Estamos en el meridiano del año en curso, 2015 ¿Te has parado un momento para hacer un mini balance de cómo te encuentras? ¿De cómo te sientes? ¿Cuánto tiempo llevas disfrutado este año? ¿Qué momentos han sido los más felices hasta hoy? ¿En qué medida has conseguido tus metas propuestas para este año? O ¿en que medida te estás aproximando a ellas? ¿Cuánto de satisfecho/a estás con lo conseguido? ¿Estás enfocando realmente en lo que depende de ti? ¿Te sientes una persona exitosa en tu vida? ¿Cómo te das cuenta de ello, que te lo indica?

Algunas personas definirán el éxito poniendo el foco en la cima de su desarrollo profesional, en poseer poder y dinero, en pertenecer a una determinada élite social, en lo que tienen “sus posesiones”, en ser popular o alcanzar la fama… Y quizás, desde esta posición, obtener reconocimiento, valoración, respeto, aceptación, aprobación, admiración, amor…. Para otro grupo de personas ser exitoso o exitosa pasa por otros valores, en ocasiones menos acreditados socialmente. Entrarían aquí cuestiones cómo el amor, el bienestar o paz interior, compartir un buen dialogo en familia, disfrutar del trabajo con pasión…

¿En qué medida se relaciona tu éxito con la búsqueda del amor?

Erich Fromm, en su obra “el arte de amar”, lo trasmitía de ésta manera: – “No se trata de que la gente piense que el amor carece de importancia. En realidad, todos están sedientos de amor… sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor…” Sucede que, por enfocarnos tanto en lo que hay fuera, en el exterior, perdemos el foco de lo que llevamos dentro y con ello, el rumbo y el sentido de nuestra vida…  Nos pasamos la vida buscando quien nos ame, a través del éxito profesional, de la conquista poder y dinero, del prestigio, de belleza o juventud… en lugar de revisar nuestra propia capacidad de amar.

En este meridiano del 2015 te invito a tomarte un momento, 10 minutos, para observar el camino andado, tus logros, tus metas aún por alcanzar… y si tras ello, quieres sumar algunos éxitos más a tu vida… Aquí te dejamos 12 claves para tus éxito emocional:

1. Cuando hablamos de amor y sus derivados: respeto, aceptación, tolerancia, reconocimiento… El primer paso es el amor y respeto a ti mismo/a. No puedes dar lo que no tienes.
2. Para recibir hay que aprender a DAR.  Para DAR hay que arriesgar, exponer y atreverse a abrir el corazón. A sumergirse y explorar tu mundo afectivo. ¡Te sorprenderías de lo que puedes descubrir!
3. Cuando decidas DAR, da lo que en verdad quieras y no por obligación.
4. Lo opuesto al amor es el MIEDO. Un miedo que se alimenta de nuestras experiencias pasadas, un miedo -no real- que nos quita la fuerza para actuar en el presente. Aprende a enfrentar tus miedos. Una clave para acabar con la amenaza (no real) del pasado en el presente, es que trabajes en tu propia seguridad y eso requiere: autoconocimiento, un poco de dedicación diaria, decisión y voluntad de hacerlo.
5. Cultiva la paciencia, las prisas pueden llevarte a pasar por alto momentos necesarios para el crecimiento, algunos llegan de la mano de la alegría –para celebrar un triunfo- otros de la mano de la tristeza –para elaborar un cambio o pérdida.
6. Persigue una meta y disfruta el camino que te lleve a ella. No pretendas saltarte el camino con todo lo que él te ofrece: llanuras y montañas, encrucijadas y atajos, es parte del crecimiento.
7. Tienes derecho a decir “no se”. Sincérate contigo mismo/a y habla desde ahí. Atrévete a pedir, a preguntar, o a decir “no se”, puede que sea tu mejor respuesta.
8. La duda es parte del crecimiento, no tengas miedo a dudar. Tómate tu tiempo. Hazte amigo/a de la paciencia.
9. No adivines, no interpretes, no escribas novelas. No creas que lo sabes todo sobre la otra persona. Si ya es difícil conocerte a ti mismo/a no pretendas saber qué piensa, qué siente, qué quiere o qué teme la persona con la que estás interactuando.
10. Indaga en lo que tú piensas, en lo que tú sientes y en lo que tú quieres – muchas veces expresamos lo que no sentimos por la inseguridad de no saber qué piensa o siente el otro u otra. Por el miedo a la crítica, al rechazo, a la desaprobación… ¿Entonces? Pregunta.
11. Aprende a no perseguir aplausos, sino tu satisfacción por lo realizado. Buscar la aprobación de los demás puede agotar tu energía y desviarte de tu camino.
12. Aceptar que el otro/a no está para llenar tus huecos y que tú te llenas solo/sola, es el punto de partida para asumir la responsabilidad sobre tu propia vida.

    “Decir lo que sentimos. Sentir lo que decimos. Concordar las palabras con la vida“.

    Séneca.

    Lic: Carina Sampo- España