RETRASO DEL LENGUAJE

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Es muy frecuente que en la consulta del pediatra se nos comente que un niño de 2 años casi no habla nada y eso angustia a los padres y con razón, pues el leguaje es una herramienta indispensable para la comunicación de nuestras necesidades y de cómo interactuamos con nuestros semejantes mediante un código de signos complejo e interesante. La respuesta de nosotros los pediatras no es tan fácil, pues cada niño es distinto y unos al año y medio hasta cuentan cuentos y otros a los dos y medio sólo balbucean unas cuantas palabras. Sin embargo, es importante saber cuándo ya podemos sospechar de retraso y podamos hacer algo para remediarlo. Veamos:

COMUNICACIÓN DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS

Un bebé puede comunicarse con nosotros mucho antes de que diga una sola palabra. El llanto, la sonrisa y las muecas de su cara le ayudan a darnos a entender sus necesidades.

Retrasos en el lenguaje

Los retrasos en el lenguaje son los tipos más comunes de retraso del desarrollo. Uno de cada 5 niños aprenderá a hablar o a usar palabras más tarde que otros niños de su edad. Algunos niños también mostrarán problemas de comportamiento porque se frustran cuando no pueden expresar lo que necesitan o quieren.

Los retrasos simples del habla a veces son temporales. Es posible que se resuelvan solos o con un poco de ayuda adicional de la familia. Es importante que estimule a su hijo para que “hable” con usted con gestos o sonidos, y que usted pase mucho tiempo leyendo, jugando y hablando con su bebé o niño pequeño. En algunos casos, su hijo necesitará más ayuda de un profesional capacitado, un terapeuta del habla y el lenguaje, para aprender a comunicarse.

A veces los retrasos pueden ser un signo de advertencia de un problema más grave como pérdida auditiva, retraso del desarrollo en otras áreas o incluso un trastorno del espectro autista (TEA). Los retrasos del lenguaje al inicio de la infancia también podrían ser un signo de un problema de aprendizaje que posiblemente no se diagnostique hasta los años escolares. Es importante que le hagan una evaluación a su hijo si usted está preocupado por su desarrollo del lenguaje.

Al primer año de edad, la mayoría de bebés puede:

  • Buscar y encontrar de dónde viene un sonido.
  • Reaccionar cuando se les llama por su nombre.
  • Decir adiós con la mano.
  • Ver hacia donde usted señala cuando dice, “Mira, allá”
  • Balbucear con entonación (el tono de voz sube y baja como si estuvieran diciendo oraciones)
  • Tomar turnos mientras “habla” con usted; escuchar y poner atención cuando usted habla y luego balbucear cuando termina.
  • Decir “pa-pa” al papá y “ma-ma” a la mamá.
  • Decir por lo menos 1 palabra.
  • Señalar las cosas que quiere y que están fuera de su alcance o hacer sonidos cuando señala.

Entre 1 y 2 años de edad, la mayoría de los niños pequeños puede:

  • Seguir indicaciones sencillas, primero cuando el adulto habla y gesticula y, más adelante, solo con palabras.
  • Ir a buscar objetos en otra habitación cuando se le pide.
  • Señalar algunas partes del cuerpo cuando se le pide.
  • Señalar objetos o eventos interesantes para que usted también los vea.
  • Llevarle cosas para mostrárselas.
  • Señalar objetos para que usted los nombre.
  • Nombrar algunos objetos e imágenes comunes cuando se le pida.
  • Disfrutar de fingir una acción (por ejemplo, fingir que cocina).
  • Aprender aproximadamente 1 palabra nueva por semana.

 

A los 2 años de edad, la mayoría de los niños puede:

  • Señalar y nombrar muchas partes del cuerpo y objetos comunes.
  • Señalar y nombrar algunas imágenes en libros.
  • Seguir indicaciones de 1 paso como “Pon tu vaso en la mesa”.
  • Decir aproximadamente entre 50 y 100 palabras.
  • Decir varias frases de 2 palabras como “Papi fue”, “Muñeco mío” y “Todos fueron”.
  • Tal vez decir algunas oraciones de 3 palabras como “Quiero mi jugo” o “Vamos de paseo”.
  • Darse a entender por los demás.

 

Si el desarrollo de su hijo parece estar retrasado o muestra cualquiera de los comportamientos de la siguiente lista, dígaselo al médico de su hijo. A veces los retrasos del lenguaje se producen junto con estos comportamientos. Además, dígale al médico de su hijo si su bebé deja de hablar o de hacer cosas que ya hacía.

  • Si sentado no se bambalea como otros bebés.
  • Si no le devuelve una sonrisa
  • Si no parece darse cuenta de que usted está en la habitación
  • Si no parece notar determinados ruidos (por ejemplo, parece que escucha la bocina de un auto o el maullido de un gato pero no cuando usted lo llama por su nombre)
  • Si actúa como si estuviera en su propio mundo
  • Prefiere jugar solo o “ignora a los demás”
  • Si no parece tener interés en los juguetes, pero le gusta jugar con objetos de la casa
  • Si tiene mucho interés en objetos en los que generalmente no se interesan los niños pequeños (por ejemplo, prefiere llevar consigo una linterna o un bolígrafo que un animal de peluche o una cobijita favorita
  • Si puede decir el abecedario, números o palabras de canciones publicitarias de la televisión, pero no puede usar palabras para pedir las cosas que quiere
  • Si no parece tenerle miedo a nada
  • Si no parece sentir el dolor de una manera normal
  • Usa palabras o frases que no son comunes para la situación o repite guiones de la televisión

 

Si usted nota uno o más de los puntos descritos arriba no dude en consultarlo con su pediatra estas cosas, él deberá hacer una evaluación completa del desarrollo de su hijo y podrá encontrar datos de alguna enfermedad importante como sordera, lesiones cerebrales mínimas, autismo entre otras cosas.

No tenga temor, no dé largas al asunto y si hay alguna duda es mejor ocuparse del asunto que posponerlo diciendo tu abuelo habló hasta los 3 años, etc. Recuerde que entre más pronto se haga el diagnóstico mejor pronóstico tendrá el niño. El pediatra decidirá, y debe hacerlo rápido, si se requiere la interconsulta con un especialista del desarrollo infantil

Bueno, gracias. Muchas gracias. Esto es todo por esta semana, como siempre, les agradezco el favor de su atención y les menciono que en relación a nuestros hijos: “Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran” “Eduquemos con ternura”.

*Tomado y modificado de la revista Babys y Más

Dr. Salvador Alvarado González*

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