Salud Psíquica y Psiquiatría

Por  Dr. Saul Salischiker

¿Cuándo un individuo puede considerarse sano psíquicamente?

Estábamos todos un poco tensos. Corría el año 1980 y la sala de conferencias del Hospital estaba más fría que de costumbre. Faltaban unos minutos para que entrara el famoso Profesor de Psiquiatría, un personaje muy importante en ese momento y autor de numerosos libros. Poder escuchar su palabra, para los psiquiatras y psicólogos jóvenes, era como un sueño y en pocos minutos iba a hacerse realidad.

El gran intelectual entró a la sala, saludó a todos los presentes, se sentó frente a nosotros y pidió un vaso con agua. Parecía un hombre sencillo. Dio una conferencia fabulosa, quedamos todos impactados. Finalmente, llegó el momento de hacer preguntas, y yo tenía la mía; así, le dije: Según su opinión ¿cuándo un individuo puede considerarse sano psíquicamente? El Profesor me miró y luego de unos segundos respondió: Cuando un individuo logra ser feliz dentro de la realidad en la que le toca vivir es sano o está muy cerca de serlo.

En ese momento la mayoría de los asistentes a la conferencia y yo nos sentimos defraudados. Esperábamos algo más profundo, más científico, más técnico. Sentí que con esa respuesta el famosos Profesor de Psiquiatría no me decía nada importante. Sin embargo, debo decir que hoy, después de 29 años, estoy convencido que las palabras del Profesor eran exactas.

Es por eso que ahora trataré de explicarlo: dos de los síndromes más importantes que tiene la Psicopatología son las Neurosis y las Psicosis.

El neurótico está siempre dentro de la realidad, pero lleva implícito el sufrimiento y no puede ser feliz. Inversamente, El psicótico puede llegar a ser feliz (si tiene un delirio placentero), pero está fuera de la realidad. Esto quiere decir que si un individuo puede ser feliz dentro de la realidad no es ni neurótico ni psicótico.
Por ende, el Profesor tenía razón, su explicación no era superficial. Pero, ¿cómo se hace para ser feliz dentro de una sociedad caótica como la nuestra?.
Tal vez siendo feliz por momentos, disfrutando y protegiendo el medio familiar, revalorizando la amistad, saboreando las pequeñas cosas que nos gustan, liberando en uno la posibilidad de amar. No se puede ser feliz siempre, pero es verdad que tampoco nunca.
En este sentido, recordamos unas palabras que refiere Bucay en uno de sus libros: El camino de la felicidad no existe, la felicidad es el camino. Es decir, si buscamos la felicidad en una meta, nada ni nadie nos garantiza que cuando alcancemos esa meta vamos a ser felices; en cambio, si tratamos de ser felices mientras recorremos el camino hacia la meta, es mucho más factible poder lograrlo.

Al respecto, yo agregaría que no existen fórmulas universales para ser feliz: cada uno debe encontrar su propia fórmula. Pero que quede claro que la felicidad no se encuentra, se busca y un individuo está sano psíquicamente cuando está capacitado para buscarla.
Nada me parece más apropiado que cerrar esta nota con los versos de un célebre poeta:

Muere lentamente quien no viaja / quien no lee, quien no oye música / quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio / quien no se deja ayudar. Muere lentamente quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Evitemos la muerte en suaves cuotas / recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.

Dr. Saúl Salischiker

 

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