Los riesgos viales se presentan a diario y una conducta preventiva es la mejor manera de reducir la posibilidad de sufrirlos.

Por Fernando Alberto Ulloa
Director Responsable de Conducta Vial (www.conductavial.com)

En los 20 últimos años, en Argentina, 152.970 personas murieron en todo tipo siniestros de tránsito. Un promedio que ha subido a 22 muertos por día, acompañados de cientos de heridos, según informara recientemente la ONG Luchemos por la Vida. Sin duda, la mayor tragedia que sufrimos todos los argentinos.

Para luchar contra esta problemática las Naciones Unidas declararon los años 2011-2020 como el “Decenio de Acción para la Seguridad Vial” y los países integrantes se comprometieron a concretar acciones que conduzcan a disminuir significativamente los muertos y heridos en el tránsito; en una primera etapa pretende estabilizar la cantidad de víctimas mortales en el tránsito y, en la segunda etapa, hasta el año 2020, reducir a la mitad la cantidad de víctimas. Sin embargo todavía, en Argentina, no se aprecian avances sustentables que acarreen una disminución importante del número de muertos y heridos en este tipo de siniestros.

Los siniestros de tránsito en nuestro país no se detienen y es necesario comprender que para disminuir notoriamente las muertes e incapacidades producto de estos siniestros hay que trabajar fuertemente, entre otras cosas, en la educación y en la concientización del uso del casco por parte de los motociclistas conductores y acompañantes, el uso permanente y generalizado de los cinturones de seguridad en los demás vehículos automotores, el cumplimiento permanente y generalizado de los límites de velocidad, el control permanente y generalizado del consumo de alcohol y/o drogas de los conductores, el otorgamiento generalizado de la prioridad a los peatones, etc.

Recordemos que al tránsito lo hacemos entre todos y entre todos debemos de solucionarlo, o sea todos somos parte del problema y por ende también de la solución. Es una problemática que afecta a todos los ciudadanos y es la primera causa de muerte desde los primeros años de vida hasta los 21 de edad.

Si hablamos de educación la escuela, como ámbito institucionalizado donde se realiza una actividad pedagógica planificada, resulta un espacio propicio para abordar la problemática de la educación vial desde una concepción orientada hacia la prevención y disminución de los siniestros en el marco de la promoción de valores y respeto a la vida propia y ajena.
Pero también es un tema y problema que atañe a los adultos y mayores. La Fundación Siempre Verde, miembro integrante del Comité Consultivo de la ANSV, está presentando en estos días un interesante proyecto de creación de un “Servicio de Seguridad Vial” en el ámbito de toda “empresa nacional o extranjera”, que desarrolle sus actividades en el territorio de la República Argentina y que se desempeñe en cualquier sector de la economía, (Primario, Secundario o Terciario). Esta creación del “Servicio de Seguridad Vial en la Empresa” apuntaría, entre otros puntos, a transformar en el corto plazo la percepción de los riesgos en el tránsito entre los trabajadores registrados y sus familias, lo cual traerá aparejada la adopción de conductas preventivas, que tendrán impacto directo en la baja de la mortalidad entre los trabajadores registrados cubiertos por el sistema de ART. (El año 2013 finalizó con un número de 9.000.000 de trabajadores registrados, que están cubiertos por el sistema de prevención de riesgos del trabajo (ART) Ley Nacional nº 24.557).
El estado por intermedio de sus instituciones debe afrontar y ocuparse de esta problemática social pero nuestra conducta vial es determinante para evitar un siniestro de tránsito. En la vía pública hay riesgos y hay que visualizarlos. Los siniestros viales provocan daños y, por más leves que parezcan, siempre generan consecuencias negativas, afectando nuestras vidas. Los riesgos viales se presentan a diario y una conducta preventiva es la mejor manera de reducir la posibilidad de sufrirlos. Esperar a que los demás actúen correctamente significa depositar seguridad en otro y esto no garantiza un tránsito seguro. El Sr Gerónimo Bonavera, Formador de Conciencia Vial, desde el año 1996 identificado como Familiar de Víctima de Accidente de Tránsito (su hijo mayor falleció a los 19 años de edad atropellado por un automovilista imprudente quien además se dio a la fuga abandonando al joven) suele decir que la función de la educación para la prevención de accidentes y siniestros viales es lograr que los individuos entiendan que estas situaciones pueden afectar a sus familias si no comienzan a desplazarse en la vía pública previniendo que no están exentos de someterlos a estas consecuencias si persisten en su accionar imprudente.