Sexualidad en la adolescencia: ¿cómo tratarla adecuadamente?
La adolescencia es un periodo en el que la comunicación entre padres e hijos suele resultar complicado. Sin embargo, es cuando necesitan entender y ser entendidos, así como aprender las cosas que les serán útiles para la vida futura
La sexualidad es uno de los asuntos más complicados. Muchos padres no saben cómo tratar los temas de sexualidad con sus hijos, por eso en ocasiones se convierte en un asunto tabú.
La importancia de tratar la sexualidad en la adolescencia
Son muchos los padres que no tienen idea de cómo tratar la sexualidad en la adolescencia, pero no hablar sobre este tema es algo malo para ellos. La falta de comunicación puede generar que el día de mañana los hijos sean personas inseguras o que cometan graves errores que los acompañen para el resto de sus vidas.
El periodo de la adolescencia es muy diferente en cada menor. Los padres tenemos que estar atentos a cuando el joven comienza a tener inquietudes hacia los temas sexuales. A partir de los 12 años es posible que las preguntas, los temores y las ansiedades comiencen a surgir. Entonces cuando hay que resolver todas y cada una de las dudas, así como adelantarse a futuros problemas.
¿Cómo tratar la sexualidad en la adolescencia?
El trabajo en la educación sexual realmente comienza mucho antes. Durante la niñez hay que explicar conceptos básicos sobre las diferencias físicas entre los niños y las niñas. Es mejor que lo hagamos nosotros a que lo descubran por sí mismos. Ya desde ese momento hay que enseñarles a respetar su cuerpo.
Con la llegada de la adolescencia, se debe incidir en los aspectos biológicos y explicar con naturalidad todos los aspectos sexuales. Hay que hacerles entender que las relaciones sexuales envuelven emociones profundas, que hay que ser muy selectivos y también responsables. No hay que esperar al último momento para explicarles las cosas.
Desde el primer momento, hay que hacerles entender que el sexo es otra más de las facultades del ser humano y qué tienen que hacer para que esto sea una fuente de placer y no un problema.
Por supuesto, hay que evitar plantear el sexo de manera negativa. Si solo les explicamos que hay que estar muy seguros de con quién tener relaciones íntimas, que pueden contraer enfermedades de transmisión sexual, que puede haber un embarazo no deseado… lo estaremos planteando mal.
Cuando se habla con los hijos del sexo hay que hacerles ver que, si se hacen bien las cosas, no hay que temer nada; y que puede ser muy placentero tanto física como emocionalmente: es una necesidad sentirse queridos y gustar. Hacerlo de esta manera los hará más receptivos y evitará las respuestas cortantes que acompañan a esa etapa de la vida, así como una visión distorsionada del sexo como la que llega por medio de la televisión o Internet.
Y por último, no hay que hacer monólogos, su opinión también es muy importante. Hay que hacer llegar a conclusiones acertadas por medio de preguntas y conversaciones fluidas, en un entorno tranquilo y agradable. Solo si sabemos qué saben y qué piensan le daremos la mejor guía.
Escrito por Cristina Fernández Bilbao