Año nuevo, deseos nuevos y los padres responsables

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Por el Dr. Salvador Alvarado González*

LOS DESEOS.

Todos tenemos deseos. Esta es la época de los buenos deseos. Nosotros como padres albergamos los mejores deseos para nuestros hijos. Una vez que alberguemos estos deseos en lo más profundo de nuestra mente, actuemos. Actuemos con toda la intención del mundo y logremos lo que nos hayamos propuesto.

DESEO QUE MIS HIJOS SEAN SANOS.

Efectivamente, toda madre y todo padre  desean que sus hijos sean sanos. Las enfermedades de los hijos son algo que nadie desea. Uno quisiera que sus hijos jamás enfermaran, pero hay que ser realistas, esto sucede. Así que uno debería desear más bien la fortaleza para enfrentar las enfermedades que les pudieran ocurrir a nuestros hijos. Uno debiera desear tener la suficiente inteligencia para reconocer rápidamente una enfermedad sencilla y banal de una delicada o grave y los medios económicos para enfrentarlas. Uno debe aceptar que las enfermedades de los hijos, sobre todo las de los muy pequeños pueden ser  peligrosas y todo padre debe buscar la ayuda de un profesional de la medicina para que la atienda.

Ustedes deben saber que hay muchísimos problemas por auto recetar a los niños. Que eso sólo retarda un diagnóstico correcto y permite una evolución más complicada, más tórpida, menos adecuada.

Reconozcamos que las buenas intenciones de los familiares y amigos son sólo eso: buenas intenciones. Pero debemos recordar siempre que nuestros pequeños hijos son seres muy especiales y muy valiosos. No experimentemos, pues, con ellos. Dejemos que el experto haga su trabajo.

 

DESEO QUE MIS HIJOS SEAN INTELIGENTES.

Este es un deseo muy frecuente en la mayoría de los padres. Hay programas específicos que enseñan a los padres cómo hacerlo. Todo niño nace con un potencial intelectual increíble, inagotable, prácticamente infinito. Cada día se conoce más acerca de la capacidad de los niños para ser mucho muy inteligentes. Pregunte a su pediatra por libros que les instruyan a ustedes a enseñar a aprender a sus hijos. Compren juguetes educativos, estimulantes, interesantes.  No compren JUGUETES CHATARRA. No malgasten su dinero.

 

DESEO QUE MIS HIJOS SEAN RESPONSABLES.

Este es un deseo manifiesto en toda madre y en todo padre. Sin embargo, con frecuencia, más bien por error, hacemos cosas que aun sin quererlo llevan a tener un efecto contrario. Por ejemplo: en vez de dejar que nuestros hijos hagan las cosas que por si mismos ya puedan hacer, nosotros se las hacemos. Así, una madre que se pasa el día tras de su hijo de 3, 4 ó más años de edad, recogiéndole los juguetes,  le escoge la ropa y  lo viste,  lo alimenta en la boca, le hace la tarea, etc, etc, no está formando responsabilidad en su hijo.   Efectivamente, los padres nunca deben hacer por el niño las cosas que el ya, por su edad, pueda hacer por sí mismo. De otra manera sólo estamos educándolos para que NO sean responsables. La responsabilidad se le inculca al niño desde muy tierna edad. Desde que el niño tiene unos 6 ó 7 meses y le permitimos alimentarse por sí mismo estaremos favoreciendo el desarrollo de la responsabilidad.

 

DESEO QUE MIS HIJOS TENGAN VALORES MORALES.

En el entendido que la palabra Moral es una palabra que se deriva de la palabra latina “Mores”, que quiere decir “costumbres”, nosotros, por lo general, le damos un sentido de lo bueno, de lo positivo, de lo noble, de lo valioso. Efectivamente, los Valores Morales, son algo valioso, como decir la verdad, como evitar la crítica, buscar lo sano. Pero como Moral es costumbres y las costumbres se aprenden de lo que se  vive, entonces los padres debemos ponernos a practicar las cosas que quisiéramos que nuestros hijos aprendiesen. Así, si queremos que nuestros hijos vivan en la verdad, no digamos mentiras a cada momento; si queremos que nuestros hijos sean responsables, seamos nosotros mismos responsables; si queremos que ellos sean nobles, nosotros seamos buenos y nobles también. Y así sucesivamente, los valores se los enseñamos con nuestra conducta. No se aprenden en la escuela, se aprenden en casa. No son deseos que una Hada Madrina mágica se los vaya a otorgar como un regalo de año nuevo, no. Los Valores son cosas por las cuales nosotros tenemos que trabajar por enseñárselos. Nadie “regala” los Valores. Estos se aprenden en casa, con el ejemplo de sus padres. También en la escuela los niños aprenden  valores.

 

DESEO QUE MIS HIJOS TENGAN CONFIANZA EN SÍ MISMOS.

Este es un deseo vital. La imagen confianza que un niño tiene de sí mismo es básica para el éxito o para el fracaso en toda su vida. La auto confianza en el Don más preciado que les podemos dar a nuestros hijos. La auto confianza se obtiene permitiendo a los niños hacer las cosas por sí mismos. Tener confianza de poder cruzar una piscina, sólo se gana con el esfuerzo de muchas horas de aprendizaje de técnica de la natación. La confianza en ellos mismos se logra a medida de que los padres le enseñamos a hacer las cosas por ellos mismos. La confianza se logra evitando los miedos exagerados de  los padres. La auto confianza se logra en un medio racionalmente permisivo. La crítica hacia los errores iniciales de nuestros hijos, la crítica sistemática de todo lo que ellos hacen mal, logra mermar la auto confianza de nuestros hijos. Los padres  deben estimular a sus hijos para que éstos incrementen su auto confianza, ya que ésta les será extraordinariamente útil en la vida.

 

DESEO QUE MIS HIJOS SIENTAN QUE SON PERSONAS VALIOSAS.

Esto también es un deseo vital. Tal vez el más grande de los deseos que unos padres amorosos y responsables puedan desear para sus hijos. El sentirse una persona valiosa es la clave de la salud emocional. Tener salud emocional es desear vivir la vida como si esta fuera un milagro. Es tener la alegría de vivir cada día con la sensación de poder enfrentar cada uno de los retos que la vida nos ponga en nuestro camino. Salud emocional es querernos a nosotros mismos. Es no tener que llegar a verlos  alcohólicos, drogadictos, vagos, rebeldes sin causa,  maleantes o suicidas.   Cada vez los muchachos jóvenes se suicidan con más frecuencia. ¿Por cuántas experiencias negativas dentro y fuera de la familia tendría que pasar un niño que acaba de nacer el día de hoy,  para que al llegar a la edad de 15 ó16 años ponga una cuerda en su cuello y se quite su propia vida?

No cabe duda que este deseo es importante, pero  no hay nadie que mágicamente les pueda otorgar a nuestros hijos una imagen valiosa y positiva de sí mismos. No es este  un regalo que se puede comprar en las tiendas de la localidad. Este es un regalo que se construye día a día, momento a momento, con lo que los padres les decimos a nuestros hijos, también  de la manera como los padres tratamos a nuestros hijos. Es cosa que se aprende. Hay técnicas para incrementar la autoestima de los niños. Nosotros somos los responsables de crear una imagen positiva de nosotros mismos, en nuestros hijos y que es ésta es una tarea que debemos emprender pronto, si es posible aún antes de que nuestros hijos nazcan.

No deben esperar a que los niños que ahora les han nacido lleguen a la adolescencia para enfrentar los problemas propios de esta edad. A trabajar ya. Aprendamos a ser mejores padres el día de hoy.

 

UN ÚLTIMO DESEO

Mi último deseo es que ustedes tengan muchos deseos positivos para sus hijos; tantos como quieran; no debe haber límites. ¿Por qué contentarnos con poco?  La tarea de ser padres no se limita a cambiar pañales y dar biberones. Eso es bastante poco. La tarea de los padres es ilimitada y es función de los pediatras enseñarles el camino.

*DR. SALVADOR ALVARADO GONZÁLEZ

PEDIATRA

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