Estrés post traumático
Por Lic. Gisela Holc
Estamos viviendo una época de inseguridad. No bien prendemos la TV escuchamos el robo del día, el crimen de la semana, el secuestro del mes. ¿Quién no tiene una experiencia propia de robo, o un familiar o amigo a quien hayan asaltado, o realizado un secuestro exprés?
Toda esta realidad que estamos viviendo actualmente, trae aparejada ciertos síntomas de miedo y ansiedad. Como no pensar que quienes hayan atravesado algún hecho violento no tengan consecuencias de estrés post traumático.
¿Qué es el estrés post traumático?
El trastorno por estrés post-traumático es un síndrome que se produce tras experimentar un suceso traumático como puede ser un accidente de tráfico, la pérdida de un ser querido, una agresión, un desastre natural, etc. Es normal que tras un suceso impactante se reaccione con ansiedad durante cierto tiempo.
Cabe destacar que para que un acontecimiento sea traumático debe tener las siguientes características: debe ser imprevisto, inesperado y violento. De este modo el suceso irrumpe en el aparato psíquico del sujeto, lo sorprende y lo desorganiza. La magnitud del hecho supera la capacidad de procesamiento y elaboración del mismo.
Consideramos que existe un trastorno de estrés post-traumático, cuando la reacción es extremadamente intensa, o inusualmente duradera.
Dicho trastorno se caracteriza por respuestas negativas en los planos emocional (tristeza, llantos, melancolía…), mental (recordar permanentemente el hecho traumatizante, culpabilizaciones, ideas obsesivas…) y comportamental y fisiológico (evitar los lugares asociados al suceso, aislamiento, alteraciones en la conducta alimentaria, insomnio…).
Sin dudas, para desarrollar un estrés post traumático, primero hay que pasar una situación traumática con las características antes mencionadas.
No es la situación en si lo que determina el trauma, sino la vivencia de esta. Pero no hay trauma sin vivencia, así como haber atravesado una situación potencialmente traumática tampoco garantiza que se desarrolle dicho trastorno.
Hay situaciones de la vida cotidiana que resultan traumáticos para el individuo que los padece, por ejemplo: tener un jefe maltratador, ser burlado por los compañeros de colegio o trabajo, quedar expuesto en una situación social, quedar encerrado en un ascensor etc. Todas estas son también situaciones potencialmente traumáticas, si así se vivencia y cumplen con las características para ser evento traumático.
A continuación presentaremos un cuestionario para determinar si tiene los síntomas característicos del estrés post traumático.
La condición para marcar que SI a alguno de los síntomas es que haya transcurrido un mes desde el episodio traumático.
1. ¿Durante la situación, sentiste miedo, impotencia u horror?
2. ¿Te vienen a la mente imágenes de la situación?
3. ¿Tenés sueños, pesadillas sobre el suceso?
4. ¿Te angustias cuando se cumple el aniversario del hecho?
5. ¿Tenés reacciones físicas cuando te acercas a la situación vivida o similares? (*)
6. ¿Te sentís insensible, frío, distante?
7. ¿Evitas hablar del hecho?
8. ¿Te aislaste de los demás después del evento?
9. ¿Problemas de concentración, insomnio?
10. ¿Te asustás fácilmente desde lo ocurrido?
11. ¿Tenés reacciones exageradas ?
12. Estos síntomas, ¿afectaron el normal funcionamiento de tu vida, después del evento?
13. ¿Tenés reacciones emocionales cuando te acercas al lugar del evento o lo recordas? (*)
14. ¿Necesitas hablar, contar muchas veces lo ocurrido? O bien ¿evitas totalmente hablar de ello?
(*) Reacciones físicas: taquicardia, sudor, ganas de vomitar, mareos, tensión etc.)
Reacciones emocionales: enojo, rabia, ira, ganas de llorar, llanto, ansiedad)
Una característica importantísima del estrés post traumático es la re experimentación del hecho. Generalmente el paciente tiene recuerdos o pesadillas recurrentes, donde el acontecimiento vivido se repite una y otra vez. Los síntomas pueden aparecer incluso ante estímulos que recuerden el acto. El paciente tiende a evitar estos estímulos, esforzándose por no pensar ni hablar acerca de esa situación, también intenta evadir actividades o personas que le recuerden ese hecho traumático.
Si usted ha experimentado un acontecimiento traumático y presenta al menos tres síntomas de la tabla, entonces le sugerimos que realice una consulta psicológica para tratar su padecimiento. ¡El estrés post traumático no se va solo!, ¡no es cuestión de tiempo!
¿En qué consiste el tratamiento?
Ya que el estrés post traumático es un cuadro de ansiedad, el tratamiento psicológico, debería incluir técnicas de relajación, de desensibilización sistemática, exposición progresiva, registro de ideas, pensamientos y emociones etc., que van ayudar a una recuperación completa y mantenida.
Dado que gran parte de las reacciones post-traumáticas son de carácter ansioso, puede complementarse con la inclusión en el tratamiento de un fármaco ansiolítico. El tratamiento farmacológico actúa sobre los síntomas somáticos de carácter ansioso.
Por tanto puede utilizarse durante un periodo de tiempo para la reducción de los síntomas fisiológicos (como por ejemplo el insomnio), bajo estricto control médico.
En la actualidad, y dada a la alta inseguridad en la que vivimos, deberíamos hacer un trabajo preventivo. La prevención del estrés post traumático reside en aumentar la resiliencia del paciente. Podríamos definir la resiliencia como la capacidad de una persona a resistir a los factores de estrés. Esto se logra teniendo información de lo que puede suceder, aunque sea en forma potencial. Saber que estamos expuestos a que algo sucediera, esto reduce el factor sorpresa. Tener información de cómo deberíamos actuar en caso que tal o cual situación pasara, nos da recursos y herramientas para poder actuar.
No sentir que estamos exentos… a mi no me va a pasar. Reconocer que somos igual que el vecino de enfrente, que tenemos las mismas posibilidades que algo nos pase, aunque tomemos medidas de seguridad, no somos imbatibles.
Al mismo tiempo que digo que es importante estar informado, también afirmo que estar sobreexpuesto a la información no es bueno. Como siempre, encontrar la medida justa entre negar las posibilidades y estar absolutamente pendiente a la crónica negra del día.
La sobreexposición nos puede generar lo que llamamos trauma vicariante. Esto es cuando somos testigos de algo que le pasó a otra persona, y que también me pudo haber pasado a mí. Esta sensación de vulnerabilidad genera aumento de ansiedad y puede desarrollar un estrés post traumático vicariante.
El objetivo de la terapia propuesta está centrado en la recuperación del problema que padece la persona afectada, no sólo en la comprensión de las causas que los generan, ya que los pacientes que acceden a un tratamiento, muchas veces logran entender lo que les pasa pero no logran superar el problema que los afecta.
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Lic. Gisela Holc