Consumo de snacks, bebidas y colaciones en niños: ¿dónde estamos?
Por Dra. Gabriela Urman*
Desde hace 20 años se viene observando una prevalencia creciente de obesidad, alcanzando cifras preocupantes. En varios países de América Latina la prevalencia de niños con sobrepeso y obesidad sobrepasa el 20%. Preocupa el uso de la comida como premio o entretenimiento, desplazando en este sentido a los libros o juguetes, lo que se suma al aumento en los hábitos sedentarios.
Este tema está muy presente en congresos y publicaciones científicas pediátricas. Analizaremos brevemente 3 casos que dan cuenta del panorama actual.
En el 36° Congreso Argentino de Pediatría se presentó el trabajo Hábitos en la sala de espera: ¿Qué consumen los pacientes mientras nos esperan? El objetivo era conocer los hábitos de consumo de bebidas y alimentos cuando los niños concurren al pediatra y evaluar el uso de los alimentos como premio. Los resultados obtenidos en niños entre 2 y 14 años de edad mostraron que un 25% de las madres habían prometido un premio por “portarse bien”. El 65% de los premios eran alimentos y el resto se repartía entre jugar videojuegos, regalos o paseos.
La mitad de los niños había traído algo para consumir durante la espera. Al analizar el tipo de bebida el 81% eran jugos industriales o gaseosa. Con respecto a los alimentos, 30% traía golosinas, 34% dulces (alfajor, galletitas), 10% yogur y 30 % snacks o galletitas saladas. Al salir 48% iban a comprar algo de comer. Los hallazgos del estudio alertan sobre el uso de los alimentos como premio y la preferencia por el consumo de bebidas y alimentos altos en grasas, azúcar y sal. Conocer este hábito en la consulta nos da la oportunidad de aprovechar el consultorio y la sala de espera para promocionar hábitos saludables, como desaconsejar el “picoteo”, y elegir snacks de mejor calidad.
Un segundo estudio realizado en Chile analiza las preferencias de compra de alimentos en el kiosco en niños en edad escolar. Se observó que el 60% de los niños disponía de dinero para comprar alimentos en el kiosco de la escuela y los que compraban habitualmente eran productos envasados dulces (35%), jugos y helados (33%) y productos envasados salados (30%). El 11% compraba yogur y el 7% fruta. Los niños señalaron como motivaciones para comer alimentos no saludables: son ricos (82%), los venden en el kiosco (46%) y son baratos (38%). Esto significa que es necesario aumentar la oferta y generar estrategias que motiven a los niños a preferir alimentos saludables dentro de los recintos educacionales. A distinto niveles del país se están llevando adelante estrategias de kioscos escolares saludables.
El tercer y último punto tiene que ver con un estudio científico publicado una de las más prestigiosas revistas de pediatría. La conclusion a la que arriban los investigadores es que a mayor consume de sal en la dieta, se incrementa proporcionalmente el consume de bebidas azucaradas. Por otro lado el propio consumo de bebidas azucaradas se relacionó directamente con el riesgo de obesidad. De esta forma,además de los ya conocidos beneficios de la reducción del consume de sal sobre la presión arterial, la reducción de sal en la dieta colaboraría para disminuir el riesgo de obesidad en los niños.
Es fundamental que padres, pediatras y maestros trabajemos juntos en pos de generar hábitos saludables y niños que puedan seleccionar con conocimiento lo que consumen.
*Médica pediatra API