Marcha con pies hacia adentro

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¿Cómo es el desarrollo normal de la marcha (caminata)?

Generalmente, los bebés tienen las piernas arqueadas hacia adentro. Pero a medida que crecen, las piernas tienden a enderezarse y crecer rectas.

Con el crecimiento, después de los 18 meses, el niño puede cambiar su alineación y tener rodillas juntas y tobillos separados.

¿Los zapatos especiales o plantillas pueden corregir la condición?

Los zapatos especiales, cuñas, plantillas, o ejercicios solo hacen que los niños se sientan mal y no corrigen la alineación de sus piernas.

El pediatra decidirá si las piernas del niño se corregirán por sí solas con el tiempo o diagnosticará si la condición es severa (por ejemplo si ocurre únicamente en un lado). Esta situación puede ser común en una familia donde sus integrantes tienden a ser de muy baja estatura.

¿Cuáles son las causas de esta marcha con rotación interna?

Pies curvos. La marcha en rotación interna es común en la infancia y generalmente se corrige en forma espontánea. La mayoría de los pies curvos mejoran sin tratamiento durante los primeros meses del bebé, aunque se puede ver mejoría durante los primeros tres años. Rara vez el pie incurvado es rígido, persistente y requiere tratamiento con un yeso o férula. Los zapatos especiales (ortopédicos) no corrigen esta condición.

La torsión tibial. Se trata de una rotación interna de la pierna (debajo de la rodilla). Es una variante normal y es muy común en la infancia y niñez temprana. Férulas, ejercicios, aparatos ortopédicos o modificaciones en el calzado no corrigen la rotación y pueden incluso ser dañinos. La mayoría de las piernas con torsión tibial interna se corrigen sin tratamiento durante la infancia y la niñez.

La torsión femoral. Es una rotación interna del hueso del muslo (arriba de la rodilla) que produce rotación interna de toda la pierna. La causa de la torsión femoral es desconocida. La torsión femoral es más severa cuando el niño tiene cinco o seis años de edad. La mayoría de los niños corrigen espontáneamente esta condición, antes de los diez años. Plantillas, modificaciones al calzado o férulas, no corrigen esta condición y pueden incluso producir molestias a los niños, disminuir su autoestima y limitar sus actividades recreativas.

Zapatos: recomendaciones generales

El niño requiere de zapatos flexibles y suaves que permitan la máxima libertad para el desarrollo normal.

Los zapatos son mejor un poquito grandes que chicos.

Los zapatos rígidos o de soporte pesado no son buenos para los pies porque limitan la movilidad necesaria para el desarrollo de la fuerza y para mantener la flexibilidad del pie.

El pie del niño requiere de protección del frío y objetos cortantes, pero también requiere de libertad de movimiento.

Las caídas de los niños producen muchas lesiones. Una suela plana que no sea resbalosa es la mejor.

Un material que “respire” es mejor, especialmente en climas cálidos.

Recuerde:

Es muy importante estimular la actividad física del niño y evitar el sobrepeso.

Los llamados zapatos correctivos (ortopédicos), plantillas, cuñas y aparatos ortopédicos son inefectivos y producen tristeza e incomodidad en el niño.

Deje que el tiempo y el crecimiento corrijan el problema.

Grupo traumatología

Sociedad Argentina de Pediatría

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