Trastorno por Estrés Postraumático

mujer

“Cuando me liberaron pensé que todo había terminado, pero luego de unos meses comencé a despertarme sobresaltado en medio de la madrugada, aterrorizado por pesadillas que volvían a recordarme lo que había sufrido, lo peor es que ya no puedo volver a mi trabajo adonde paso todo”.

El Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), se refiere a las consecuencias psicobiológicas secundarias a la exposición del individuo a un hecho traumático.

La persona debe haber estado expuesta, haber observado o escuchado acerca de un evento traumático en el que ha experimentado una amenaza para su integridad física o la de los demás, respondiendo con temor, desesperanza o un horror intenso.

El TEPT no se genera sin el antecedente de un acontecimiento traumático, pero el agente estresante por sí mismo no garantiza el desarrollo del cuadro. Para que ello ocurra debe existir en el sujeto una vulnerabilidad previa, o factores de riesgo asociados. El elemento crítico que torna traumático a un suceso, es la evaluación subjetiva de la víctima acerca de cuán desamparada o amenazada se ha sentido. En otras palabras, refiere al significado que el individuo le asigna al suceso y a sus consecuencias, siendo este significado tan relevante como el evento traumático en sí mismo. Las investigaciones poblacionales han demostrado que la mayoría de las personas experimentan un evento potencialmente traumático, al menos una vez durante sus vidas (accidentes graves, muertes inesperadas o violentas, desastres naturales: inundaciones, terremotos, incendios, tornados, etcétera). Sin embargo, se estima que aproximadamente un 8% en promedio de la población general sufrirá de estrés postraumático a lo largo de la vida. Ello demuestra que una gran parte de las personas que se han visto enfrentadas a un hecho de carácter traumático han sido capaces de continuar con sus vidas sin ser afectadas crónicamente por los recuerdos y otras perturbaciones consecuentes. Con relación al tipo de evento traumático, las mujeres son más propensas a sufrir traumas de violación y abusos sexuales, mientras que, los hombres están más expuestos a muertes, heridas, desastres naturales, violencia o ataques físicos, guerras o combates. Los síntomas de la enfermedad sin tratamiento suelen persistir en forma crónica continua o resurgir periódicamente.

Síntomas del TEPT

A continuación describiremos las principales características sintomáticas que presentan las personas que padecen un Trastorno por Estrés Postraumático

Síntomas de re experimentación

El acontecimiento traumático es re experimentado a través de las siguientes formas:

  • Recuerdos o “flashbacks” de carácter intrusivo, en forma de imágenes, pensamientos o percepciones que provocan malestar en la persona afectada, quien tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo nuevamente (esto se debe a que revive la experiencia a través de ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos. Los niños pueden, como un equivalente del recuerdo, re escenificar el acontecimiento traumático específico.
  • Sueños recurrentes sobre el hecho traumático. Los niños suelen presentar sueños atemorizantes sin contenido reconocible, en las cuales se expresan diferentes aspectos del trauma.

Asimismo, cuando el sujeto se enfrenta a estímulos internos o externos que simbolizan el suceso traumático presenta intensas molestias psicológicas y respuestas fisiológicas. A los individuos con TEPT les resulta imposible integrar las experiencias traumáticas a su vida actual y considerarlas un hecho histórico. Por consiguiente, sus recuerdos consisten en impresiones o intensas emociones, que se activan cuando la persona se expone a recordatorios directos del evento, o situaciones similares al mismo.

Síntomas evitativos y anestesia emocional

Estos síntomas se refieren a la evitación persistente de estímulos asociados al trauma y al embotamiento de la reactividad general que presenta la persona afectada (ausente antes del trauma), expresadas de las siguientes formas:

  • Evitación de pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.
  • Evitación de actividades, lugares o personas que recuerden el trauma.
  • Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
  • Disminución del interés o de la participación en actividades importantes.
  • Desapego o indiferencia frente a los demás.
  • Restricción de la vida afectiva.
  • Pérdida de expectativas futuras.

Los pensamientos intrusivos son tan displacenteros que, por lo general, las personas con TEPT intentan evitar todo lo referido al trauma, se rehúsan a hablar de él, bloquean sus recuerdos, imágenes y sensaciones, evitando actividades, lugares y personas que evoquen ese momento.

Síntomas persistentes de hiperactivación

Estos síntomas, ausentes antes del trauma, se manifiestan a través de:

  • Dificultades para conciliar o para mantener el sueño.
  • Irritabilidad o ataques de ira.
  • Dificultades en la concentración.
  • Hipervigilancia.
  • Respuestas exageradas de sobresalto.
  • Impaciencia, o actos impulsivos.

Los afectados por TEPT tienden a sufrir intensas emociones negativas, como miedo, ansiedad, rabia o pánico frente a estímulos menores que se tornan amenazantes. Estímulos del entorno tales como por ejemplo sonidos inocuos, pueden provocan una respuesta de sobresalto contribuyendo a generar sentimientos intensos de temor.

Distrés y disfunciones socio-ocupacionales

El TEPT causa un distrés clínicamente significativo o incapacidad social ocupacional o de otras áreas importantes de funcionamiento. La mayoría de quienes sufren este trastorno, ven alterada de manera sustancial su calidad de vida, manifestando problemas familiares, ocupacionales e interpersonales.

La incapacidad de integrar la realidad con lo sufrido, conjuntamente con la reaparición fragmentaria del evento traumático, a través de imágenes, comportamientos, sentimientos y alteraciones en el desenvolvimiento de las relaciones interpersonales, constituyen el eje central del TEPT. Para considera el diagnóstico de TEPT, estas alteraciones deben prolongarse por más de un mes. En los casos en que los síntomas perduran durante tres meses o más, refieren a un TEPT de naturaleza crónica. Por el contrario, se lo considera de carácter agudo cuando los síntomas duran menos de tres meses. Puede suceder que entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas transcurran como mínimo seis meses, de ser así se considera un TEPT de inicio demorado.

No obstante lo antedicho, después de ocurrido un suceso traumático, la mayoría de los afectados, se calcula que aproximadamente el 75% de las personas, puede aprender de la experiencia, elaborar gradualmente lo sucedido y ajustar sus expectativas, sin desarrollar la enfermedad.

Hémera

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