¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)?

Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de alteraciones del desarrollo provocados por un problema en el cerebro. Por desgracia estos trastornos son relativamente frecuentes y se detecta en uno de cada 100 niños nacidos vivos.

POR QUÉ ES IMPORTANTE EL DIAGNÓSTICO TEMPRANO

Al niño que se le diagnóstica un trastorno autista debe dársele tratamiento pronto y por tiempo prolongado. Se sabe perfectamente que si el diagnóstico se hace alrededor de los 2 años habrá mejor evolución y menos daño permanente

¿HAY NIÑOS CON POCO O MUCHO AUSTISMO?

En términos generales no podemos decir que haya niños con más autismo que otros. No, lo que pasa es que hay un amplio espectro de trastornos del desarrollo que afectan el funcionamiento de las personas a diferentes niveles, a veces de manera muy leve y otras formas más graves.

¿CUÁLES SON ALGUNOS DE LOS SIGNOS DE LOS TEA?

• si no jueguen a imitar a los grandes (por ejemplo, dar de “comer” a la muñeca para imitar a la mamá)
• si no señalan objetos para mostrar interés (señalar un avión que está volando cerca)
• si no miran las cosas que otras personas les estén señalando.
• si no están interesados en los demás.
• si evitan el contacto visual y prefieran estar solos.
• si tienen problemas para comprender los sentimientos de otras personas o para expresar los suyos propios
• si prefieren que no los abracen.
• si no hacen caso cuando otras personas les hablan.
• si no saben cómo hablar, o jugar o establecer contacto con otras personas.
• si presentan ecolalia, es decir, si repiten palabras o frases una y otra vez, en vez de responder y usar el lenguaje de manera normal.
• si tienen problemas para expresar sus necesidades mediante palabras o movimientos.
• si repiten las mismas acciones una y otra vez (agitar las manos, mover los dedos, mecerse, etc.)
• si tengan problemas para adaptarse a cambios en las rutinas.
• si reaccionan de manera extraña a la forma en que las cosas huelen, saben, se ven, se sienten o suenan.
• si pierdan las destrezas que en algún momento tuvieron (por ejemplo, dejan de decir palabras que estaban usando anteriormente)
• si no pasan un objeto de una mano a la otra después del séptimo mes.
• si no agarran con los dedos en forma de pinza después del octavo mes.
• si no usan sílabas a los doce meses.
• Si no hay lenguaje corporal, es decir, si no hacen “caras”, o “gracias” a los 12 meses.
• si no usan frases a los 17 meses.

• si no arman frases de dos palabras en forma espontánea a los 24 meses.
• si no existe interés por el medio que les rodea a cualquier edad.
• si hay ausencia de juego simbólico imaginativo.
• si no responde a las expresiones faciales o sentimientos de los demás.
• si no es capaz de compartir con otros las risas, el placer y la mirada social.
• si reaccionan raro a estímulos visuales, sonoros o táctiles.

DR. Salvador Alvarado González*- Méjico