
- ¡SMETILLA! – tiró un disparo que si hubiera estado un metro a la izquierda me hubiera roto el hombro.
- Explícame. ¿Por qué quisieras meter a un “culpable” en una escuela de detectives?
- Amico, era una joda A.S.D.
- ¿Era un chiste?
De pronto, entraron 3 personas a aplaudir.
- Cada vez que alguien entra a nuestra asociación, le hacemos un chiste. Cuando alguien más se una, vos vas a ser uno de ellos.
- ¿Qué son ellos?
- Ellos planearon esto.
- Ay, muy buena. Qué bueno que me tienen porque voy a poder hacer las mejores bromas del mundo.
- Pero no te pienses. Esta escuela es para aprender a ser un detective, no solo para esta mínima parte. Stiamo andando allá limousine!
Salimos de mi casa y nos subimos a una bella limusina con un chofer, los 3 chicos y el. Se les notaba la cara de presumir. Está claro que ellos no compraron esa limusina.
- Benvenuto – dijo con una sonrisa.
Él se piensa que es un detective que me invita a su escuela entonces me muero de la emoción como los chicos de 5 años.
- ¿Voy a tener que pagar, o qué?
- Te hemos invitado especialmente, no habrá necesidad. Salvo que…
- No – lo interrumpí – prefiero mantener la plata por lo menos hasta que mis papás se recuperen. Voy a llamar a los médicos.
Mientras que estaba agarrando el teléfono, lo agarró y se lo escondió en un bolsillo.
- ¡¿QUÉ TE PASA?!
- Non chamare i doctore!
- Ya sabes que no te entiendo.
- Que no llames a los doctores.
- ¿Por qué?
Se acercó hacia mí.
- Hay que investigar el caso. No nos podemos arriesgar a que los doctores les hagan cualquier cosa sin saber qué es lo que realmente tienen.
- Tenés razón. Bueno, sos un detective así que siempre tenés razón.
- Non! Anche gli investigatori hanno torto. Los detectives también se equivocan.
- Escúchame. ¿Por qué hablas tanto italiano?
- Nací en Italia y es una lengua que uso para que nadie me entienda.
- Mmmm, lógico.
- Bueno, ya hemos llegado – anunció el chofer
Si, hemos llegado. Y no sabía en lo que me estaba metiendo.

Demian Grosman, Gracias!!!!!!!!!
11 años