Detrás de las palabras 2
Por una crianza consciente
En el articulo anterior hablamos de Libertad vs. Límites
¿Qué clase de libertad sería sin la aplicación de límites? Con seguridad sabemos que no se trataría de libertad sino de otra cosa…. Por ello hoy te proponemos continuar con esta reflexión y cuestionamiento sobre las palabras que usamos y las que elegimos usar en beneficio de una crianza y educación consciente y elegida.
No hay libertad sin límites.
¿Que tal os suena “Libertad con Limites”? ¿Acaso como adultos libres y responsables, no tenemos la necesidad de ponernos límites para nuestro propio cuidado y bienestar? ¿Acaso no vivimos en una sociedad en la que constantemente nos confronta con la propia decisión de elegir que SI y que NO?
Si pensamos en el limite como un punto de encuentro y acuerdo, la actitud frente a él es de serenidad, seguridad y certeza.
Un límite o punto de encuentro puede estar marcado por -la seguridad y respeto a las necesidades del otro- en ese “otro” se incluye: – a las necesidades y deseos de cada uno de los miembros de la familia. Este debería ser nuestro punto de encuentro para legitimizar las necesidades del niño/a pero también de la madre/padre. El derecho de la madre a tener sus propias necesidades sin generar un sentido de culpabilidad interior. En el afán por cubrir absolutamente “todas” las necesidades de nuestros niños/as nos olvidamos de las propias necesidades… y yo me pregunto ¿Cómo puedo continuar dando si mi tanque emocional empieza a quedarse vacío? ¿quién me cubre mi necesidades como mama, mujer, esposa?
Y aquí nos encontramos otra vez con la responsabilidad de elegir libremente que necesita él o ella y que necesito yo, y de dibujar un punto de unión, de encuentro, en dónde me cuido y te cuido. En dónde marco el limite de aquí estoy yo –mamá- con mis necesidades, y allí estás tu –hijo- con tus necesidades.
¿Qué necesidades tiene mi niño/a que no coincide con la necesidad de mamá/papá?
- “Quiero descansar y el niño quiere jugar”.
- “Necesito un momento de silencio y no para de llorar”
Dos necesidades diferentes. ¿Cuál cubres primero? – A ti mamá te pregunto ¿Qué crees que pasaría si no cubres la tuya?
Otras veces somos los padres/madres quiénes invadimos las necesidades del niño:
- No juegues aquí, no juegues a esto….
- Venga rápido que llegamos tarde….
- Venga que te visto que yo que sino no llegamos…
En estos ejemplos podemos apreciar cómo nuestra necesidad de silencio nos puede llevar lleva a marcar un límite que no cubre la necesidad de nuestro niño/a de jugar y gritar; o nuestras prisa o falta de planificación nos lleva a no respetar su ritmo personal al vestirse.
“El NO” ¿Se puede educar sin el NO?¿Es el NO una manera de educar?
“Aprender a decir NO a tus hijos sin miedo. Si ellos/as no oyen un No de su madre/padre, no estarán preparados para oír un NO de la vida.”
AUGUSTO CURY
El no como palabra es la negación y una expresión que genera una barrera de comunicación. Es la palabra que con mayor frecuencia se utiliza para expresar un limite, pero no necesariamente todos los límites se expresan con un No. Por ello podemos aprender a usar un lenguaje asertivo y hacer un uso asertivo del NO.
El NO, no asertivo | El No asertivo |
- Excusa:
“El chupete se ha perdido”
- Mentira : “Ya no hay chuches , se han acabado”
- Justificación: “Es que la profesora me ha dicho que no te deje ver estos dibujos …”
- Imposición: Porque si ; porque lo digo yo que soy tu madre/padre.
- Formas inadecuadas: Grito, descalificación, no reconocimiento de su valía y autonomía. Es el atentado hacia el respeto del otro. |
- Es la búsqueda de alternativas, de opciones:
“En la pared no pintes, te puedo dar este cuaderno para que dibujes …”
“ Deja ese vaso de cristal en su lugar , si quieres puedes jugar con este vaso de plástico ”
- Es el aplazamiento: “Ahora no, es tarde, esto lo puedes hacer mañana cuando salgas del colegio”
- Es el acuerdo ¿Qué te parece si….? ¿Te parece que cuando termines este juego empieces a bañarte?
- Es el no explicativo: No, porque te hace daño… |
El no siempre implica tomar una decisión, y toda decisión lleva implícita una pérdida o renuncia, porque elegir una opción implica –no elegir- las otras muchas opciones que se presentan ante nosotros. Al mismo tiempo, el uso del NO posibilita una ganancia, sólo que esta ganancia no la tenemos asegurada y no siempre es visible a corto plazo.
El NO -no asertivo- hay una parte que gana y otra que pierde, donde el que gana se impone frente a la necesidad del otro que acepta. En este juego ganar-perder, puede salir ganando o perdiendo tanto mama/papá como hijo o hija.
El uso asertivo del NO es el juego de ganar-ganar, ambos cubren sus necesidades mediante la negociación o búsqueda adecuadas de alternativas, eliminado la imposición, el resentimiento y los sentimientos de culpa que se generan, en las mamás y papás, cuando utilizamos en exceso el no para educar a nuestros peques.
Por:
Carina Sampó Franco
Psicopedagoga. Psicodramatista. Coach de vida
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Mariel Bajo Hervas
Neuropsicologa
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