Los oídos se limpian, ¡solos!
Ni hisopos, ni irrigaciones de agua, ni aceite. Hay que dejar que el oído desarrolle su proceso natural de limpieza, expulsando el cerumen hacia fuera. El oído tiene un sistema natural de auto-limpieza que permite que la cera que se va fabricando vaya saliendo poco a poco hacia el exterior y se elimine.
Por eso, los otorrinolaringólogos (especialistas en el cuidado del oído, nariz, garganta) desaconsejan la utilización de hisopos, así como las irrigaciones con agua o aceite de manera casera; e insisten en que hay que acudir a los profesionales para extraer los tapones que se formen.
Dr. Rodrigo Matamoros
Blog Mi pediatra Hospital Español de La Plata