Tuberculosis: La pandemia permanente
Por Dr. Isaías Orozco Andrade
¿Qué es la tuberculosis? La tuberculosis es una enfermedad infecto – contagiosa, que afecta principalmente los pulmones, pero que puede afectar cualquier parte de tu cuerpo.
¿Y quién provoca esta enfermedad? Esta enfermedad es provocada por un germen conocido como Mycobacterium tuberculosis.
¿Cómo se trasmite la enfermedad?
El bacilo de la tuberculosis es expulsado a través de la saliva de personas enfermas y a través del aire del medio ambiente entra a tu cuerpo principalmente por las vías respiratorias, aunque también puede ser trasmitido a través de alimentos lácteos no pasteurizados, con altas posibilidades de que adquieras la enfermedad.
Eterna y fiel compañera desde el origen del hombre; la tuberculosis se ha hecho presente en cada época, en cada cultura, en la guerra, en la paz, en países pobres…en países ricos.
Compañera de faraones, genios, excéntricos artistas, científicos, millonarios, obreros, escritores, poetas y locos. Interminable la lista de hombres y mujeres ilustres y seres humanos más comunes que famosos, relacionados a una enfermedad escuchada por muchos, pero entendida por pocos.
No respeta, edad, género, raza ni condición social alguna, simplemente parece que llegó para quedarse y acompañar por los tiempos de los tiempos a la humanidad.
Esta lacerante enfermedad es provocada por el bacilo de la tuberculosis, microorganismo descubierto en 1882 por él médico alemán Roberto Koch.
Fue en 1944, año en que se crearon los primeros antibióticos que prometían acabar definitivamente con este pequeño enemigo; algunos en su momento lo creyeron, y sin comprobarlo, uno a uno se fueron despidiendo, alejados de la posibilidad de cumplir su sueño.
Generaciones pasan, generaciones llegan y a pesar de los esfuerzos de un entregado ejército de hombres y mujeres decididos a ponerle punto final, el bacilo tuberculoso cada día mejor conoce al hombre, burlando sus escasas estrategias de guerra.
Se estima que de mil a dos mil millones de habitantes en el mundo, se encuentran infectados por esta enfermedad y cada año se presentan entre ocho a doce millones de casos nuevos, de los cuales mueren aproximadamente 3 a 5 millones en el mismo período (250 mil en América Latina).
Cada segundo se produce en el mundo una nueva infección por tuberculosis. Cada persona con tuberculosis activa no tratada, contagiará entre 10 y 15 personas por año.
Se proyecta que en los próximos 10 años, la tuberculosis matará a 30 millones de personas y cientos de millones se sumaran a los casi 2 mil millones ya afectados.
Un factor importante que ha contribuido en el incremento de esta enfermedad, ha sido su asociación con el virus del VIH/SIDA, pacientes con un riesgo de presentar la tuberculosis de hasta 170 veces en comparación con individuos sanos.
Lo más lamentable, es que el 95% de los casos se encuentran concentrados en los países pobres, donde el 30% de estos se presentan en los menores de 15 años de edad.
La tuberculosis es la causa más importante de defunciones por un solo agente infeccioso. Se estima que produce cerca del 7% de todas las muertes y 26% de las que son prevenibles, afectando principalmente a adultos jóvenes, población económicamente productiva. En su reporte 2010, la OMS estima que en el mundo se produjeron 4.700 muertes al día por esta enfermedad.
En el siglo pasado, las últimas 3 pandemias de la influenza provocaron aproximadamente 53 millones de muertes (50, 2 y 1 millones en 1918, 1957 y 1968 respectivamente).
La tuberculosis provocó más de 150 millones de muertes en todo el mundo en el siglo pasado.
El reporte 2010 de la OMS, refiere que en el mundo se presentaron 9.4 millones (3.3 millones en mujeres y 1.1 millones en pacientes con VIH); por otro lado, 6.6 millones en 1990; 8.3 millones en el 2000; 9.1 millones en el 2005 y 9.24 millones en el 2006, lo que resulta en un total de 42.64 millones de casos nuevos en los años referidos. A diciembre de 2008, se encontraban afectados 196 países (que corresponden al 99.7% de la población mundial).
En el año 2000 se presentaron casi 5 millones de defunciones por tuberculosis; 1.6 millones en 2005 y 1.7 millones tanto en 2006 como en 2007; un total de 10 millones en los 4 años referidos.
Como se puede observar, si comparamos el número de casos y muertes de la tuberculosis con las cifras de otras enfermedades como la influenza, la primera le lleva abismalmente la delantera.
El problema de la tuberculosis no acaba con tan impresionantes cifras presentadas en los párrafos anteriores. El desconocimiento de la enfermedad entre la población, pero sobre todo entre la comunidad médica, ha traído consigo que dicha patología se esté convirtiendo en una enfermedad incurable.
Como consecuencia de la rumorología, todavía en la actualidad existen personas, incluso profesionales de la salud, que creen que la tuberculosis ha sido erradicada en el mundo. Tal rumor, ha retrasado el excelente trabajo de un equipo de personas entregado a la lucha por lograr el control y la disminución de la multicitada infección; esto como resultado de la pasividad que dicho concepto provocara en las nuevas generaciones dedicadas al cuidado de la salud.
Tal falta de información, condiciona que el personal de salud no piense en esta enfermedad y mucho menos que la busque, lo cual conlleva a diagnósticos erróneos y por lo tanto a tratamientos equivocados.
Lo anterior me obliga a mencionar la frase acuñada por el maestro Carlos Nesbitt Falomir, ilustre pediatra infectólogo chihuahuense y pilar en mi formación profesional: En la tuberculosis, un tratamiento incompleto o pobremente supervisado, es peor que no dar ningún tratamiento, impactante cita ¿no lo creen?
Y efectivamente, el bacilo de la tuberculosis tiene la capacidad de hacerse resistente a los medicamentos que habitualmente acaban con la enfermedad, incluso, parte de la población de este microorganismo, aún sin tener contacto con dichos antibióticos, ya es resistente desde su nacimiento.
Como consecuencia del desconocimiento de esta enfermedad, las cifras de resistencia del bacilo van en incremento año con año; dando como resultado una bacteria extremadamente resistente, situación que debe preocuparnos seriamente, ya que escasos son los medicamentos con los que contamos para tratar este tipo de tuberculosis.
Sabemos que en los países en vías de desarrollo, los recursos económicos destinados a la salud siempre se quedan cortos, lo cual nos obliga a ponernos en alerta, ya que el tratamiento de un paciente con tuberculosis sensible a los medicamentos de primera línea (por un período de 6 meses), solo costará al erario público entre 75 y 150 dólares por paciente; a diferencia del tratamiento de la tuberculosis resistente, que puede llegar a costar entre 15 mil y 25 mil dólares y hasta 100 mil dólares, según sea el caso, como resultado de: no pensar en tuberculosis y de ofrecer un tratamiento incorrecto.
En nuestro medio existen múltiples programas dirigidos a la diversión y el esparcimiento de la población, mismos que en parte colaboran a mantener una mente sana en cuerpo sano; proyectos a los cuales se les destinan presupuestos millonarios, incluso, muy por encima de los recursos económicos destinados a programas de salud altamente prioritarios, como el dirigido a la prevención, control y tratamiento de la tuberculosis.
La única manera de salvaguardar los recursos económicos de un país, se logra con entrega al trabajo y deseos de superación constante, situación que solo lograremos con una población integralmente sana, quien por ende, resultará en una comunidad ampliamente productiva.
Los recursos económicos mundiales destinados al programa de control de la tuberculosis para el año 2009, fueron de 3000 millones de dólares, de los cuales, el 87% son proporcionados por los gobiernos, 9% de subvenciones del Fondo Mundial y 4% de otros donantes. Sin embargo, el déficit detectado para dicho programa en ese año fue de 1200 millones de dólares. Estos recursos son destinados principalmente al programa de tratamiento directamente observado (TAES en México), lo cual conlleva a necesidades de recursos humanos, capacitaciones, promoción para la salud, comunicación, movilización social, infraestructura, etc.
Del total del mencionado presupuesto, 22 países recibirán 2200 millones de dólares, ya que dichas naciones representan el 80% del total de casos de tuberculosis en el mundo, entre los que se encuentra Brasil, destacando China, India, África y Rusia.
Existe un ejército de hombres y mujeres que han entregado su vida en su intento de erradicar tan dañina enfermedad, incluso, a pesar de los pocos o nulos estímulos económicos.
Comparado con diversas partidas gubernamentales, pocos son los recursos destinados a la investigación en sus diversas ramas; así como a los programas primarios de salud y a reales apoyos monetarios para esos héroes anónimos que día a día trabajan en hospitales, laboratorios, gabinetes de rayos x, centros de salud, etc., en su perseverante lucha para lograr la salud de su pueblo.
Cada individuo tiene un objetivo en su vida, y como tal, lucha por conseguirlo. Cada profesión merece todo mi respeto, pero en algunos casos, me parecen Insultantes las multimillonarias cifras de dinero que se manejan sobre todo entre los deportistas profesionales, comparado con los también insultantes y escasos recursos destinados a proyectos de investigación, cuyos líderes se ven en la necesidad de utilizar recursos propios (que a veces ni se tienen) o en su defecto, truncar importantes trabajos científicos, lo que además provoca una importante fuga de genios, principalmente a nuestro país vecino.
Dado lo anterior, me permito hacer la siguiente propuesta a quienes dirigen el destino de nuestros países: Implementar un impuesto a los profesionales del deporte, artistas, cantantes y a todos aquellos que reciben sueldos multimillonarios (incluyendo líderes políticos); cuyo destino final, sea para cubrir las principales necesidades de la salud: la asistencial, la académica, la investigación y la laboral.
Recuerden: muchos de los elementos biomédicos y recursos humanos que han contribuido a mantener o recuperar su salud, han derivado y sobrevivido de escasos presupuestos, pero de grandes deseos de servir a la humanidad
A pesar de múltiples obstáculos, mucho se ha hecho en nuestros países en la lucha contra este diminuto enemigo, sin embargo, largo camino falta por recorrer y si no acabamos por convencernos de la magnitud del problema, o reconocer nuestras verdaderas prioridades, estaremos destinados a pagar el precio al convivir con una enfermedad incurable.
En el presente artículo se presenta TBtito, quien es el bacilo de la tuberculosis, y quien ahora es el personaje que ayuda a conocer la enfermedad que el mismo provoca y que conciente de la gravedad de la enfermedad y de las muertes que esta provoca, intenta reivindicarse a través de extender el conocimiento entre la población mundial sobre esta arcaica y lacerante enfermedad. TBtito cuenta con otros amigos que en su momento con gusto le daré a conocer.
CONSULTE SIEMPRE A SU MEDICO
Dr. Isaías Orozco Andrade
Secretario Académico
Facultad de Medicina
Universidad Autónoma de Chihuahua
Jefe de la Clínica de Tuberculosis
Hospital Infantil del Estado de Chihuahua- Méjico
Instituto Chihuahuense de Salud