Por Dr. Salvador Alvarado González*   

Uno de los pasos  importantes en la vida de nuestros niños es cuandocomienzan a ir al baño sin ayuda. Dejar los pañales y poder avisar cuándo quieren  ir, es un momento  significativo  para su desarrollo. Así los niños se sienten  “grandes”.

Los padres pueden ayudar y estimularlos a lograr el control de esfínteres.

El hecho de no saber cuándo iniciar este proceso de avisar y dejar el pañal, podría  generar el problema de enuresis, del que hablaremos un poco más adelante.  El orinarse en la cama cuándo ya tiene más de  4 o 5 años, lo llamamos  enuresis y es un problema que tiene diversas causas: Cuando intentamos enseñar a nuestros hijos demasiado pronto (antes de los dos años) o demasiado tarde (después de los 3 años)

Si tu hijo sigue orinándose en la cama dormido sin  darse cuenta después de los 4 o 5 años, debes ver a tu pediatra para que busque la causa, te aconseje y si fuera necesario  inicie el tratamiento más adecuado.

No es fácil tener que avisar cuándo se tiene ganas de orinar o defecar. Dejar el pañal es un gran paso en el desarrollo físico y emocional de nuestros hijos, por ello es necesario que aprendamos a trabajar para que esta transición sea fácil y hasta divertida teniendo mucha paciencia.

Es entonces que nace la pregunta ¿cuál es el mejor momento para empezar el entrenamiento para ir al baño? o dicho de otra  manera  ¿cuándo aprenden los niños a controlar sus esfínteres? La respuesta a esta pregunta es clave para ayudarles a dar este paso. Esto se logra entre los 2 y medio años hasta los 4 años.

Un estudio reciente realizado por el jefe de urología del Hospital Pediátrico Bristol-Myers Squibb de New Brunswick, New Jersey sugiere que el momento  es entre los 2 y 3 años de edad.  Según esta investigación, si el entrenamiento para el control de los esfínteres empieza después de los 3 años, es probable que los niños sufran de incontinencia de urgencia, mejor conocido como niño que aún “moja la cama”  a pesar de tener más de 4 ó5 años.

Estambién importante y cierto que: Si los padres intentar entrenar a su hijo antes de los 2 años,  edad, en la que el pequeño(a) no puede aún entender de qué se trata eso de dejar el pañal, podría  también generar  enuresis  hasta los 10 ó 12 años. Muchos padres que lo han hecho así, se dan cuenta de que efectivamente el empezar más temprano no es garantía de que se entrenen rápido en el control de los esfínteres y dejen de orinarse.

Es necesario entender que cada niño es especial y distinto, algunos están físicamente maduros para dejarlo antes de los 2 años y otros simplemente no lo están sino hasta que llegan a su tercer cumpleaños.

¿Cómo puedes saber si tu hijo está listo para decirle “adiós” a los pañales  e ir al baño por sí mismo?  La clave está en observarlo y ver  si  ya es el momento:

Si tu hijo(a) puede hacer preguntas sencillas y puede entender y seguir instrucciones básicas.

Sí tu hijo(a) puede bajarse y subirse los pantalones/falda sin ayuda.

Sí tu hijo(a) muestra interés en la “pelela” o bacinilla.

Si tu hijo(a) no ensucia el pañal por períodos de más de dos horas durante el día y se despierta seco(a) de sus siestas.

Si tu hijo(a) muestra incomodidad cuando sus pañales están mojados o sucios.

Si tu hijo(a) te avisa con gestos o palabras que tiene que “ir al baño” aunque sea en sus pañales.

Si tu hijo(a) tiene horarios predecibles para defecar.

Si puedes responder afirmativamente a la mayoría de estas situaciones, es que ha llegado el momento de iniciar el entrenamiento para ir al baño. Si no es así, dale un poco más de tiempo.

Es importante saber que algunos cambios en la vida, como por ejemplo la llegada de un nuevo hermanito, el cambio de domicilio, el cambio de jardín de infantes, pueden requerir unos meses más de paciencia. Dale pues tiempo al tiempo.

LA ENURESIS      

La enuresis es por definición, el hecho de que un niño se orine sin darse cuenta, a una edad posterior a los 5 años. A esta edad todo niño ya debe haber madurado suficiente sus esfínteres para poder controlar a voluntad la emisión de orina.

La enuresis es un complejo problema que afecta a todas las razas y a los niños de ambos sexos, aunque se observa con mayor frecuencia en los varoncitos. Se calcula que 20 millones de niños en el mundo padecen de enuresis y la mayoría no recibe tratamiento apropiado, por desconocimiento del problema.  Las causas por las que el niño se orina, son variadas.

IMPORTANCIA DEL PROBLEMA

Los padres deben saber que la enuresis es un problema médico y no un  problema de niños sucios o de mala educación.Deben evitar tratarlo  como si este fuera culpable de mojar la cama, no castigarlo,  burlarse de él o  ponerle  motes  que lo denigran y le merman su autoestima y su autoconfianza. Como problema médico que es, se le debe buscar su causa, su origen y de eso dependerá el tratamiento.

LAS CAUSAS DEL PROBLEMA:

La enuresis puede tener que ver con dos grandes factores, ambos muy importantes. El primero de ellos  puede ser debido a alteraciones anatómicas del sistema urinario, es decir, a malformaciones de nacimiento en riñones, uréteres, vejiga o uretra. Y estas malformaciones anatómicas del aparato urinario pueden conducir a lo que denominamos insuficiencia renal crónica, es decir, cuando los riñones ya no sirven para cumplir con su función original y la calidad de vida del niño se ve afectada sobremanera con diálisis, dietas, trasplantes  y otros padecimientos.

El otro gran factor mediante el cual el niño es enurético,  es que su sistema de “timbre” (llamémosle de manera simplista así) no ha madurado lo suficiente y la vejiga al llenarse no puede “avisar” al cerebro (a través de complicadas vías neurológicas) para que éste mande el impulso eléctrico para que el niño se despierte y vaya al baño a orinar. Por supuesto que hay otras causas que originan la enuresis, por ejemplo podemos hablar de las infecciones en vías urinarias o una vejiga pequeña y sobrereactora y hasta el estreñimiento puede influir en la enuresis.

Es importante tener en cuenta que en ningún caso el niño tiene la culpa, al contrario, el niño o el joven, es quien más sufre, pues a nadie le gusta orinarse en la cama y que se burlen de él por ese motivo.

TRATAMIENTO

Por fortuna hay tratamiento para la mayoría de los casos. Pero es necesario decirles  que el niño con enuresis debe ser estudiado a fondo para descartar que no tenga una enfermedad anatómica, en sus órganos urinarios, ya que en estos casos es el urólogo quien, dependiendo del diagnóstico exacto será quien plantee el manejo terapéutico, que en muchas ocasiones debe ser quirúrgico.

En el caso que la enuresis se origine  por un problema de maduración del sistema del “timbre”  el tratamiento es a base de medicamentos, como la desmopresina y los tricíclicos.

Estos medicamentos deben ser recetados estrictamente por médicos especialistas como los nefrólogos pediatras.

RECOMENDACIONES FINALES:

1. No intente que su hijo controle sus esfínteres antes de los dos años. Dele un tiempo apropiado.

2. La enuresis es un problema médico demasiado frecuente,  se ha detectado hasta en un 20 % de individuos entre los 5 y 15 años de edad, pero los hay también mayores. Este problema debe ser atendido lo más rápido posible debido a sus consecuencias negativas tanto físicas como emocionales.

3.- Todos los que conocemos este problema sabemos que tiene solución. Los médicos, los profesores y los padres de familia, debemos participar en la educación de aquellas personas que no saben de este problema,  difundiendo el hecho de que es posible su curación para que sus hijos no sufran tanto.

4.- Si usted acaba de reconocer este problema,  no  castigue ni se burle de su hijo por tener enuresis, más bien busque ayuda de su pediatra o su médico general.

5.- No use medicamentos ni remedios caseros que no sean recetados por un médico.

6.- El tratamiento debe ser llevado mediante un plan completo que sólo el médico puede manejar, pero se requiere de un esfuerzo de los padres para llevarlo a cabo ya que a veces los medicamentos deben ser empleados a largo plazo.

*El Dr. Alvarado es Médico Cirujano y Partero de la Universidad de Guadalajara