Dolor de piernas

piernas

¿Cuántas veces escuchamos decir que a los chicos les duelen las piernas?

Muchas veces, muchísimas veces. Esto es cierto, ya que la mayoría de los niños y adolescentes han tenido en algún momento de sus vidas dolores en los miembros inferiores. La preocupación de parte de los padres aparece cuando el dolor se repite en el tiempo, es muy intenso o impide que el niño realice sus actividades normales.

¿Cuándo consultar al pediatra?

  • Dolor continúo e intenso. 
  • Si empeora por la mañana o siempre es nocturno. 
  • Si altera la movilidad del niño, o sea que deja de hacer cosas que antes podía realizar como correr, caminar, subir escaleras, etc. 
  • Si tiene fiebre u otros síntomas generales como decaimiento, palidez o pérdida de peso. 
  • Si la situación le resulta inmanejable o le genera angustia y ansiedad.

Las causas de dolor pueden ser múltiples. Los dolores funcionales son los más comunes y no implican enfermedad

Dolores de Crecimiento

Los conocidos como dolores funcionales o de crecimiento los presentan niños o niñas de 4 a 12 años de edad con buen desarrollo y crecimiento, que viene quejándose a veces durante varios meses de dolores en ambas piernas, especialmente en los músculos del muslo y la pierna, pudiendo ser más frecuentes algunos días de la semana, especialmente a la hora de dormir, y que pueden despertarlos llorando por dolor. Se calman con calor local, masajes o algún analgésico suave.

Entonces, ¿produce dolor el crecimiento? Es difícil de establecer; la mayoría es consecuencia de la actividad física excesiva. Algunos de estos niños son muy inquietos. Existen factores neuropsicológicos que tienen que ver con una mayor sensibilidad individual al dolor. También, hay que estar alerta ante la presencia de factores emocionales, ansiedad o temor provocados por situaciones especiales que pueda atravesar el niño, como el nacimiento de un hermano, el cambio de escuela o la enfermedad de un ser querido.

Otras causas de dolor

  • Relacionadas con causas mecánicas, como acortamientos tendinosos, pie plano o trastornos posturales.

  • Traumáticas: el dolor comienza en forma aguda, existe un momento preciso del inicio, está localizado en un área definida y aparece como consecuencia de un “mal movimiento”.

  • Caída o golpe: En estos casos es probable que el examen físico muestre alguna característica importante como hematoma, inflamación y dolor puntual a la presión o al movimiento.

  • Artralgia episódica juvenil: Esta entidad es más común en niñas y niños con hiperlaxitud articular. Las niñas escolares o adolescentes, cuando desarrollan un deporte o actividad artística determinada, pueden manifestar algún dolor en las articulaciones más relacionadas con la actividad y que se reitera durante mucho tiempo. La causa del dolor es el ejercicio y el movimiento. El tratamiento es el reposo y medidas de protección de la articulación como tobilleras o rodilleras. El ejercicio específico de fortalecimiento de los músculos relacionados con la articulación es el mejor método de prevención y tratamiento

¿Qué nos dice el examen físico?

La mayoría de los niños que se quejan de dolor de piernas tienen un examen físico normal. Esto quiere decir que crecen bien, no se enferman más que otros niños, tienen buen desarrollo muscular y sus articulaciones no están inflamadas y se mueven normalmente. Algunos niños pueden mover sus articulaciones más allá del rango normal de movimiento sin que signifique un trastorno. Esta hiperlaxitud articular es muy común en los niños menores de 7 años. En la Argentina, se estima que alrededor del 37 % de los niños en edad escolar tienen hiperlaxitud articular. Estos niños suelen destacarse en actividades deportivas o artísticas como gimnasia deportiva, patín o danza

¿Qué hacer?

  • Comprender que su hijo o hija tiene un dolor y hay que prestarle atención.

  • Serenarse. Su hijo o hija no está enfermo, tiene un cuadro de dolor funcional que no le provocará ningún problema en su crecimiento ni le traerá problemas en el futuro.

  • Calmar el dolor con analgésicos, calor, masajes y serenidad. Investigar si existe alguna causa de estrés emocional y abordarla.

  • Consultar a su pediatra. Él podrá determinar si corresponde algún estudio o colaboración con otra especialidad.

Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría

Publicado blog Dr. Ariel Melamud

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>