La fiebre, un tema que alarma a todos los padres

fiebre

INTRODUCCIÓN:

 A diario llegan a la consulta niños afiebrados y padres angustiados. Los pediatras día a día recibimos a muchos niños que tienen fiebre muy elevada y esto por supuesto genera mucha angustia para los padres, sobre todo para aquellos que lo son por primera vez, es por esto que he decidido tratar nuevamente este tema en este medio informativo que me da la oportunidad de enseñar a los padres una mejor manera de cuidar a sus hijos. Hecho este que hemos venido haciendo semana tras semana por más de 20 años. Agradezco a las autoridades de este medio de información por esta oportunidad de estar en contacto con ustedes e informarles de temas de interés. Como este.

¿QUÉ ES LA FIEBRE?

La fiebre o calentura o hipertermia (es lo mismo) es el aumento de la temperatura corporal por arriba de unos promedios previamente establecidos tomada en diferentes partes del organismo.

Por lo tanto, fiebre es cuando la temperatura por arriba de:

  • Rectal, mayor de 38° C
  • Axilar, mayor de 37.5° C
  • Bucal, mayor de 37.6° C
  • Ótica, mayor de 38° C
  • Los signos y síntomas que acompañan a la fiebre son muchos, entre ellos están los siguientes: Malestar general; irritabilidad; estremecimiento; piel enrojecida; sudoración; dolores de músculos, de huesos y de cabeza; escalofríos; respiración agitada; aumento de los latidos del corazón y algunas veces, también crisis convulsivas.La temperatura normal en el cuerpo es mantenida así por un centro termorregulador ubicado en una parte del hipotálamo, en el cerebro; este mecanismo es un proceso extraordinariamente complejo mediado por la acción de varias substancias químicas llamadas “citosinas” pro inflamatorias, que son producto de diferentes tipos de células de la sangre como, monocitos y macrófagos, los cuales comparten una serie de propiedades, como la de inhibir la duplicación de las bacterias e inducir la fiebre entre otras funciones más, que van a ayudar al cuerpo a defenderse de los molestos bichos.

Visto así, la fiebre es una respuesta normal y útil para el niño, por lo que no siempre es necesario angustiarse demasiado  por la misma, o querer desesperadamente bajarla a como de lugar. Esto se hace sólo cuando el médico lo determine para mantener más confortable al niño que la está presentando.

ALGO DE HISTORIA

Como datos anecdóticos quiero decirles que en el año 160 d.C. el chino Chan Ching Keng, describió algunas características de la fiebre y fue el primero en recomendar para su control los baños por inmersión en agua fría.

Los primeros conceptos sobre la termogénesis, fueron dictados por los alumnos de Hipócrates en el siglo V y en el año de 1616 aparece el primer instrumento para medir la temperatura, el cual se conoció como termoscopio. Posteriormente, Sanetorio Sanetorius realizó una imagen gráfica del termómetro y en 1714, Gabriel Fahrenheit diseñó el primer termómetro de mercurio y estableció sus puntos de referencia, (escala que lleva su nombre) encontró el punto para la ebullición del agua y dictó las cifras normales de la temperatura corporal. En el año de 1742, Andrés Celsius estableció la escala que lleva su nombre, conocida también como grados centígrados.

Por supuesto, la fiebre no sólo es ocasionada por enfermedades infecciosas, sino por muchas otras causas que por más raras los médicos tenemos que hacer un esfuerzo enorme para poder localizar la causa exacta y poder así dar un tratamiento más propicio.

Los órganos más afectados por bichos y que dan fiebre son de arriba abajo: cerebro, vías respiratorias altas (oídos, senos, nariz, garganta); bronquios y pulmones; órganos gastrointestinales (diarreas); enfermedades urinarias y enfermedades de la piel.

La presentación de crisis convulsivas febriles durante los dos primeros años de vida es relativamente frecuente y existe una relación directa entre éstas y la edad. Ya traté este tema recientemente.

CÓMO MEDIR LA TEMPERATURA

Uno de los errores más frecuentes para evaluar la fiebre es el procedimiento para medirla, por lo cual se considera conveniente describir algunos datos al respecto. En la actualidad, se cuenta con termómetros de columna de mercurio (axilar y rectal), cintas termo sensibles para la frente (que no son muy confiables), los termoscopios para el oído y para la frente de rayos infrarrojos, estos aparatos son muy confiables, prácticos y rápidos, pero aún de elevado costo.

Se recomienda que el sitio para medir la temperatura sea de acuerdo con la edad del niño y su estado de salud; en los mayores de cinco años de edad, se coloca el termómetro debajo de la lengua por tres a cuatro minutos; el recto es adecuado para menores de dos años de edad y es la manera más segura para medir la temperatura. Se toma a través del ano introduciendo el termómetro 2 a 3 cm por arriba del bulbo de mercurio y se deja tres minutos.

En los niños mayores de dos años de edad, la toma de temperatura axilar durante cuatro minutos. Ojo con este dato que es de mucho interés: la vida útil promedio de un termómetro de mercurio es de 12 a 15 meses, al término de los cuales YA NO ES CONFIABLE.

La medición ótica se lleva a cabo introduciendo el oto termómetro durante dos segundos en alguno de los oídos.

En todo niño con fiebre el médico debe recolectar antecedentes epidemiológicos de importancia, como el patrón de la fiebre, la edad del paciente, su tiempo de evolución, los síntomas y signos vinculados y los antecedentes de ingestión de medicamentos u otras sustancias.  Todos estos son datos clave para tener una impresión diagnóstica correcta. Los datos de la exploración física de importancia incluyen: estado de conciencia, estado de hidratación y estado general, que aunados a los estudios de laboratorio, integran los elementos para confirmar la causa de la fiebre.

TRATAMIENTO

Considerar la fiebre como una “amiga o enemiga” no es lo importante, pero sí lo es mejorar el estado general del niño y disminuir la angustia de los padres.

Mientras no se establezca la causa y el diagnóstico de la fiebre, el tratamiento de ésta ha de ser únicamente sintomático. El uso de medios físicos, aunque controversial (ya escribiré sobre esto en otra ocasión),  sigue siendo el tratamiento de elección, seguido por la administración de anti térmicos cuyas indicaciones se basan en mejorar las condiciones del niño (proporcionar comodidad, evitar el riesgo de crisis convulsivas y disminuir la ansiedad de los padres). Sin embargo, en recién nacidos es recomendable, como primera medida, quitarles la ropa y posteriormente, si se requiere, aplicar lienzos húmedos, frotando todo su cuerpo dentro o fuera de una bañera con agua tibia.

Se debe a toda costa evitar “friegas” con alcohol ya que esto puede producir intoxicaciones severas y peligrosas y debo decir también que nunca se debe sumergir a los niños en tinas con agua helada o con agua y hielo, PUES HAY PELIGRO DE CHOQUE Y DE MUERTE.

Sumergir en agua al paciente a una temperatura de 28 a 32° C, es decir, agua tibia, no fría, no helada, no agua con hielo, durante 30 minutos o más, hasta que la  temperatura baje a 38 ° C, es el procedimiento más rápido y eficaz para el control de este trastorno. La utilización de medicamentos para bajar la fiebre (antipiréticos) depende de los antecedentes del caso y del estado general del paciente. Por sus características fármaco cinéticas y farmacológicas, el acetaminofén y el ibuprofeno constituyen los antipirético de elección en la edad pediátrica (recuerde que hay numerosos nombres comerciales de estas dos sustancias).

Los medicamentos combinados, como acetaminofén con naproxeno, están contraindicados en niños menores de dos años de edad, ya que se han relacionado con insuficiencia renal aguda. Debe evitarse a toda costa el uso de ácido acetilsalicílico (aspirina, mejoral, etc) en los niños menores de seis años de edad, por ser irritantes del estómago,  también por ser antiagregante plaquetario (que genera sangrados anormales), así como por su relación con el síndrome de Reye (algo muy raro, pero muy grave, incluso a veces mortal) y sus efectos de hipersensibilidad, como espasmo de los bronquios.

El  metamizol o dipirona  (neomelubrina, conmel, etc.), no se recomiendan en los menores de seis años de edad a menos que el médico determine lo contrario, ya que pueden causar agranulocitosis (otro problema de la sangre raro pero grave), hipotermia e hipotensión. Recuerde el consejo que por más de 25 años hemos dado en los medios de difusión: NO AUTOMEDIQUE A SUS HIJOS. No los lleve a la farmacia, llévelos al médico. TODO MEDICAMENTO tiene efectos deseables e indeseables y sólo el médico debe prescribirlos y hacerse responsable de ello.

DOSIFICACIÓN DE LOS MEDICAMENTOS: cada madre, cada padre debe aprender a dosificar estos medicamentos para evitar sobredosis. Asesórese con su pediatra. Tanto el paracetamol como el ibuprofeno se administran a razón de 10 miligramos por cada kilo de peso del niño por cada dosis que se administre. El paracetamol se administra cada 4 horas y el ibuprofeno cada 6 o cada 8 horas. Conocer esto es muy importante, pues dosis altas se asocian a efectos indeseables.

CONCLUSIONES

Los médicos tenemos la obligación de educar e informar a los padres de familia sobre sus posibles causas, el método para su evaluación y la importancia y forma de controlarla. Se debe promover de inicio el uso de medios físicos para controlarla (quitar ropa que caliente, usar compresas de agua tibia y sumergir en agua tibia, frotando el cuerpo)  y dejar al criterio de los médicos el uso de medicamentos para tratarla. La elección de un antipirético está en relación directa con la eficacia, la rapidez de acción y la toxicidad, todo esto en manos del médico, no de los padres.

La fiebre es el signo de presentación más frecuente en la edad pediátrica que alarma a los padres y demás familiares y en ocasiones al mismo médico. El médico debe buscar primero la causa de la misma. Ustedes deben tener paciencia y no acelerarse al buscar el tratamiento de la fiebre por su propia cuenta ya que la fiebre debe considerarse un signo de alarma y no enfermedad en sí misma; es el resultado de una respuesta del cuerpo del niño ante una agresión por microbios.

De ser necesario, por su cuenta use primero acetaminofén (es lo mismo que paracetamol) e ibuprofeno a las dosis señaladas arriba. Su médico  podrá usar otros productos o la combinación de estos.

A TOMAR EN CUENTA:

Los contenidos de este tema médico sólo tienen carácter de información general. Esta información no debe ser utilizada con fines diagnósticos o de tratamiento. Sólo el profesional de la salud está facultado para tomar las decisiones adecuadas tras la evaluación de cada caso en concreto.

 Dr. Salvador Alvarado González*-Méjico

 

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