Seguridad en el Hogar
Por Dra. Patricia Martinez Segovia
Máximo Riesgo : La casa puede ser un lugar muy peligroso para los pequeños si no se extreman las precauciones para evitar que sufran accidentes domésticos.
Aunque como lo indica su definición el accidente es un suceso eventual, producto de azar y algo imprevisible, en muchas ocasiones se puede sortear, interviniendo y tomando precauciones.
En el caso de los chicos y particularmente durante su primer año de vida, serán las condiciones del medio y los descuidos de los adultos los factores que propiciarán los incidentes, dados que los bebés y los niños más chiquitos, por desconocer el peligro, son sujetos pasivos de accidentes y sumamente vulnerables.
Por este motivo, los papás deberán estar más atentos y tomar las medidas de prevención necesarias para eliminar los potenciales peligros que puedan asediarlos.
Tendrán que extremar los cuidados y entender que son numerosos los elementos de uso cotidiano y muchas las rutinas de una casa, que pueden representar un riesgo para su hijo, incluso algunos que a primera vista no parecen constituir una amenaza para su seguridad.
Los cuidados a adoptar son diferentes según la edad del chico. Debido a una cuestión lógica relacionada con su poca movilidad, hasta los siete meses, los pequeños son más fáciles de controlar, pero cuando comienzan a moverse por las suyas: gateando o caminando, su radio de acción se amplía, junto a su afán por conocer y explorar el mundo que los rodea.
Por esta razón y vinculados a sus ganas de andar y tocar y llevarse a la boca lo que tengan a su alcance, los riesgos aumentan en los niños de uno a cuatro años, no tanto por los tipos de accidentes , que no varían mucho, sino por la multiplicación de los agentes causales.
Entre los accidentes más comunes señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante el primer año de vida, se encuentran:
Las caídas de la cama o cambiador.
La asfixia con plásticos de la cuna.
Aspiración de vómito o talco.
Inhalación de gases tóxicos.
Sofocación al compartir la cama con un adulto.
Intoxicaciones medicamentosas por dosis inadecuadas o por recibir un medicamento equivocado.
Quemaduras con ollas y sartenes, aceite o agua hirviendo.
Cuando empiezan a moverse por las suyas, los accidentes más frecuentes son:
Las caídas
Las intoxicaciones con medicamentos, hidrocarburos (petróleo), lavandinas detergentes o pulidores.
La asfixia provocada por baños de inmersión
Sofocación al aspirar cuerpos extraños (partes de juguetes, bolsas de polietileno, frutas secas, juguetes pequeños, bolitas)
Las quemaduras provocadas por productos del fuego, artículos de pirotecnia o fuentes de calor o electricidad.
Además existe la posibilidad de que accedan a un elemento extremadamente peligroso, cuando se encuentra en una casa: armas de fuego.
Las precauciones que pueden tomar los mayores para mejorar las condiciones de seguridad de los chicos en el hogar son varias:
No dejar a su alcance bolsas de plástico, productos de limpieza, insecticidas, medicamentos, objetos pequeños y /o filosos, estufas, calentadores o enchufes descubiertos, asimismo se sugiere proteger balcones, ventanas y escaleras con los sistemas de bloqueo existentes en el mercado y utilizar los distintos productos desarrollados especialmente para la protección de niños en la casa; como tapa enchufes, esquineros, trabas para puertas, cajones, perillas de gas e inodoro, entre otros.
Hay hechos que son imprevisibles y como tales escapan al control de cualquier persona. Pero otros, como los accidentes domésticos más comunes con chicos, pueden evitarse si los papás se adelantan a las posibles ocurrencias de los curiosos e inquietos infantes, tomando precauciones y cuidando aquellos detalles de la rutina diaria que, por obvios que parezcan, pueden poner en peligro la vida de sus seres queridos, sus hijos
Medidas sencillas:
•Antes de cambiar al bebé hay que asegurarse de tener los elementos necesarios a mano, para no dejarlo solo porque se puede caer en un instante.
•Los barrotes de la cuna no tiene que tener una separación mayor de 8 cm. Para evitar que el niño introduzca la cabeza.
•Comprobar la temperatura de la mamadera colocando unas gotas en el dorso de la mano.
•Controlar la temperatura del agua de la bañadera con un termómetro. Nuestra mano o codo puede tener una percepción distinta.
•Evitar el empleo de estufas o braseros en los dormitorios.
•Utilizar las hornallas traseras de la cocina; los mandos de las sartenes y cacerolas no deben sobresalir del artefacto.
•Mantener a los niños alejados de la zona de planchado.
•Al utilizar aparatos eléctricos cuidar que el cable no cuelgue ( a los niños les gusta tirar de las cuerdas y similares).
•Colocar pegatinas antideslizantes en la bañadera y evitar las superficies resbaladizas.
•Evitar el uso de cadenas o lazos en el cuello de los bebés.
•No permitir que los pequeños suban a los muebles y permanezcan de pie en ellos.
•No utilizar manteles que cuelguen de las mesas.
CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA
Dra. Patricia Martínez Segovia- Especialista en Clínica Pediátrica y en Neonatología