El niño amamantado y el llanto
El llanto es la primera forma de comunicación verbal de un bebé y puede ser mensaje de urgencia o sufrimiento. Ante ese llanto el adulto que lo cuida responde rápidamente, pues es muy difícil no hacerlo. Por lo tanto, el llanto es una respuesta normal a diversos estímulos, no necesariamente dolor, incomodidad, inseguridad, hambre, sino a otros como: requiero atención o me hace falta “apapacho”( mimos, caricias)
Llanto y dolor son una gran preocupación Por lo tanto, nos enfocaremos al llanto excesivo en el niño sano, acompañado de dolor, el cual se le ha dado el término de Cólico del Lactante.
El cólico infantil se define como llanto intenso cuando es superior a 3 horas, 3 días de la semana, en los primeros 3 meses y se presenta entre 5 y 19 niños de cada cien.
Los familiares describen que el bebé aparentemente ha estado bien durante el día, más, de repente, frunce el ceño, se congestiona, encoje las piernas, grita, arquea la espalda, sigue llorando por alrededor de 2 a 20 minutos y luego el ataque termina repentinamente. Dichas crisis de llanto generalmente se presentan en las tardes o en las últimas horas de la noche y la madrugada, lo que causa ansiedad.
El lactante llora por múltiples motivos entre los que podemos mencionar:
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Hambre. Excesivo frio o calor. Sueño
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Aire en tubo digestivo. Excretas en el pañal
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Estrés materno o familiar. Necesidad de protección (abrazo)
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Ruido ambiental excesivo
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Problemas digestivos, reales, o de falta de maduración, como la disquecia..
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Muchas otras causas.
El llanto excesivo en el lactante “sano” es todo un desafío y requiere de su estudio y solución por el pediatra. La falta de control del llanto “problemático” puede tener consecuencias nocivas para el menor y la familia, ya que lo pone en riesgo de ser maltratado física y-o emocionalmente. Como pediatras, nos ha tocado atender casos de padres jóvenes y primerizos que sus bebés lloran excesivamente y estos, buenos padres, pierden momentáneamente el control ante el llanto del niño y lo arrojan contra la pared o al piso.
Situaciones emocionales en la madre pueden tener un vínculo estrecho con el llanto del bebé, como en las madres adolescentes o solteras, o con ansiedad y depresión perinatal y pueden caer con frecuencia en el círculo: llanto-mayor deterioro emocional-maltrato-más llanto..
El vómito por regurgitación, es un evento frecuente en los lactantes. En el caso de regurgitación, que no enfermedad por reflujo ácido, el uso indiscriminado de medicamentos conlleva riesgos metabólicos y funcionales. En una presentación sobre RGE de un reconocido orador de una compañía de leches industrializadas, preguntó públicamente: ¿Verdad que el RGE es la principal causa de consulta pediátrica? A lo que varios colegas le contestaron que casi no veían ERGE en su consulta, a lo que él respondió en tono mordaz: será que todos sus pacientes toman lactancia materna exclusiva. Esta respuesta, conlleva mucho a la solución del problema.
El llanto excesivo en relación con toma de leche materna tiene varios aspectos que deben considerarse. Este suele ser una señal tardía de hambre, lo que puede ocasionar que el bebé se impaciente para esperar la bajada de la leche. Hay bebés muy demandantes, lo que aunado a una bajada lenta de la leche, ocasiona el llanto que da problemas: mama, se detiene, llora y vuelve a mamar en forma ineficiente y por ende rechaza el seno, lo que la mamá interpreta como que no le gusta o no la quiere. En otras situaciones la bajada de la leche es intensa, lo que ocasionará atragantamiento, ineficiencia alimentaria y llanto.
Recordemos que el bebé puede mamar para tranquilizarse y no nada más para alimentarse.
Cuando nace un bebé, también nace una madre y es frecuente que a dicha mujer nunca se le haya hablado de la lactancia humana y si, aunado a ello, no hubo un agarre al pecho inmediato al nacer, o peor aún, si inicia su alimentación de manera indebida con leche de polvo en biberón, podemos tener problemas en el agarre o afianzamiento al pecho materno lo que ocasionará actitudes aberrantes como irritabilidad, llanto excesivo en el bebé y lesiones leves o severas, como úlceras sangrantes en el seno de la mamá).
La mala técnica de alimentación con toma parcial y frecuente pueden ser factores contribuyentes del llanto excesivo, ocasionando sobrecargas funcionales de lactosa. Al inicio de cada tetada la carga de lactosa es alta y la de grasa es baja, conforme progresa la mamada los azúcares disminuyen y la leche se torna más cremosa, la cual dará mayor saciedad al lactante. Así, el comer poco y frecuente da una sobrecarga de lactosa intestinal, con mayor fermentación, producción excesiva de gas, distensión abdominal, heces más acidas, rozaduras perianales, llanto y mayor demanda de tetada como mitigante del llanto. Recordemos que el bebé debe mamar todo un pecho a la vez, no 10 minutos de uno y 10 minutos de otro, pues pasa lo anteriormente dicho. Este cortejo sintomático, en forma frecuente y errónea puede sin serlo, considerarse como Intolerancia a la lactosa. Sabemos que el aumento del pH de las heces en el bebé alimentado al seno materno es una condición normal que evita el sobre crecimiento bacteriano, pero su exceso es causa frecuente de llanto excesivo que se resuelve mejorando la técnica de alimentación.
La lactancia materna está llena de mitos, uno de estos mitos es en relación a la dieta de la mamá, por ello es frecuente que se les someta a dietas rigurosas con exclusión de varios grupos de alimentos lo que puede ocasionar ingestas incompletas, desbalanceadas e insípidas. Una madre tranquila y satisfecha lactará más armoniosamente.
La alergia a la proteína de leche de vaca ingerida por la madre y manifestada como llanto excesivo en el bebé ha sido controversial en diferentes ensayos clínicos y en verdad no es tan frecuente como se ha creído; es cierto, en familias atópicas, este problema si se puede presentar, y no sólo como llanto excesivo, sino con otras diversas manifestaciones clínicas. El exceso de carga proteica en la dieta de la madre puede ser un factor contribuyente de alergia o llanto problemático, por lo tanto, en estos casos, las dietas restrictivas de proteína de leche de vaca, soya, trigo, huevo, semillas, peces, etc. pueden reducir la carga proteica que le pasa al bebé, en especial, con antecedentes de alergia).
Problemas linguales (anquiloglosia), labio y paladar hendido u otras alteraciones de la anatomía oro-facial, pueden ser factores contribuyentes de dificultad para la alimentación, no obstante, un buen entrenamiento a la madre podrá muchas veces evitar las alteraciones en la alimentación y por ende, menor llanto problemático.
Los problemas del oído medio son una causa frecuente y patológica de llanto excesivo, pero tienen una causa y todo un cortejo sintomático. Así, el llanto no es su única manifestación.
De igual forma, otras afecciones en la salud del menor, y no sólo de tipo digestivo, como la infección de vías urinarias, son causantes de llanto problemático y deben ser estudiadas y tratadas en forma oportuna. El trabajo del pediatra es prever y tratar correctamente los problemas del menor.
TRATAMIENTO:
El médico, en su afán de resolver el motivo de consulta, se ve tentado al uso de diversos métodos terapéuticos, entre los que predominan el uso de fármacos y es muy común que los padres soliciten soluciones medicamentosas, muchos de estos fármacos han mostrado más riesgo que beneficio, en especial cuando se abusa de ellos. Está ampliamente documentado el riesgo de toxicidad con el uso de anticolinérgicos. La simeticona es inocua, ayuda, pero no mucho.
Otras medidas conservadoras como el uso de infusiones o soluciones azucaradas se han empleado con frecuencia y aparente inocuidad, pero no deben usarse pues los tés tienen cafeía, tanta como el café.
Recursos como el masaje, arropamiento y el contener al menor presionado contra el cuerpo, en la práctica empírica han reportado mejoría. Pregunte a su pediatra como es la técnica “El bebé más feliz de la cuadra” que con frecuencia funciona. Con el uso de probióticos, tanto en el menor como en la madre se ha documentado parcialmente la reducción en los tiempos de llanto, tales reportes de beneficio han sido aprovechados por algunos productores de leches industrializadas, pero nada puede ser mejor que la colonización del tubo digestivo con la flora vaginal a través del nacimiento por dicha vía.
CONCLUSIÓN: El llanto e irritabilidad es una condición clínica frecuente en los primeros meses de la vida, siendo el resultado de una compleja interacción de diversos factores donde participan aspectos biológicos, ambientales, culturales y psicosociales. Sólo un porcentaje muy bajo (5-10%) de niños presentan algún problema orgánico como causante de llanto excesivo. La incidencia sintomática se ve incrementada en relación directa con el uso de sucedáneos de leche materna (fórmulas de leche de vaca en polvo, industrializadas). Una vez descartado o detectado el factor orgánico, lo más recomendable es abordar el problema en forma biopsicosocial y manejarlo lo más conservadoramente posible, poniendo especial énfasis en lograr la lactancia materna exclusiva, lo que podría resultar en una mejor y más sana resolución al cuadro sintomático y con todo el beneficio que ello conlleva.
No hay nada mejor que los brazos de los padres, rodeados de un entorno de salud y tranquilidad para el bienestar del niño. Recordemos que para que el bebé esté bien, los padres tienen que estar bien también.
*Dr. Enrique Sicardi Aragón. Médico Pediatra
Comité Lactancia Materna, Colegio Estatal de Pediatría de Baja California.
Fundador Grupo Pro Lactancia Ensenada, Tribuna Libre.
**Dr. Salvador Alvarado González Médico Pediatra
Comité Lactancia Materna, Colegio Estatal de Pediatría de Baja California.
Miembro de APROLAM, A. C.
A TOMAR EN CUENTA:
Los contenidos de este tema médico sólo tienen carácter de información general. Esta información no debe ser utilizada con fines diagnósticos o de tratamiento. Sólo el profesional de la salud con licencia está facultado para tomar las decisiones adecuadas tras la evaluación de cada caso en concreto