Llega el segundo hijo; nace un vínculo único

segundo hijo

 

 Mucho se suele hablar de la espera y la preparación para la llegada del primer hijo. Muchas dudas y ansiedades se movilizan en este debut. Sin embargo, la llegada del segundo hijo despierta nuevas ansiedades, quizás no tan ligadas a cómo será el mes a mes durante el embarazo y el nacimiento, debido a contar con la primera experiencia. En cambio, surgen nuevas preguntas en torno a darle un hermano al primer hijo y cómo será hacerle un lugar en la familia al segundo.

 A los fines de poder reflexionar sobre cada tema, haremos un punteo de las  ansiedades por las que nos consultan con más frecuencia ante el segundo embarazo.

·        Donde vive uno viven dos: este mito engañoso crea la ilusión de que todo será igual que con la llegada del primer hijo. Pero la llegada del segundo hijo es una vivencia única, más allá de contar con la experiencia de haber sido madre. Ya  desde el embarazo podemos reconocer las diferencias. Desde nuestro útero hasta nuestras emociones han cambiado desde el primer embarazo. Por eso siempre decimos y trabajamos con las madres el reconocimiento de las emociones únicas que desencadena cada embarazo. Nunca somos las mismas; obviamente hay condiciones semejantes, pero prevalecen las diferencias.

Los tiempos de descanso o reposo, el acondicionar el hogar para la llegada, el trabajar activamente para incluir al primer hijo en la llegada de quien será “su hermano” hacen de esa experiencia un momento único. Tan único como ese hijo que está por llegar, aunque sea el segundo.

·        Preocupaciones sobre las emociones del primer hijo: en general las madres refieren temores sobre cómo manejar los celos o la sensación de sentirse desplazado que puede sentir el hermano mayor. La recomendación que damos es poder aprovechar todo el proceso de embarazo para ir incluyendo y preparando lo que será el vínculo fraterno. Entre las opciones más sencillas, tenemos el brindar la información al hermano, siempre adecuándola a su edad, y proponer espacios o momentos donde quien será el mayor colabore y se relacione activamente con su hermano por llegar. Actividades como cantarle una canción para que la escuche desde la panza o colaborar eligiendo algún juguete o cuento para su llegada son las más elegidas. 

Si van a tener que compartir el cuarto, la sugerencia es ir haciendo los cambios de manera paulatina y antes del nacimiento. Un ejemplo muy frecuente es que se cambie de cama al hermano mayor en la misma semana que debe adaptarse a tener un hermano en casa. El mayor tiene que asimilar la llegada del nuevo miembro y ceder su espacio para dormir. 

También si alguien más va a colaborar en el cuidado del hermano mayor cuando nazca el bebé, sería recomendable que se familiarice con esa persona antes del nacimiento. Aconsejamos no superponer con el nacimiento  el inicio jardín o escuela. Y si esto último no se puede prever porque coinciden las fechas, lo ideal sería ir realizando adaptaciones previas en rutinas y lugares nuevos. De esta manera hacemos más llevadero para todo el estrés natural de la adaptación a la nueva vida familiar.

·        Las emociones de la madre: Aquí, a la revolución emocional propia del embarazo se le suman la culpa por lo que puede sentir el primer hijo y el miedo de no saber cómo repartirse para darles afecto, tiempo y atención a ambos. En este punto, el trabajo con la madre sobre sus propias emociones es fundamental, ya que serán las que preparen el terreno para crear el vínculo con su hijo.

Muchas veces, las entrevistas de orientación son una buena alternativa para abordar estos temores. En Sincronía contamos con un novedoso método llamado EAT DESARROLLO EMOCIONAL, que posibilita, mediante la integración de recursos de atención plena, escaneo corporal y ejecución de patrones efectores emocionales específicos, guiar el proceso de activación emocional. Con este método se identifican las emociones secundarias y primarias, las cuáles son vivenciadas y profundizadas, focalizando en los mecanismos automáticos de evitación y desregulación de las mismas para luego poder establecer proyectos objetivables de cambio, relacionados a las emociones que se han vuelto ya accesibles y regulables. 

Contamos con un formato de taller específico para embarazadas. El foco de la implementación radica en cómo la futura madre se auto-observa y observa a su futuro bebé, en términos de las emociones que es capaz de reconocer. Fomentar este reconocimiento será el paso previo fundamental para una correcta regulación emocional, tanto de la madre como del vínculo madre-bebé. EAT Desarrollo Emocional enfatiza la importancia neurobiológica de esta regulación, entendiendo que la madre es responsable del desarrollo cerebral de su hijo, ya sea por acompañamientos como por modelados. Esto luego servirá a futuro, ya que será la madre quien replique su entrenamiento emocional en la relación con su hijo.

·        El rol del padre es fundamental también como en la llegada del primer hijo. Cuando llega el segundo, toda la familia debe adaptarse y en la reorganización hay muchas ventajas. Porque a diferencia del acompañamiento del padre en los primeros momentos de vida del primer hijo, esta vez el repartirse tiempos y actividades con cada hijo propiciará un nuevo espacio para hacer crecer y fortalecer aún más el vínculo de uno a uno. Ya que los momentos a solas con cada miembro se viven con la intensidad y alegría de poder compartir de ese rato exclusivo.

Para mayor información:


Lic. Julieta Tojeiro

Instituto Sincronía

www.instituosincronia.com.ar / info@institutosincronia.com.ar

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