Jóvenes que conducen

foto Ulloa

Consideraciones sobre un grupo de riesgo ante la llegada del verano

La noche, el alcohol y la velocidad son los compañeros excluyentes de los adolescentes que, cada fin de semana, deciden pedirles el auto a sus padres y salir con sus amigos. La gran cantidad de menores a bordo de vehículos suma una preocupación más, ya que son éstos los que, en general, incentivan al conductor a poner un pie en el acelerador.

Es sabido que la franja horaria 0-6 de la mañana triplica el riesgo de sufrir siniestros o hechos de tránsito respecto del resto del día, no sólo porque conducir de noche requiere mayor destreza, sino también porque los adolescentes, en las salidas nocturnas, suelen ingerir alcohol y distraerse con sus compañeros o ser incentivados a tomar riesgos innecesarios. Los análisis son contundentes: la tasa de menores de 35 años implicados en choques es mayor a la del resto de los grupos etarios: ésta alcanza el 25 %; entre ellos, sobresalen los conductores de 16 y 17 años.

Se vino el verano, las vacaciones y los hijos quieren divertirse. En este contexto, es momento, señores padres, de prestar mucha atención. Es importante recordar que deberíamos comenzar a erradicar la palabra accidente de tránsito; accidente es algo fortuito, violento, inesperado; los siniestros o hechos de tránsito se pueden evitar y esto depende exclusivamente de las personas.

¿Qué deben hacer los padres?

En Conducta Vial entendemos que los padres de los adolescentes pueden y deben colaborar, desde su lugar, en la reducción de los siniestros protagonizados por menores. Así ayudarán a evitar tragedias.

¿Cómo pueden ayudar?

- Conociendo las leyes, las normas, las restricciones.

- Cuidando las compañías y atendiendo la cantidad de pasajeros en los vehículos; el exceso de éstos puede hacer distraer al conductor.

- Recordándoles a los hijos el tema de la velocidad; los adolescentes buscan las emociones.

- Limitando la conducción nocturna: las salidas nocturnas suelen tener como fin último la diversión.

- Supervisando las prácticas y participando activamente cuando el hijo está aprendiendo a conducir.

- Dando el ejemplo.

- Usando el cinturón de seguridad e insistiendo siempre en su utilización.

- Después de beber, prohibiéndoles conducir en esas condiciones. Se les debe explicar a los hijos que es ilegal y muy peligroso conducir luego de haber bebido alcohol; se deben compartir los por qué de esta afirmación, las consecuencias que podría traer, etc.

Diálogo con los hijos

Conducta Vial le recuerda al padre o tutor que debe hablar y escuchar a su hijo. Como adulto, es importante que tome la iniciativa y que no espere hasta el último momento para charlar sobre los hábitos de manejo de sus hijos adolescentes. Enseñar a conducir es más que sentarse detrás del volante del auto. Es un proceso que empieza con el diálogo entre los padres o tutores y sus hijos adolescentes, el cual es reforzado por los propios ejemplos.

Como padre o tutor, debe considerar estos puntos:

1) Asegúrese de que las conversaciones con su hijo o hija sean un diálogo franco sobre cómo conducir. Demuestre que entiende sus emociones e inquietudes y comparta sus puntos de vista y experiencia como conductor.

2) Identifíquese con el deseo que tiene su hijo o hija de conducir de manera inteligente. Las investigaciones indican que los adolescentes no aspiran a ser conductores precavidos; pero sí aspiran a conducir de una manera inteligente ya que esto combina la habilidad de conducir y la seguridad.

3) Celebre el logro de obtener la licencia de conducir y subraye la responsabilidad que ésta representa.

4) No termine el diálogo una vez que su hijo o hija obtenga su licencia. Este diálogo es sumamente relevante, sobre todo durante los primeros meses donde empieza a conducir por su cuenta.

El diálogo entre padres o tutores e hijos es imprescindible, especialmente si se tiene en cuenta que tres de cada cuatro adolescentes reconocen que sus propios padres serían la mejor influencia para lograr conducir de manera más segura.

Cada joven es una persona única y diferente; así como su preciada vida, que es única e irrepetible. Conversar, compartir y escuchar es vital y de gran importancia para los padres y tutores responsables; la intención y nuestro deseo es lograr que los jóvenes sean, en un futuro cercano, conductores responsables y más seguros.

Por Fernando Alberto Ulloa, Responsable de Conducta Vial (www.conductavial.com).

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