La angustia del octavo mes
Cercano a los 8 meses de vida, inclusive antes, sucede que los bebés comienzan a llorar sin un motivo aparente.
Es que comienza a darse el primer gran desprendimiento entre él y su madre.
Esto es vivido por el bebé y sus padres con mucha angustia, de ahí su nombre.
El niño siente que él es una prolongación de su madre, que forman una unidad simbiótica, es que aún no hay un YO formado y consolidado.
Suelen llorar mucho de día y de noche, y solo se calman en brazos de su mamá.
Hasta ahora él, sentía que su mamá era una prolongación de su cuerpo y es en este preciso momento que comienza a darse cuenta que no es así.
Antes podía reírse y disfrutar en brazos de su familia, abuelos, tíos y seres cercanos.
Ahora llora y también puede asustarse ante la presencia de ellos y/o desconocidos.
Comienza una nueva etapa, normal para su desarrollo.
Necesitará mucho de la contención de su madre para tranquilizarse. Es una etapa de desprendimiento, que vivirá con mucha angustia.
Serán de mucha ayuda, objetos que lo acompañen cuando se va a dormir o no está su madre a su lado: su frazadita, sabanita, ositos de peluche a los que se mostrará muy apegado, succionará y tocará.
Son los llamados por el Dr. Winnicott como “objetos transicionales”, que lo calmarán en sus momentos de soledad, cuando no ve a su mamá cerca.
No existen tiempos exactos para este período, pueden ser días, semanas.
También la mamá necesitará que la acompañen y calmen, ya que se sentirá desbordada y agobiada.
Podrá ayudarla, el saber que pronto pasará y que es una etapa de transición y cambios para su bebé.
Podrá jugar con él a aparecer y desaparecer, para que pueda vislumbrar la posibilidad de que se va pero regresa y está cerca de él, que puede irse, pero volverá.
Es una etapa normal como otras, pero que los padres y los bebés suelen vivirla con mucha angustia
Luego todo pasará y la familia volverá a su normalidad.
Lic. Gloria Grosman- Psicóloga- Argentina