LA ANEMIA POR FALTA DE HIERRO CÓMO SE PUEDE PREVENIR

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INTRODUCCIÓN

Entre los grandes problemas de salud en la infancia, la anemia sigue siendo uno muy importante pues se calcula que 1.5% de las muertes se deben a este problema por deficiencia de hierro, esto a pesar de lo relativamente fácil que es hacer el diagnóstico y lo hasta cierto punto económico del tratamiento.

Aunque la anemia por falta de hierro se presenta a cualquier edad, suele afectar de manera particular a los niños, mismos que son considerados un grupo de alto riesgo. Por eso padres, pediatras y médicos que atienden niños deben estar pendientes de este problema para iniciar de manera oportuna el tratamiento, o mejor aún, la prevención, evitando así esta enfermedad que puede afectar el desarrollo de la inteligencia, el crecimiento, la función inmune y la capacidad para llevar a cabo trabajos físicos.

 

¿QUÉ CAUSA LA ANEMIA Y CÓMO SE MANIFIESTA?

La anemia suele ser un problema de salud de origen multifactorial, pero la deficiencia de hierro es su causa más frecuente.

El hierro es un componente esencial para el ser humano, es necesario para sintetizar la hemoglobina, molécula importantísima para nuestra oxigenación.

Entre los síntomas de la anemia por falta de hierro puede haber palidez,

Irritabilidad, falta de energía, fatiga, sueño excesivo, cambios de conducta, llanto fácil y de la nada, dificultad para el aprendizaje, taquicardia (latidos), así como deseo de comer sustancias peculiares como tierra o hielo (fenómeno conocido como “pica), cada niño experimenta los síntomas de manera diferente y es por ello que los exámenes de laboratorio son necesarios para establecer el diagnóstico.

Para que falte el hierro pueden estar sucediendo varias cosas:                                                

1. Que la dieta sea pobre en hierro.

2. Que se estén generando cambios corporales que aumenten los requerimientos de hierro.

3. Que existan anormalidades en el aparato gastrointestinal que eviten una absorción adecuada del hierro.

4. Que haya pérdida de sangre que cause disminución de las concentraciones del mismo; esta pérdida puede deberse a lesión o problemas gastrointestinales.

En los niños, en particular en los primeros meses de vida, suele necesitarse grandes cantidades de hierro para que se dé la eritropoyesis, es decir, la formación de los glóbulos rojos, de tal manera que para los cuatro a seis meses de edad las reservas de hierro son escasas, o ya se han agotado y debe darse dosis extra a pesar de que la leche que consume el niño diga que está suplementada con hierro.

Por otra parte, en un gran número de estudios de prospección nutricional se ha hecho evidente que existe una relación entre la deficiencia de vitamina A y la anemia ferropénica; de igual manera, es importante la concentración de cinc, debido a que este elemento es necesario para que se mantenga un buen metabolismo del hierro.

Con base en lo anterior, es posible indicar que el tratamiento de la anemia ferropénica debe enfocarse a establecer acciones que no sólo aumenten las concentraciones de hierro corporal, sino que también ataquen los problemas subyacentes que son causa de la anemia. De ese modo, aunque como tratamiento de primera línea se indique una dieta rica en hierro se agregue la vitamina A y el cinc, así como otras recomendaciones según grupo de edad del que se trate. En los recién nacidos y en preescolares, por ejemplo, los lineamientos de prevención incluyen: 

• Favorecer que a los lactantes se les amamante en forma exclusiva cuando menos hasta 6 meses de edad.

• Cuando cese el amamantamiento exclusivo favorecer el consumo de alimentos fortificados con hierro.

• Para niños que reciben fórmula, recomendar el uso de fórmulas fortificadas con hierro.

• Para niños de seis meses de edad que aunque sean amamantados y consuman alimentos fortificados demuestran tener concentraciones bajas de hierro, indicar hierro por vía oral (gotas).

• Recomendar para niños de uno a cinco años de edad que no se ingieran más de 24 onzas de leche de vaca o soya por día.

• Recomendar que los niños de cuatro a seis meses de edad comiencen a consumir cereales fortificados.

• Alrededor de los seis meses de edad favorecer el consumo diario de alimentos ricos en vitamina C, esto para mejorar la absorción de hierro.

• Sugerir que después de los seis meses de edad o cuando ya esté listo desde el punto de vista de su desarrollo el niño consuma carnes rojas picada. 

¿Qué alimentos debe comer una persona con anemia?

Loa alimentos ricos en hierro son las verduras verdes, los frijoles, las lentejas y todo tipo de carnes rojas, incluso el hígado y los cereales fortificados. Nota: La leche no previene la anemia por deficiencia de hierro. 

¿Con qué frecuencia deben hacerse estudios a los niños para buscar anemia? Aunque en este punto no existe total acuerdo entre los pediatras, es conveniente realizar un estudio general en busca de anemia entre los 6 y 14 meses de edad. Con estos exámenes de laboratorio se podrá contar con una referencia para determinaciones posteriores 

¿Se heredan las anemias? Existen algunos tipos de anemia que pueden presentarse con mayor frecuencia en algunas familias, son poco comunes y en ocasiones, además de presentar todos los datos ya descritos para la anemia, pueden acompañarse de coloración amarillenta de la piel (ictericia) y crecimiento del bazo, un órgano localizado en el abdomen. En otros casos, los niños desde el nacimiento pueden presentar anemia debido a la diferencia en el grupo sanguíneo RH entre éstos y la madre, por lo que las mujeres con grupo RH negativo deberán contar con una vigilancia estrecha de sus hijos tanto durante el embarazo como al nacimiento.

¿Todas las personas con anemia deben transfundirse? Aunque parecería que una transfusión sería la forma más rápida de tratar una anemia, es esta una salida fácil que no ataca al problema de raíz, ya que no combate las causas de la anemia. Por otra parte el realizar una transfusión conlleva riesgos importantes como podrían ser la posibilidad de transmitir alguna enfermedad infecciosa como la Hepatitis y el SIDA, entre otras. Por lo tanto, las transfusiones cuentan con indicaciones precisas como serían la presencia de sangrado profuso que pone en riesgo la vida de la persona (anemia aguda) o en el caso de que el grado de anemia fuera tan severo que no permitiera a la persona realizar las actividades más insignificantes.

¿La anemia ocasiona leucemia? No. Esta es una creencia errónea. La leucemia es una enfermedad grave de los glóbulos blancos de la sangre y es la enfermedad en sí, la que ocasiona la anemia, es decir, es al revés. La leucemia ocasiona la anemia.

De igual manera, cuando las niñas inicien su adolescencia se recomienda enfatizar que su dieta debe ser rica en hierro y en alimentos que permiten la absorción de éste, para prevenir que pueda establecerse anemia como consecuencia de la menstruación.

A partir de esta información queda claro que en el ámbito de la anemia ferropénica hay mucho por hacer; en la clínica, tratar los casos establecidos es tan importante como prevenir el problema.

Como siempre, la prevención del padecimiento es mejor que la curación del mismo, por eso siempre hemos recomendado a los largo de estos veinte años de participación en medios comunicando a los padres y a los abuelos la educación médica continua de fácil acceso a la no automedicación y a la visita médica regular, aún con el niño sano y no nos cansaremos de ello. Como dice el anuncio que es muy cierto prevenir es más barato que curar y no sólo esto es cierto en lo que se relaciona a lo económico. 

A TOMAR EN CUENTA:

Los contenidos de este tema médico sólo tienen carácter de información general. Esta información no debe ser utilizada con fines diagnósticos o de tratamiento. Sólo el profesional de la salud con licencia está facultado para tomar las decisiones adecuadas tras la evaluación de cada caso en concreto

 

 Dr.Salvador Alvarado González

Pediatra- México

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