El niño, la familia y el pediatra, ¿cuándo derivar al psicólogo? (PARTE 1)
Por Lic. Gloria Grosman*
La familia, es como un laboratorio metabolizador emocional de cuya eficacia dependerá el mantenimiento y la preservación de la salud y cuyo fracaso, instalará la enfermedad mental o física.
El pediatra es el gran detector de los trastornos físicos, madurativos y emocionales. Nosotros, los psicólogos nos ocupamos del aspecto emocional, viendo las situaciones muchas veces derivadas por los pediatras, que perturban la vida familiar y que se manifiestan en las conductas de los niños, obstaculizando su desarrollo.
Al igual que en la Pediatría, una consulta a tiempo con el psicólogo, suele funcionar de manera preventiva, logrando mejores resultados en un tiempo mas corto.
Dado que la infancia es un momento vital de gestación, crecimiento y maduración de cualidades del ser humano, es en este momento de la vida, cuando deberían afrontarse con la ayuda de los padres y un profesional a cargo que guíe y permita a la familia en cuestión encontrar soluciones propias frente a las dificultades con que pueda tropezar un niño en el mundo que lo rodea.
Podemos decir entonces, que merece una consulta psicológica toda situación constante y repetida que perturbe, inhiba o dificulte la relación de un niño en los diferentes planos de su vida (familiar, escolar, recreativa o social)
A lo largo de su crecimiento, los chicos se verán obligados a afrontar situaciones difíciles, crisis, miedos, inseguridades que afectaran algún área de su vida en forma transitoria, no obstante, si esta conducta se vuelve persistente, será necesaria la intervención psicológica.
Frente a una derivación, interactuar con otros profesionales que están a cargo, como el pediatra, neurólogo, psicopedagogo, fonoaudiólogo, maestras, es de vital importancia, ya que de lo contrario tendremos solo aspectos parciales de lo que acontece en el paciente y su familia.
Es así que comunicándonos podemos ayudar al niño y su grupo familiar sumando nuestras perspectivas para entender lo que esta pasando en todos sus ámbitos, llegando a un mejor resultado.
DERIVACIONES AL PSICOLOGO INFANTIL
Si bien son muchas y variadas las sintomatologías de origen emocional al niño que requieren una derivación, veremos a continuación un cuadro explicativo, en forma cronológica, de las consultas mas frecuentes, sabiendo que los trastornos emocionales pueden repetirse a partir de cada edad.
Durante el primer año de vida
En esta primea etapa se comienza construir el vínculo madre- hijo, el bebé está dispuesto a recibir, pero suelen presentarse situaciones en donde el adulto no puede acompañarlo adecuadamente. Cuando esto sucede es necesaria la consulta al psicólogo quien trabajará con la madre y su maternidad.
Según Donald Winnicott (1896-1971) pediatra y luego psicoanalista destacado de la Escuela Inglesa, que nos dejó conceptos vigentes hoy sobre el Holding (sostén), madre suficientemente buena (a disposición del bebé durante los primeros meses de vida) objeto transicional, (el objeto que acompaña al bebé durante los momentos que el bebé no ve a su madre al lado , como el osito de peluche , la sabanita, que lo calman) y nos explica los tres momentos fundamentales en el desarrollo del bebé que van desde el apego al desapego ,donde la mamá en el vínculo con su hijo, necesitará ayudarlo y acompañarlo en el proceso desde la llamada dependencia hacia la independencia
En un primer momento el bebé siente que él y su mamá forman una unidad simbiótica, son uno solo, no hay diferenciación yo- no yo, y existe una total dependencia del hijo con su madre, depende de ella para subsistir.
La adaptación decrece a medida que en el bebé crece la necesidad de experimentar reacciones a la frustración. Una mamá sana es capaz de tolerar y diferir el momento en que no se adaptará, hasta que exprese su enojo, su ira.
Luego, ella deberá ir corriéndose de a poco, el bebé notará estas pequeñas ausencias, y se frustrará, buscará un osito, una frazadita o algo que lo acompañe y calme, y esto le servirá de a poco, para darse cuenta que él y su madre son dos personas separadas. Un tercer y ultimo momento de este proceso, hacia la independencia, sucede cuando el niño claramente ya distingue que él es uno y la mamá es otra, que se irá pero volverá., que hay un yo y un no yo Este proceso, muchas veces es vivido con mucha angustia por algunas madres, y cuando esto sucede es necesaria la intervención psicológica para poder acompañarla y que pueda ver la importancia de que su hijo logre llegar a esta instancia.
- Dificultad de contacto: Sucede, cuando la mamá generalmente, tiene dificultad para sostenerlo, calmarlo, le resulta difícil contenerlo, tocarlo, acariciarlo .Prefiere que lo sostenga otro: el papá, la abuela, un familiar o una amiga.
- Apatía: cuando vemos a un bebé retraído, con la mirada sin focalizar, mirando al vacío, con falta de respuesta a los estímulos, de inicio del balbuceo, no entusiasmado por los juegos ni por los juguetes. Falta de curiosidad para investigar el mundo que lo rodea.
- Trastornos en la lactancia: En Argentina es frecuente ver a mamás muy angustiadas que sienten que no puede alimentar a su hijo, que no logran entender cuando tiene hambre, y que su fantasía y temor es de que no puede amamantarlo o darle su biberón bien, y que en consecuencia el perderá peso y enfermará. Estas mamás necesitaran tener un apoyo psicológico, poder ver sus miedos, registrar que le pasa, si ella es primeriza o no lo es, que le sucedió antes con otro hijo o si siente que al ser mamá por primera vez no lo hace bien, y poder trabajar junto a ella, con su pareja y también con ella y su bebé para resolver su angustia y poder alimentar a su hijo sabiendo que disfrutará de este acto tan maravilloso
- Trastornos en el sueño: Hay oscilaciones normales en el ritmo del sueño como en la angustia del 8 mes, pero en los casos que a la familia les genera angustia en demasía y no pueden los papás interpretar, comprender y aceptar lo que le pasa a su hijo, enrareciendo el clima familiar, es indiscutible la consulta psicológica y la derivación pediátrica.
También es un motivo de derivación bastante frecuente, los bebés que se despiertan muchas veces a la noche, o cuando llega el momento de llevarlos a su cama , no logran dormirse pese a los intentos de los papás de que su hijo descanse .En estas ocasiones, los padres no lograron aun diferenciar cuando su bebé llora de que se queja ,que le sucede, si le duele algo, si tiene hambre, si quiere mimos La familia comienza en consecuencia a no dormir, sino de a ratos, alterándose toda la dinámica familiar, los papás se angustian y se agotan no entendiendo lo que está pasando.
Este es un momento donde se necesita un asesoramiento familiar, investigar que hacen los papás cuando el bebé llora, si no duermen por que están a la expectativa de cada movimiento o quejido que sienten de su hijo, si siempre terminan durmiendo los tres en la cama grande, cómo son los hábitos que implementaron, cómo lo tranquilizan, cómo pueden acompañarlo en su cama haciendo que ese sea un momento de relajación para su hijo y por ende para ellos también.
Del año hasta los 3 años de vida:
- Trastornos ligados al lenguaje El lenguaje es un acto social. La afectividad o mundo emocional del niño (en el caso de un niño rechazado o poco contenido), puede acercarlo a un mundo cerrado de incomunicación. Cada niño sigue su propio ritmo, como también lo hace en el lenguaje, pero hay signos que nos alertarán si algo no anda bien.: que no balbucee en los primeros meses, que no comience la interacción con el adulto a través de gestos comunicativos como el saludo con su mano para despedirse, que no desarrolle un habla espontánea, que a los dos años no pronuncie palabras parecidas al lenguaje establecido. Si un niño de dos años y medio no habla, es importante discriminar si posee, como ustedes saben una lesión neurológica, auditiva o emocional. Si no posee lesiones neurológicas ni auditivas, y el niño no inicia su comunicación verbal y gestual, pensamos en una alteración emocional. Si le rodea algún problema de tipo psicológico que pueda estar influyendo en dicha adquisición: bloqueo emocional, nacimiento de un hermano, un hecho traumático (accidentes, operaciones, robos, hechos de violencia, otros)
- Dificultad al contacto con otras personas: cuando vemos a un niño que se asusta frente al menor contacto con otro adulto, necesitando la presencia permanente de su madre y angustiándose cuando ella se aleja, que rechaza que lo saluden , toquen, acaricien, con excepción de sus padres y familiares muy cercanos.
- Trastornos en la aparición de funciones ligadas a la psicomotricidad: dificultad en su motricidad gruesa y fina, no presentando ninguna alteración clínica., no quiere aprender y se niega a gatear, caminar, correr, trepar, subir y bajar escaleras, dibujar. Son niños en general poco estimulados, muy apegados a su mamá y a su papá, en general rodeados de adultos y con poco contacto con pares.
- Dificultades en relación con sus pares (llegando a los 3 años): Coincide con el ingreso al Jardín de Infantes o Jardín Maternal, y sucede cuando el niño no puede despegarse de su madre y no logra adaptarse al Jardín de Infantes. Conjuntamente con esto vemos una mamá que está muy angustiada cuando lo lleva, no se siente segura de dejarlo, esta intranquila todo el tiempo que su hijo permanece en la salita y desea que llegue el momento para llevarse otra vez a su casa. El niño no se relaciona, se queda solo y sin participar de los juegos, puede mostrarse agresivo, (morder, pegar), triste, no comunicativo con su maestra o con sus pares. Naturalmente será un motivo de derivación psicológica para trabajar con el vinculo madre-hijo.
CONTINÚA!
Lic. Gloria Grosman
Psicóloga especialista en niños y familias. Editora y coordinadora de Papis
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