INTRODUCCIÓN:

 El mundo que nos rodea es una maravilla. Vida por todos lados, en todas las formas, en todos los tamaños, en todos los rincones del planeta. Arriba  en los cielos, abajo en los profundos mares y en la tierra, vida regada por doquier. Entre estas formas diversas de vida se encuentran los llamados microbios y se les llaman así, precisamente, porque sólo se les puede ver con microscopio. Son invisibles a nuestra vista normal, pero ahí están, para bien y para mal. Ahora les doy un dato sorprendente: ¡La mitad del peso de nuestros cuerpos está constituido por microbios! Así, si usted pesa 80 kilos 40 kilos son de microbios. Microbios que no nos hacen daño. Al contrario, nos benefician y ayudan. Se le llama el micro biota humana. Pero así como tenemos estos microbios buenos, también hay microbios malos que nos atacan y nos causan enfermedad. Ahí está de ejemplo este virus del Ébola. Un virus que puede causar una gran mortalidad en todo el planeta si se sale de control y se disemina por todos lados y para el cual aún no hay ni cura, ni prevención.

¿CÓMO NOS DEFENDEMOS DE ESTOS MICROBIOS?

En general, nos defendemos, sí, y lo hacemos muy bien. Nuestro cuerpo está dotado de una serie de mecanismos que nos defienden del exterior. La piel y las mucosas de los orificios que tenemos (ojos, oídos, nariz, boca, ano y genitales) están cubiertos por lo que se denomina mucosas y estas generan líquidos que creemos que es suciedad, pero no. Las lágrimas, el moco, la saliva, el sudor, la cerilla y todo lo que hay en los orificios es para defendernos. Ya por dentro, pasando la piel, están también una serie de células, tejidos y órganos que están para defendernos. Así, las células de la sangre, lo que produce el timo, los ganglios, el bazo, la médula espinal, etc., están para defendernos. Podría decirse que estamos ganando una batalla minuto a minuto mientras estamos sanos y que de repente, momentáneamente, unos 5 a 7 días perdemos tal batalla y nos da gripe o diarrea, o meningitis, para recuperarnos después y seguir estando sanos. A este sistema integrado de defensas le llamamos Sistema Inmune.

CÓMO CUIDAR NUESTRO SISTEMA INMUNE

La integridad y el  correcto funcionamiento del sistema inmune están dados inicialmente por una buena alimentación. En el niño recién nacido y en el preescolar la lactancia materna juega un papel preponderante en el buen funcionamiento de este sistema. Así, al entrar los niños a la guardería, jardín de infantes o a las escuelas, se exponen a nuevos microbios que se intercambian con los demás niños: todos dan, todos reciben en cuanto a bichos se refiere.  Así, es conveniente tomar en cuenta los siguientes puntos para tener un buen Sistema Inmune:

• Una buena alimentación es la clave del buen funcionamiento del sistema inmune. Un desayuno completo es necesario. Debe incluir frutas, cereales, vegetales y un poco de proteína en forma de carnes.
• Un sistema completo de vacunación. Con revacunación a los 4 y 6 años. La vacuna de influenza, que está por iniciar la temporada de vacunación, es importantísima.  No se deje intimidar. No es cierto que hace daño. Es muy útil. Ya lo sabe, se debe vacunar cada temporada, es decir, cada año. Los menores de 6 meses no requieren la vacuna y a partir de esa edad, todos, incluyendo las personas de la 3era edad. Se debe aplicar cada año, pues la vacuna de la temporada pasada ya no es útil en esta. Les recuerdo que hay dos vacunas que aunque no las aplica el sector salud, sí se deben poner por fuera, en consultorios privados, son la vacuna en contra de la varicela y la vacuna en contra de la hepatitis A. ambas se ponen a partir del primer año de vida.  También al entrar a primaria, secundaria o preparatoria, los niños y jóvenes deben ponerse un refuerzo de vacuna en contra de la tosferina a celular. Esa también se debe poner en consultorios privados que tengan el servicio de vacunación y no olvidemos la vacuna en contra del virus del papiloma que protege contra el cáncer cérvico-uterino, a partir de los 9 años de edad.
• Otro punto importante es evitar enviar a sus hijos enfermos de gripe o de diarrea a la escuela. Sólo va a contagiar a los demás y a recibir otros microbios que pueden complicarlo.
• La higiene es otro aspecto que se debe cuidar. Impida que su hijo coma comida en la calle y si lo hace, busque lugares lo más limpios posible. Que no sean  expuestos al aire, que el empleado que sirve no sea el mismo que maneje el dinero, que haya donde lavarse las manos.
• Hay también algunos productos externos, además de la buena alimentación que ayudan, por ejemplo las vitaminas y el hierro. pero, estas, por sí solas, ¿previenen enfermedades? La respuesta es clara: no. Lo único que puede prevenir enfermedades son las vacunas. La vacuna de la polio previene la enfermedad de la polio. La vacuna contra el tétanos, previene la enfermedad del tétanos y así. Las vacunas, el hierro y tantas otras cosas buenas que ingerimos al comer saludable ayudan a la formación de anticuerpos y de todas las “cosas” que ayudan mantener las bacterias y los virus “a raya”. Pero hasta ahí. Aunque tomemos mucho limón con vitamina C no nos impedirá que nos enfermemos de influenza si nos exponemos al virus, a menos que estemos vacunados. Las vitaminas y el hierro ayudan, sí, pero no previenen.
• Hay otros productos que usamos en medicina que son los llamados inmuno estimulantes. Estos son diversos “medicamentos” que solo unos cuantos de ellos están avalados por estudios científicos como que disminuyen la cantidad de veces que se enferman los niños en una temporada de invierno, por ende, sí son útiles. Usted debe preguntar a su médico de confianza cuál o cuáles de ellos puede utilizar. Hay diversos nombres comerciales y vienen en distintas presentaciones para cada edad.
• Otros productos útiles para un mejor funcionamiento de nuestro sistema de defensas son los pros bióticos, sean estos en sobres, o en forma de yogur. Estos, se sabe, ayudan a mantener un micro biota intestinal saludable y por ende menor probabilidades de diarreas. Productos como la cebolla, el ajo, el polen y la miel de abeja, la jalea, el agua, (el agua natural es importantísima) favorecen la salud; en cambio, el exceso de sal, de azúcares refinados y de grasas saturadas (los refritos) no lo hacen; los embutidos como las salchichas, el chorizo y otras comidas y bebidas “chatarra”, fomentan la obesidad, la diabetes juvenil y la hipertensión, así que trate de no usarlos con frecuencia.
• Me es imprescindible recomendar que lleve a su hijo a una consulta pediátrica de evaluación, aunque no esté en ese momento enfermo, para que sea el médico quien determine después de una cuidadosa revisión, si es necesario hacer algunos exámenes de laboratorio y finalmente emitir un juicio acerca de lo que el niño requiera para que entre con todas las ganas a la escuela y rendir lo que esperamos los padres de ellos.
• Medidas generales: a) Evite los cambios bruscos de temperatura. b) No fume en presencia de los niños. c) No los exponga a los virus, si alguien anda enfermo debe usar cubre boca.  d) Ventilar la casa a diario. Con 10 minutos es suficiente. e) Una buena dosis de sueño. Los niños en vacaciones se acostumbran a dormir tarde y levantarse temprano. Así que a cambiar de nuevo el horario.
• Para tener una buena salud es imprescindible el ejercicio físico. El ejercicio físico moderado ejerce una buena influencia sobre la inmunidad de los niños.

A TOMAR EN CUENTA:

Los contenidos de este tema médico sólo tienen carácter de información general. Esta información no debe ser utilizada con fines diagnósticos o de tratamiento. Sólo el profesional de la salud pertinente está facultado para tomar las decisiones adecuadas tras la evaluación de cada caso en concreto.

Dr. Salvador Alvarado González – México