Por Patricio Gómez Di Leva*

Cada vez son más los adolescentes que eligen irse de vacaciones con sus amigos y,sin duda, es una experiencia que los introduce en la vida adulta.

Pasar unos días sin los padres, teniendo que hacerse responsables de la casa, la comida, la administración del dinero, el alcohol y la sexualidad, es un ensayo de lo que será su vida adulta. Aprender a limitarse y  cuidarse es un valor fundamental y no hay otra forma de hacerlo que experimentando.

Los adolescentes se apoyan en el grupo para construir su identidad  y necesitan de la confianza de los padres para construir  la confianza en sí mismos. Y, en este sentido, es una experiencia muy valiosa.Crecer implica correr riesgos,  y la única forma de ayudar a  los hijos es a través de una comunicación  fluida y franca.

Antes de este paso, hay otros que ayudan a ganar la confianza hacia  los hijos. Para quedarse más tranquilo, conviene ensayar  con algún fin de semana solos en la casa, que, además, es una muy buena oportunidad para que sean los padres los que se van y aprovechen para recuperar espacios de intimidad.

Hay dos grandes fantasmas que asustan a los padres de los adolescentes que aspiran a esta aventura. Uno es el exceso de alcohol, del cual solo se puede ayudar a los hijos  haciéndolos comprender los riesgos que esto implica y los cuidados que hay que tener. El otro miedo de muchos padres es que se descontrolen sexualmente. Y este es un gran punto donde hay que tener en cuenta algunas cosas.

Muchas veces el sexo va de la mano del descontrol, sobretodo si se tiene en cuenta la revolución hormonal que caracteriza a esta etapa de la vida.  Pero no siempre sexo y placer implican descontrol. La sexualidad es experiencia y no tiene sentido censurarla o reprimirla. Por ensayo y error los hijos construyen su sexualidad. Pero si lo que se quiere es restarles errores para que puedan aprender y disfrutar de su sexualidad, lo mejor que se puede hacer es hablar con ellos y que, entre sus cosas, no dejen de llevar preservativos, porque es el único método anticonceptivo que además de prevenir embarazos no deseados, lo/las protege de las enfermedades de transmisión sexual.

Hablar de sexualidad con nuestros hijos es educarlos sexualmente y darles las herramientas para que disfruten y se cuiden. Por eso, si se van a la costa, asegurate de que lleven preservativos.

*Sexólogo del Departamento de Educación Sexual de preservativos PRIME Argentina.