Convulsiones febriles en niños: ¿Qué hacer en casa?
INTRODUCCIÓN
Uno de los momentos más angustiantes que las madres pueden sufrir es cuando su hijo convulsiona.
¿QUÉ SON LAS CONVULSIONES FEBRILES?
Las convulsiones febriles, como su nombre lo dice, son espasmos causados por fiebre. Durante la convulsión los niños suelen perder la conciencia y hacer movimientos que son como contracciones primero y luego flacidez, ya sea en los párpados, en la boca, en las manos, en brazos o piernas, a veces en todo el cuerpo o en una sola parte. La mayoría de las convulsiones febriles duran pocos minutos, aunque algunas pueden durar sólo algunos segundos; en cambio, otras pueden durar hasta 10 a 15 minutos.
¿QUÉ LAS OCASIONA?
Aunque las desencadena la fiebre, tienen un fondo hereditario y ocurren en niños por lo demás sanos entre los 6 meses y los 5 años. La mayoría de las convulsiones febriles ocurre en las primeras 24 horas de una enfermedad febril. Más bien suceden con temperaturas entre los 38 y los 39 grados centígrados.
SÍNTOMAS
Una convulsión febril puede ser tan leve que simplemente se le volteen los ojos al niño, muevan los párpados sin control o las extremidades se le pongan rígidas. Muchas mamás refieren que el niño hace como estuviera teniendo un berrinche, pero no. No es berrinche, el niño está tieso. Una convulsión febril simple se detiene por sí sola en cuestión de unos segundos, pero puede durar entre 5 y 10 minutos, generalmente seguidos de un período corto de somnolencia o confusión. Otros síntomas que se pueden presentar:
- El niño puede llorar, gemir o gritar.
- La contracción muscular puede durar algunos segundos o más.
- El niño caerá si está de pie y es posible que se orine.
- El niño puede vomitar y morderse la lengua.
- A veces el niño se pone morado, pues no respiran bien.
- El niño se sacude y no responde a la voz de los padres.
CUIDADO: Una convulsión que dure más de 15 minutos, que suceda sólo en una parte del cuerpo o que se repita durante la misma enfermedad, no es una convulsión febril “normal” y habrá que consultar al médico con mayor razón.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
Las causas de las convulsiones son múltiples, la fiebre sólo es una de ellas, pero el médico debe ser muy cuidadoso cuando un bebé la presenta por primera vez, pues puede tratarse del inicio de una enfermedad grave como la meningitis, la neumonía o la septicemia (infección grave que se disemina en todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos). La historia clínica es la clave para el diagnóstico. Generalmente el médico experimentado la puede reconocer fácilmente. El examen del cuerpo suele ser normal, aparte de los síntomas de la enfermedad causante de la fiebre, pero en algunos casos se debe apoyar con laboratorio y gabinete: electroencefalograma, tomografía computarizada de la cabeza y punción lumbar (sacar líquido de la columna para examinarlo para descartar meningitis).
CASOS ESPECIALES EN QUE SE REQUIERE DE MÁS ESTUDIOS:
- Si el niño es menor de 9 meses o mayor de 5 años.
- Si el niño tiene un trastorno cerebral, neurológico o del desarrollo.
- Si está limitada a una parte del cuerpo (crisis parcial).
- Si las convulsiones duran más de 15 minutos.
- Si el niño tuvo más de una convulsión en 24 horas.
- Si el niño tiene resultados anormales al examinarlo.
¿QUÉ DEBE HACERSE DURANTE LAS CONVULSIONES?
Los padres deben permanecer lo más calmados posible y sólo cuidar al niño de que no se caiga o se golpee. Para ello se lo debe colocar en una superficie segura como la cama o el piso. No deben tratar de parar los movimientos del cuerpo agarrándolo o apretándolo. El niño se debe poner de lado o boca abajo para prevenir que se ahogue si vomita. Si es posible, saque cuidadosamente cualquier objeto de su boca. Los padres nunca deben poner ningún objeto en la boca del niño durante una convulsión. Estos objetos pueden atragantarlo. Si la convulsión dura más de 10 minutos, el niño debe ser llevado inmediatamente a una sala de urgencias cercana para tratamiento. Una vez finalizada la convulsión, el niño debe ser llevado a su médico para determinar su origen. Esto es especialmente urgente si el niño muestra síntomas como cuello rígido, somnolencia exagerada o vómitos abundantes, rechazo al alimento y fiebre muy alta de 39 ó más. Usualmente un niño con convulsiones febriles no necesita ser hospitalizado, pero si la convulsión es prolongada o es acompañada de datos de una infección seria, sí debe internarse para su observación y estudio.
TRATAMIENTO
Se debe dar el tratamiento de la enfermedad que ocasiona la fiebre La mayoría de los niños con convulsiones por fiebre no necesitan ser tratados con medicamentos, pero en algunos casos el médico puede decidir usar una medicina.
PRONÓSTICO
La primera convulsión febril es un momento aterrador para los padres y la mayoría de ellos tiene miedo de que su hijo muera o sufra daño cerebral. Sin embargo, este tipo de convulsiones por fiebre son inofensivas y no existe evidencia de que causen ni lesiones cerebrales, ni epilepsia, ni una disminución del coeficiente intelectual, mucho menos la muerte. Los padres deben saber que la mayoría de estos niños dejan de tener convulsiones febriles hacia la edad de 5 años. Los niños que van a desarrollar epilepsia más pronto o más tarde algunas veces tendrán sus primeras convulsiones durante la fiebre.
CUÁNDO CONTACTAR A UN PROFESIONAL MÉDICO
Los niños deben ser vistos por un médico tan pronto como sea posible después de su primera convulsión febril. Si la convulsión dura más de 10 minutos, lleve al niño al hospital más cercano, pero si la convulsión termina rápidamente, ya con calma lleve al niño a revisión con su pediatra de cabecera o a una sala de urgencias.
Lleve al niño al médico si se presentan convulsiones repetitivas durante la enfermedad febril.
LLEVE AL NIÑO AL MÉDICO SI ANTES O DESPUÉS DE LA CONVULSIÓN SE PRESENTAN SÍNTOMAS TALES COMO:
Movimientos anormales del cuerpo, inquietud, confusión, náuseas, problemas de coordinación, erupciones en la piel, temblores, somnolencia excesiva (es normal que los niños duerman o sientan somnolencia o confusión breve inmediatamente después de una convulsión), irritabilidad, fontanela abombada o tensa y rechazo al alimento.
POR DR. SALVADOR ALVARADO GONZÁLEZ
REFERENCIA
American Academy of Pediatrics
A TOMAR EN CUENTA:
Los contenidos de este tema médico sólo tienen carácter de información general. Esta información no debe ser utilizada con fines diagnósticos o de tratamiento. Sólo el profesional de la salud está facultado para tomar las decisiones adecuadas tras la evaluación de cada caso en concreto.