Es una tristeza, y esta tristeza es grande, que muchos médicos y enfermeras no estemos comprometidos al cien por ciento en incrementar la lactancia con leche humana con éxito en cada pequeño que nos toca ver desde su nacimiento. Es triste ver con cuanta frecuencia nos es fácil dar la indicación a la mamá, que recién dio a luz a su bebé, usar una leche en mamadera como base de la alimentación para su crío. Y lo peor, es que no es con mala intención. No. Por supuesto que no. Creo yo que el trasfondo de esta falta de compromiso es que no se nos inculcó lo suficiente la promoción de la lactancia humana desde los inicios de la carrera de medicina. Bueno, ni siquiera durante los 2 ò 3 años de estudio de la especialidad de pediatría. Este tema tan importante se pasa como de noche sabiendo, perfectamente sabiendo que la leche humana es la mejor leche para un bebé humano, pero hasta ahí llega el conocimiento. Hasta ahí llega el compromiso. Es cada uno de nosotros, médicos, pediatras, enfermeras, los que por voluntad propia llegamos a comprometernos y prepararnos para preparar a las mamás primerizas. Tal vez sea necesario implementar desde los inicios de la carrera de medicina la materia de lactancia humana como obligatoria como se podría cambiar esto. Ojalá que asì sea y pronto, si no, seguiremos teniendo cifras tan impactantes que la OMS reporta de muertes de bebés que no debieron morir de haber sido amamantados. Esta cifra llega a que cada 22 segundos, si leyó usted bien, cada 22 segundos muere un niño por infecciones severas, que no debía haber muerto si se hubiese alimentado con leche de su mamá.

Bueno. El caso es que hoy en este tema les comparto un artículo de una asociación que promueve la lactancia humana. Arriba está la referencia donde pueden buscar el tema original. Y tiene que ver con la extracción y la conservación de la leche de mamá. Veamos:

RECOMENDACIONES GENERALES

• Lavarse bien las manos antes de extraer y manipular la leche.
• Usar recipientes bien lavados (agua caliente y jabón)  para almacenar la leche.
• Alimente a su bebé con leche fresca (no congelada) siempre que sea posible.
• Congelar lo antes posible la leche que este segura que no se vaya a usar antes de tres días.
• Si por cualquier razón no se puede o no interesa congelar la leche inmediatamente después de extraerla, guardarla lo antes posible en el refrigerador, hasta usarla o congelarla.
• Guarde su leche en pequeñas cantidades (50 – 100 cc) para poder descongelar sólo la que el niño vaya a tomar de inmediato.
• Etiquete los recipientes de leche congelada con la fecha y hora.
• Descongelar siempre la leche más antigua.
• Una vez descongelada la leche, removerla bien. La leche descongelada y extraída en distintas fechas puede mezclarse antes de ser usada.

RECOMENDACIONES SOBRE DESCONGELACIÒN

• Siempre que sea posible, descongelar leche sacándola del congelador pasándola al refrigerador para que se descongele lentamente.

Lo que SI puede hacerse

• Poner agua previamente calentada en un cazo e introducir dentro el envase de leche extraída hasta que alcance la temperatura ambiente deseada.

Lo que NO debe hacerse

• Idealmente, no caliente su leche en el microondas.
• No calentar la leche a baño maría (Introduciendo la leche fría o congelada en un recipiente con agua fría y calentándolo todo en el fuego).
• Tampoco debe calentar la leche directamente en el fuego.

LECHE QUE SE DESCONGELA, YA NO SE VUELVE A CONGELAR

Tipos de recipientes

• Los recipientes pueden ser indistintamente de plástico o de cristal con tapa que cierre perfectamente.
• Que tengan una abertura amplia que facilite su limpieza.
• Se puede usar recipientes para análisis, pero que se tenga la seguridad de que  no contengan sustancias tóxicas, para ello se deben lavar bien y enjuagarlos ya que las sustancias que se usan normalmente para esterilizar estos recipientes pueden ser tóxicas.
• También existen bolsas de plástico para congelar que son prácticas y poco costosas,
• Es preferible guardar la leche en doble bolsa. También hay bolsas especiales que se acoplan al extractor.

Cambios de sabor en la leche almacenada

• A veces la leche congelada huele a agria e incluso a rancia. Ese olor se atribuye a un cambio en la estructura de los lípidos (grasas normales) como consecuencia de los ciclos de congelación y descongelación. No le hace daño al bebé.
• Aunque puede ocurrir que ocasionalmente algún niño la rechace, por lo general no es así y tampoco resulta perjudicial para el bebé.
• Congelar la leche rápidamente tras la extracción y calentarla inmediatamente después de sacarla del congelador parece que puede contribuir a que este problema se de en menor grado.

Dr. Salvador Alvarado Gonzàlez*

Modificado por Alba Lactancia Materna*

Alba Lactancia Materna es una asociación que desarrolla servicios de información y apoyo, conducidos por Asesores de Lactancia, y dirigidos a madres que deseen amamantar con éxito a sus hijos. www.albalactanciamaterna.org/