La depresión y sus causas

Por Dr. Saul Salischiker
Cuando uno se deprime y el cerebro se pone doloroso sin que la vista o el tacto palpen una causa cualquiera del martirio es demasiada pena.  

Con este comentario sencillo pero real, Horacio Quiroga, uno de los grandes escritores de América del Sur, describía textualmente la Depresión que lo tuvo a maltraer toda su vida y que culminó con su suicidio a los 59 años.

Este artículo va a tratar sobre un tema muy duro y cada vez más frecuente en nuestro competitivo y exitista mundo postmoderno, como es el Trastorno Depresivo. Nadie puede negar hoy en día en su origen la influencia de factores genéticos y biológicos, como la múltiple cantidad de factores psicológicos y sociales.

Los enfoques unicausales son en la actualidad no sostenibles científicamente. También es necesario diferenciar la Depresión patológica de la vivencia de tristeza natural y común en las variaciones del estado anímico que dependen de circunstancias o vivencias. En este caso la frontera entre lo patológico y lo normal estaría dada por la intensidad de la vivencia (muerte, pérdida laboral, separación, etc.) y la duración del descenso del estado de ánimo. El llamado Síndrome Depresivo se asienta básicamente en un trípode de signos y síntomas:

1) Trastornos en el ánimo: sentimiento de tristeza sin causa o desproporcionado, angustia asociada generalmente a opresión en el tórax y en la garganta; pérdida del interés por cualquier actividad que antes generaba placer o bienestar; imposibilidad de disfrutar. De esta manera el paciente se va aislando y recluyendo en su casa, pudiendo estar también irritable y molesto.

2) Inhibición y dolor moral: además del sentimiento pesimista, la inhibición es general, los movimientos disminuyen, el tono de voz es bajo y monocorde, la forma de hablar lenta, el pensamiento también está enlentecido, hay falta de concentración y falta de memoria, falta de iniciativa y de energía, las preocupaciones comunes son vividas como catástrofes sin solución (desde lo económico, a la salud), hay sentimientos constantes de desvalorización y pérdida total de la autoestima. Muchas veces puede existir una inquietud motora (refregarse las manos, llantos, quejidos, súplicas) y otros síntomas de ansiedad. El dolor moral está dado por una serie de autoacusaciones y autoreproches por estar enfermo y ser una carga para su familia. Las ideas de ruina o miseria pueden hacer que el sujeto vea mucho más grave su situación de lo que es y aparezcan ideas de muerte para paliar el sufrimiento.

3) Alteraciones somáticas: una gran cantidad de pacientes con Depresión refieren síntomas de tipo físicos como dolor lumbar, cefalea, dolor abdominal, dolores difusos, etc. La pérdida de la libido o el deseo sexual está presente en una gran mayoría de pacientes y pueden aparecer insomnio o hipersomnia, como así también aumento de peso por hiperfagia o disminución del peso por anorexia.

Hay casos en que los síntomas somáticos (en el cuerpo como dolores musculares, constipación, cefaleas, etc.) pueden ser el primer motivo de consulta y preceder a otros síntomas (Depresión enmascarada). Hay mujeres que pueden tener alteraciones menstruales.
Frente a todo este síndrome, variado en intensidad, ya que puede ser leve, moderado o grave, la familia del paciente se pregunta ¿ qué podemos hacer para ayudarlo?. En realidad, tratar de comprender que es una enfermedad, tratar de insistir que continúe un tratamiento y tener tolerancia, ya que por momentos si tratan de acercarse al paciente puede sentirse ahogado y si se alejan y lo dejan puede sentirse abandonado, en definitiva al paciente con Depresión le molesta todo o casi todo.

Las famosas frases que se usan en estos casos como: Tenés que poner voluntad, tenés tantas cosas lindas por qué vivir, no tenés motivos para estar deprimido, verte así nos hace sentir mal , en general provocan un efecto contraproducente ya que son experimentadas por los pacientes como que no son comprendidos o incrementan las ideas de culpa que los lleva a sentirse aislados.
Nadie puede negar hoy en día el tratamiento combinado con Psicoterapia y Medicación como el más efectivo. Negar la posibilidad de medicar con antidepresivos un enfermo con Depresión entraría ya dentro del terreno de la mala praxis. Hace poco tiempo la Justicia condenó por mala praxis a un Psicoanalista por tratar durante años a un paciente con depresión sin haberlo medicado o enviado a que lo mediquen.

Finalmente, ¿cuál es la verdadera trampa de la Depresión que hace que un individuo pueda llegar a pensar que es mejor morir que vivir? Indudablemente que el pesimismo o negativismo propio de la enfermedad hacen que el paciente pueda pensar en la enfermedad como en algo permanente : si este dolor es por vida prefiero no vivir cuando en realidad es algo transitorio que tiene cura, ésa es la verdadera trampa y mi función es denunciarla.
Muchos pacientes con Depresión padecen años sin recurrir a un tratamiento, esperan tal vez que se les pase con el tiempo o tal vez un milagro o una respuesta por medio de determinadas creencias, pero la verdad es que la luz en la oscuridad no aparece sin tratamiento, como dice con humor negro el célebre poeta norteamericano Robert Lowell textualmente: Si vemos una luz al fondo del túnel, es la luz de un tren que se nos viene encima.

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Dr. Saul Salischiker

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