La violencia familiar y sus secuelas en la adolescencia

Por  Dra. Gabriela Bastarrachea Sosa

Las secuelas que se presentan en la adolescencia, tienen características cada vez más definidas en cuanto a síntomas, el diagnóstico de base, su substrato biológico y estructura familiar en la cual se asienta, así como su asociación frecuente con la violencia familiar.

Extraño iceberg de la violencia doméstica

La adolescencia etapa de cambios, de desajustes transitorios de la conducta, de inestabilidad emocional, cuando llegan a perturbar al entorno familiar o producen daños a terceros, constituyen de por sí un desorden, no clasificado aún como una patología específica sino que obedece a complejas situaciones.
Existen factores familiares de riesgo que inciden en la salud durante la adolescencia, estos son: el alcoholismo de alguno o de ambos padres, antecedentes de criminalidad en la familia, presencia de enfermedades psiquiátricas, la separación o el divorcio, de los padres, madres solteras sin redes de apoyo, nivel escolar bajo, desempleo de los padres y la violencia familiar en cualquiera de sus modalidades.

En México la Violencia familiar es definida por la NOM 046-SSA2-2005, como el acto u omisión ,único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar si la relación se da por parentesco consanguíneo, de afinidad, o civil mediante matrimonio, concubinato u otras relaciones de hecho. Independiente del espacio físico donde ocurra.

El fenómeno de la violencia es un proceso social que comprende las más variadas formas de agresión (física, psicológica, sexual, económica, patrimonial y abandono) y que se caracteriza por tener un efecto multiplicador y expansivo que no solo afecta a las víctimas, si no a la sociedad en su totalidad.
Cotidianamente, numerosos adolescentes, sufren las secuelas de la violencia doméstica, y con demasiada frecuencia se encuentran acompañadas por el silencio de su entorno social. Son miles de menores, adolescentes, las víctimas cotidianas de la violencia familiar, en todas sus modalidades psicológica, física y sexual; víctimas que en su gran mayoría sufren silenciosamente la crueldad de sus padres y familiares y que probablemente ya han aprendido y han naturalizado tanto la violencia que se les hace imposible visualizar la violencia que viven y la experimentan como algo natural,
pero no es natural; hoy en día sabemos que se pueden resolver los conflictos cotidianos de la vida de una forma diferente libre de violencia ya que las secuelas que produce ésta se pueden reflejar en la adolescencia y pueden llegar a ser muy graves e irreversibles sin ayuda.

Cuando la violencia ha sido lo suficientemente crónica y extrema, las repercusiones se empiezan a manifestar en las aulas escolares ya sea con conductas de aislamiento, agresión hacia sus compañeros (bullying), a maestros o a veces se detecta como bajo rendimiento escolar o fracaso escolar y sale a la luz, la consabida frase :estos casos representan tan sólo la punta del iceberg de la violencia familiar. Una frase que parece implicar, o que invita a pensar, que casi nadie ve, ni sabe, ni oye, ni tiene sospecha alguna sobre miles de casos de adolescentes hombres y mujeres que viven violencia familiar, razón por la cual la problemática del adolescente que conocemos solo es la punta del iceberg.

Pero, realmente, ¿qué significa, o qué describe la metáfora de que la problemática de los adolescentes es solo el iceberg de la violencia familiar?: ¿que la mayoría de las secuelas de la violencia familiar pasan desapercibidas para los sistemas de salud y el escolar ?, ¿que la gran mayoría de víctimas de la violencia familiar son socialmente invisibles?, ¿o significa que sólo una pequeña parte de los casos de violencia familiar, por sus características o consecuencias , son capaces de despertar una reacción social e institucional rápida y contundente?.¿la violencia indirecta puede causar estrés y llevar a la depresión y desesperanza?¿los intentos de suicidio están relacionados con la experiencia de vivir inmersos en la violencia familiar ?

Buena parte de los trastornos que aparecen cuando los niños y niñas están expuestos de manera directa a la violencia tienen su origen en la incapacidad de los progenitores –tanto el que desempeña el rol de víctima como el del agresor-, de satisfacer las necesidades biológicas, psicológicas y emocionales de los niños y niñas.
Desde la perspectiva de un niño, o adolescente el maltrato recibido de sus padres o cuidadores constituye un tipo de violencia directa, mientras que el ser testigo de la violencia entre sus padres conforma un tipo de violencia indirecta y que tiene secuelas importantes, esto sugiere que la violencia doméstica produce secuelas nocivas que alcanzan todos los niveles de la secuencia familia-persona-escuela.
Además de los problemas que sufren en su entorno familiar los niños, niñas y adolescentes se le añaden los problemas que –pueden llegar a tener-, en el entorno escolar. Se necesita una sensibilidad especial por parte del profesorado hacia estas niñas y niños y un buen conocimiento de cuáles son sus necesidades concretas y la mejor manera de satisfacerlas. Estos desajustes se traducen en problemas de rendimiento académico, ausentismo escolar, falta de motivación, atención y concentración. Hechos todos ellos unidos a la escasez de habilidades sociales para interactuar tanto con adultos como con iguales les convierte en dobles víctimas. Si la escuela no es sensible a estas situaciones; éstas problemáticas de la niñez se agudizan en la adolescencia y encontramos, reacciones ante la visualización o vivencia de Violencia Familiar como: apartarse emocionalmente de su familia y/o sus amigos, volverse agresivos o enojados, sentirse deprimido o deprimida, engancharse en conductas riesgosas como la experimentación sexual o el uso de drogas, tener problemas de alimentación o sueño y preocuparse o sentirse culpables acerca de los efectos financieros de la separación de los padres.

¿Tiene secuelas la Violencia Familiar en los niños y adolescentes?

El antecedente de violencia familiar podría ser un factor predictor de trastornos de conducta en la adolescencia como:
Conductas destructivas tanto hacía uno mismo (autolesiones, conducta suicida) como hacia los demás (lesiones, bullying, robo, homicidios).
Tiene características y síntomas de base, biológica y estructura familiar, así como asociación frecuente con los consumos de sustancias tóxicas.
El sexo femenino es el más propenso a sufrir actos de agresión, fenómeno complejo con profundas raíces en las actitudes de la sociedad y en la relaciones de poder entre ambos géneros, alrededor del 60% de la población entre 12 y 16 años es víctima de violencia familiar.

Otras conductas que se ha venido presentando como proceso multifactorial y dinámico son los intentos de suicidios que están siendo reconocidos como problema debajo del cual se encuentran numerosos factores que lo sostiene, y que últimamente se ha empezado a investigar su relación con la violencia familiar y que esta situación incide en la magnitud del problema. Las estadísticas más actuales proporcionadas en México por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 2000), refieren que los intentos de suicidio, así como la consumación del acto ocurren por causas referidas a los conflictos amorosos y problemas familiares. Todo intento de suicidio de un adolescente está dirigido a otro y trata de expresar una demanda de afecto, de amor de ser escuchado, de ser reconocido como persona. Debe ser interpretado como una pregunta que requiere una respuesta.

Solamente una cuarta parte de aquellos que realizan un intento concurren a la consulta médica; porque cree que deben arreglarselas solos, que no necesitan ayuda .
Existen estudios que sugieren que la violencia doméstica produce secuelas nocivas que alcanzan todos los niveles de la secuencia familia-persona-escuela; pero que además va más allá de éstos ámbitos ya que al someter al niño a estress crónico le va condicionando afectaciones en su estado de ánimo como ansiedad y depresión que al final y en la adolescencia los lleva a la desesperanza y aparecen las ideaciones de autoagresión.
Por lo tanto, cualquier intervención dirigida a incidir en problemas de conducta escolar debe incluir la detección, asistencia o tratamiento a las víctimas de violencia familiar, vivida tanto directa como indirectamente.

CONSULTE SIEMPRE A SU MEDICO

Dra. Gabriela Bastarrachea Sosa. / Medica pediatra/Medicina de adolescentes.
Presidenta de la Asociación Mexicana para la Salud de la Adolescencia A.C.
Directora de Adolescentro Mérida. Centro de Atención Médica y psicológica para la Adolescencia.

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