¡No puedo ir al colegio! Ansiedad de separación en adolescentes

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Por Lic. Andrea Baldantoni*

Dolor de panza, mareos, dificultad para salir de la cama, falta de apetito, enojos y angustia… estas son algunas de las molestias que acompañan a adolescentes que padecen ansiedad de separación y que sienten que no pueden ir al colegio, hacer programas con amigos o ir a campamentos.

Es difícil ver y contener a un adolescente angustiado, con miedo intenso y preocupación. Esto genera en los padres mucha confusión, al tener que lidiar al mismo tiempo con su propia intuición y con los diferentes consejos que las personas a su alrededor siempre tienen para dar acerca del “mundo adolescente”, “ya está grande”, “tenés que ser firme”, “ya se le va a pasar”.

Es común que los adolescentes nieguen sus preocupaciones y temores  frente a la separación, sin embargo sus conductas reflejan la dificultad para alejarse del hogar y la resistencia para realizar actividades que impliquen mayor independencia. Con la ansiedad se instala un circuito de preocupación, miedo, malestar físico y rechazo a ir al colegio, que es difícil de interrumpir. Este ciclo puede escalar a medida que los síntomas físicos empeoran (dolor de estómago, cefaleas, calambres). Cuanto más tiempo el adolescente falta al colegio, mas difícil se hace volver y superar el miedo, la ansiedad y el aislamiento.

¿Qué entendemos por trastorno de ansiedad de separación en adolescentes?

Todos los chicos sienten ansiedad. Es de esperar y es normal que los chicos se sientan ansiosos en ciertos momentos específicos de su desarrollo. Si bien la angustia por separación corresponde a una etapa evolutivamente normal del niño (entre los 8 y 14 meses de edad), en algunos casos la ansiedad perdura o se intensifica en momentos de crisis o de cambios -tal como lo es el periodo de la adolescencia-, se vuelve severa y empieza a interferir con las actividades diarias tal como separarse de los padres para ir a la escuela y hacer amigos. Es entonces cuando los padres deben considerar recurrir al  asesoramiento de un especialista.

La característica fundamental del TAS (Trastorno por Ansiedad de Separación) es la ansiedad y el malestar excesivo cuando ocurre o se anticipa una separación respecto del hogar, o separación  de las principales figuras de cuidado y apego  (normalmente los padres, cuidadores, o familiares próximos).

Sus síntomas se manifiestan a nivel cognitivo (preocupación excesiva y persistente a perder las figuras de cuidado o a que estos sufran un posible daño), conductual (resistencia o rechazo a asistir al colegio u otro lugar, negarse a dormir sólo o fuera de casa si no está cerca la figura de cuidado), y físico (dolores de estómago, cefaleas, pesadillas recurrentes, náuseas, etc.).

La ansiedad de separación en los jóvenes puede aparecer frente a cambios significativos en el colegio (por ejemplo durante la transición de la primaria hacia la secundaria), frente a un divorcio, enfermedad o ante el fallecimiento de un familiar.

A pesar de su alta prevalencia, persiste la idea errónea de que los trastornos por ansiedad son transitorios o inocuos. Investigaciones en el Reino Unido (1) indican que, con frecuencia, los padres presentan una visión poco realista acerca del bienestar emocional de sus hijos, tienden a subestimar y pasar por alto las emociones negativas y el grado de estrés de sus niños. Si bien hay padres que se asustan “de más” frente la angustia de su hijo, varias veces los padres se auto engañan con creencias falsas: “ya se le va a pasar”…”es la adolescencia”… y pasan por alto una situación que requiere de una atención y recursos específicos para ser superada.

Investigadores señalan que, si se deja sin tratamiento, los chicos y adolescentes con  trastornos de ansiedad tienen un mayor riesgo de mal desempeño en la escuela, tienen menos desarrolladas las habilidades sociales, son más vulnerables al abuso de sustancias y pueden desarrollar trastornos de ansiedad y depresión al llegar a adulto.

10 preguntas para  saber si tu hijo padece Ansiedad de Separación*

Algunos de los siguientes síntomas son típicos de chicos que padecen un trastorno de ansiedad por separación. Si responde “sí” a varias de estas preguntas y el grado de malestar que acompaña a estos síntomas es muy intenso y persiste en el tiempo (más de 4 semanas), es aconsejable que consulte con un profesional especializado.

1.      Hay cosas que preocupan a mi hijo

2.      A mi hijo le da miedo la oscuridad

3.      Mi hijo se queja de tener miedo

4.      Mi hijo tendría miedo si se quedara solo en casa

5.      Mi hijo se preocupa por estar lejos de mí/nosotros

6.      A mi hijo le preocupa que algo malo le suceda a alguien de nuestra familia

7.      A mi hijo le da miedo dormir solo.

8.      A mi hijo le cuesta ir al colegio por las mañanas porque se siente nervioso o con miedo

9.      A mi hijo le molestan pensamientos malos, o imágenes en su mente

10.  A mi hijo le daría miedo pasar la noche lejos de casa.

 *Adaptación: Escala de Ansiedad para Padres de Spence

No a la sobreprotección

La sobreprotección puede ser definida como el uso de excesiva precaución y de comportamientos protectores. Se sabe que altos niveles de sobreprotección se encuentran asociados con altos niveles de ansiedad en niños, también se asoció la sobreprotección con fobia social en adolescentes.

Los padres sobreprotectores, que amparan excesivamente al chico de las adversidades de la vida,  tienden a afianzar la creencia de que todo afuera de casa es riesgoso y que conviene evitar salir del círculo familiar. Aunque actúe con la mejor de las intenciones, el sobreprotector impide al niño o adolescente aprender a manejar adversidades y asumir algún riesgo como parte de su vida. Se ha identificado que las familias con este estilo de comportamiento tienden a ser muy consentidoras.

Algunos padres transmiten a sus hijos sus propios miedos ante los peligros, y en este caso son los padres quienes no permiten al chico que se separe.

La adolescencia es una etapa en la vida en la que los hijos se separan de sus padres y en el proceso de construcción de su propia identidad es normal que se identifiquen más con sus amigos que con sus padres. La ansiedad de separación puede interferir en este proceso vital para el sano desarrollo y limitar el crecimiento normal de un adolescente.

En Hémera contamos con un taller para padres y adolescentes específicamente diseñado para el abordaje de esta problemática. El trabajo con estrategias cognitivas-conductuales y de orientación a padres garantizan el aumento de la conducta independiente del adolescente, ayudando a promover actividades que gradualmente suponen la separación de los padres y la mayor autonomía (por ejemplo, ir al colegio, estar en casa de amigos, salir de campamento con sus compañeros, pasar la noche en casa de familiares o amigos).

(1)Lagattuta KH, Sayfan L, and Bamford C (2012). Journal of experimental child psychology,

*Hémera, Centro de estudios del estrés y la ansiedad

http://www.hemera.com.ar

 

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